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EL HOMBRE Y SUS PALABRAS

EL HOMBRE Y SUS PALABRAS

Lic. OLIVIA HERNÁNDEZ, Lic. GLADIS CACIQUE, Ing. YEMIRA CORDERO,
Profesoras de la Universidad Bolivariana
de Venezuela, Sede Falcón (Coro).

El siguiente trabajo presenta un punto de vista a partir de una frase pronunciada por el Premio Nobel de Literatura (1990), Octavio Paz Lozano, mexicano de origen, escritor, ensayista y diplomático, considerado uno de los más grandes escritores del siglo XX y uno de los grandes poetas hispanos de todos los tiempos. Escritor fecundo, su obra abarcó varios géneros, entre los que sobresalieron textos poéticos, el ensayo y las traducciones.

Para nuestra investigación abordaremos su pensamiento: “El Hombre es un hacedor de palabra, a partir de la realidad que vive. Sin embargo es subjetiva esa realidad de uno a otro, por tanto,  las palabras nacen y mueren, como los hombres”.

Sobre este tema, nos pareció interesante plantearnos desvestir al pasado y conocer por qué Paz afirma en parte de su frase: “Sin embargo es subjetiva esa realidad de uno a otro”, por ello vamos a investigar cómo nacen los pensamientos y las palabras en los seres humanos, cuales son las características durante el paso del tiempo que motivaron y analizaron esa posibilidad maravillosa de poder construir palabras a partir de una realidad.

Para ello hicimos un arqueo de fuentes sobre lo relacionado con el pensamiento humano y elaboramos este cuadro con los hallazgos que más se acercaban a lo que buscábamos.

1929: La noción de mentalidades fue una creación de la Escuela de los Annales en Francia.

1950: Trabajos científicos minoritarios y negativos, sobre lo imaginario. Eran reflexiones alrededor de una terminología de la imaginación.

Después: Lo imaginario se multiplica y se convirtió en una pista fundamental para las ciencias sociales. Colaboración de Psicoanálisis (S. Freud). (Individual- Social) y Jaques Lanca. El imaginario se convierte en un territorio, en un terreno de investigaciones y las reflexiones y la percepción del mundo.

1974- 1978: La aparición de dos textos: “La Nueva Historia en Francia” da paso a la historia de lo imaginario. “La Nouvelle Historie”, la historia de lo imaginario da paso a lo imaginario en las investigaciones de los historiadores.

Ya con esta información viajamos en el tiempo, hurgando en las páginas de la historia para conocer las raíces de estos estudios, y situamos el escudriñamiento entre los siglos XVIII y XX para delimitar el tiempo histórico de nuestra investigación; encontramos unos estudios interesantísimos sobre las mentalidades y lo imaginario,  para lo cual consultamos varias personalidades en la materia, entre ellos a Juan Camilo Escobar en su trabajo “LO IMAGINARIO. Entre las ciencias sociales y la historia”.

También nos apoyamos en el libro “Lo visto y no visto”, de Peter Burke, y el trabajo realizado por Chistian Metz, Umberto Eco, Jacques Durand, Georges Péninou, Violette Morin, Sylvain Du Pasquier, Pierre Fresnault-Deruelle, Jacques Bertin y Jean-Louis Schefer, «Análisis de las imágenes». Serie Comunicaciones. Y para el proceso de comunicación a Antonio Pasquali en “Comunicación y cultura de masas”, además de algunas páginas Web.

El autor Juan Camilo Escobar en su trabajo plantea en la introducción una serie de interrogantes de las cuales seleccionamos:

--¿Qué es un estudio sobre lo imaginario?

--¿Cuál ha sido la génesis de esta noción?

--¿Cuáles son las fronteras con otros conceptos vecinos como “mentalidad”, “ideología”, “inconsciente”, “memoria”, “mito”, “representación”?

--¿Cómo definir un imaginario?

En el análisis de esta obra encontramos que la mayor parte de la información que nos era necesaria y elemental sobre lo imaginario se encontraba a partir de los años 50. Y es importante destacar que el autor toma fuentes principales, ya que durante el estudio realiza entrevistas con los historiadores cercanos a la escuela de los Annales Jacques Le Goff, André Burquiere, Jean-Claude Schmitt, Serge Gruzinski, Roger Chartiery Jean-Yves Greniet, así como informaciones y escritos de los primeros estudiosos de lo imaginario.

Para nuestra investigación tomamos de esta obra lo plasmado en el primer capítulo donde se plantea el  Problema, La palabra, La noción y el territorio, afirmando que la noción de mentalidades aparece en 1929 y fue una creación de la escuela de los Annales en Francia, y que para 1950 los trabajos científicos que existían eran minoritarios y negativos con respecto a la noción de lo imaginario y solo eran reflexiones de una terminología de la imaginación. Luego investigando se encuentra que en los años 50 lo imaginario se multiplica y se convierte en una pista fundamental para las ciencias sociales.

Es por ello que el Imaginario pasa de un estudio de las investigaciones de la historia a un terreno propicio para las ciencias sociales, posteriormente en 1974 comienza la aparición de textos como “La nueva historia en Francia”, que da el inicio a la historia de lo imaginario, luego en 1979 la obra “La Nouvelle Historie”, reafirma la historia de lo imaginario y da paso a lo imaginario en las investigaciones de los historiadores.

Es a partir de estas pistas de Escobar que indagamos como primer aspecto las investigaciones y estudios realizados sobre psicoanálisis, disciplina fundada por Sigmund Freud, quien realizó sus investigaciones en tres niveles:

A) Un método de investigación que consiste esencialmente en evidenciar la significación inconsciente de las palabras, actos, producciones imaginarias (sueños, fantasías, delirios) de un individuo. Método basado en las asociaciones libres del sujeto, y cómo se puede extender también a producciones humanas para las que no se dispone de asociaciones libres.

B) Un método psicoterápico de esta investigación y caracterizado por la interpretación controlada de la resistencia, de la transferencia y del deseo. En este sentido se utiliza la palabra psicoanálisis como sinónimo de cura psicoanalítica.

C) Un conjunto de teorías psicológicas y psicopatológicas en las que se sistematizan los datos aportados por el método psicoanalítico de investigación y de tratamiento.

Freud fue uno de los más fervientes buscadores de la explicación a cómo opera la mente humana y propuso una estructura de la misma dividida en tres partes: el Ello, el Yo y el Superyó.

--El Ello representa las pulsiones o impulsos primigenios y constituye, según Freud, el motor del pensamiento y el comportamiento humano. Contiene nuestros deseos de gratificación más primitivos.

--El Superyó, la parte que contrarresta al Ello, representa los pensamientos morales y éticos.

--El Yo permanece entre ambos, alternando nuestras necesidades primitivas y nuestras creencias éticas y morales. Es la instancia en la que se inscribe la consciencia. Un Yo saludable proporciona la habilidad para adaptarse a la realidad e interactuar con el mundo exterior de una manera que sea cómoda para el Ello y el Superyó.

Luego encontramos una relación entre Freud y uno de sus seguidores, Jaques Lacan, quien analiza el pensamiento individual y su carácter social formando teorías en 1950 sobre lo real, lo simbólico, lo imaginario y el estadio del espejo como formador del yo.

Según sus conceptos, “lo real es aquello que no se puede expresar como lenguaje, lo que no se puede decir, no se puede representar, porque al re-presentarlo se pierde su esencia, el objeto mismo. Por ello, lo Real está siempre presente pero continuamente mediado por lo imaginario y lo simbólico”, el Registro de lo Imaginario “está constituido en un proceso que requiere una identificación espacial que inicia en el estadio del espejo y es instrumental en el desarrollo del pensamiento”. Es aquí donde el sujeto identifica su imagen como el ‘yo’, diferenciado del otro. Lo que se designa como ‘yo’ es formado a través de lo que es el otro, de allí la teoría de la imagen en el espejo.

Para Lacan, esta es la forma primitiva de pensamiento simbólico, el cual define lo Simbólico como: “Lo imaginario, o aspecto no-lingüístico de la psique, formula el conocimiento primitivo del yo”, porque lo simbólico era el término que utilizaba para la colaboración lingüística o conformación de lenguaje verbal en relación con la sociedad y que integran a cada ser en la cultura, y es el registro que caracteriza ser humano adulto.

Además, Lacan considera que el lenguaje crea al sujeto, el hombre lo sobrelleva y usa ya que le es necesario, para pensar, razonar y crear e identifican los códigos para la comunicación simbólica entre los  humanos, es por ello que llega a definir “lo Imaginario y el Concepto del Otro”: para Lacan el Otro es al mismo tiempo el prójimo (cada otro sujeto por separado) y todo el conjunto de sujetos que constituyen la cultura y la sociedad desde el origen de la humanidad, y es considerado por él como el “Tesoro de los significantes”, ya que de esta manera  cada sujeto de forma individual recibe el lenguaje. Por esto se entiende la frase de Lacan, “el sujeto es hablado por el Otro y su variación el sujeto es pensado por el Otro”. Desde el Otro es que el sujeto posee un lenguaje y es desde el Otro que el sujeto piensa.

Luego de aclarado este primer punto sobre los estudios del pensamiento, reflexionamos nuevamente en la primera parte de la frase Octavio Paz:  “…El Hombre es un hacedor de palabra”,  para ello comenzamos a investigar sobre la concreción de ese pensamiento y las palabras expresadas a través del lenguaje, por lo que buscamos el termino lenguaje, encontrando que es la capacidad que el hombre tiene para comunicarse con sus semejantes, valiéndose de un sistema formado por el conjunto de signos lingüísticos y sus relaciones con los semejantes, por lo tanto, el humano, como cualquier ser social por naturaleza, necesita relacionarse con sus afines, a través de un código que le permita expresarse y escuchar; y para ello el principal instrumento de comunicación es el lenguaje, cuyo sistema, constituido por signos verbales o palabras, hace que los individuos se entiendan entre sí. De no existir el lenguaje, tanto en su forma oral como escrita, sería más difícil la convivencia social y más primitiva nuestra forma de vida.

Luego de esto consultamos varios teóricos para enriquecer, sustentar y seguir las pistas de las Palabras, de Octavio Paz, para ello incluimos pensamientos de célebres autores:

André Breton: “Lo imaginario es lo que tiende a volverse real”.

Gilters Durand: “…  el Imaginario –es decir, el conjunto de imágenes y de relaciones de imágenes que contribuyen el capital pensado del homo sapies– se nos aparece con el gran denominador fundamental donde viene a agruparse todos los procedimientos del pensamiento humano”.

Michael Pastoureau: “Lo imaginario es siempre a la vez el modelo y el reflejo de la realidad”.

Paul Ricoeur define al discurso como “la primera unidad del lenguaje y el pensamiento”, y la explica como el entrelazamiento de por lo menos un nombre y un verbo.

Aristóteles dice en su tratado sobre la Interpretación: “Un nombre tiene un significado y un verbo tiene, además de un significado, una indicación del tiempo. Solamente su unión produce un nexo predicativo, que puede ser llamado logos, discurso.”

Ferdinand de Saussure, padre de la lingüística, dice: “Un mensaje es arbitrario y contingente, mientras que un código es sistemático y obligatorio para una comunidad de hablantes”.

Víctor Manuel Hernández Fierro comenta en varias frases: “La comunicación y el lenguaje articulado ejercieron un influjo en la evolución del cerebro, por consiguiente, la comunicación creó al propio hombre, y también gracias a la comunicación apareció y comenzó a desarrollarse la sociedad…nuestra sociedad”. (…) “El sujeto que habla no sitúa el mundo en relación consigo mismo, no se sitúa pura y simplemente en el seno de su propio espectáculo, como el artista, sino en relación con el otro. (…) “Hombre y lenguaje, imposible hablar de uno, sin la presencia del otro. El lenguaje es la más grande creación concebida por el hombre  en todos los tiempos, pues a través de él ha logrado capturar el pensamiento, la acción y sentimiento de seres de distintas épocas. El hombre es el único de los seres vivientes que tiene la suficiente capacidad para representar simbólicamente la realidad, esta  reflexión atiende al papel que juega el lenguaje en la conformación del ser humano”. (…) “Aún cuando la lengua escrita tiene como principal ventaja preservar el pensamiento, es indiscutible que al morir un hombre, mueren con él sus palabras”.

Octavio Paz: “La palabra es el hombre mismo. Sin ellas, es inasible. El hombre es un ser de palabras.”

En este punto de la investigación y atendiendo a algunas frases, de los teóricos, nos pareció interesante plantearnos ¿qué está primero: el lenguaje o el pensamiento?

Para ello consultamos a Noam Chomsky, lingüista, filósofo, activista, y analista político, judío estadounidense, una de las figuras más destacadas de la lingüística del siglo XX, con importantes trabajos en teoría lingüística y ciencia cognitiva. Para Chonsky, el idioma es una especie de computadora que funciona de manera automática, como los procesos de asociación antes de pensar, entonces habría que suponer que el lenguaje está primero. Si analizamos la "teoría reguladora", explica que la acción y el pensamiento dependen de la capacidad lingüística de la persona.

Jean William Fritz Piaget, psicólogo experimental, filósofo, biólogo suizo creador de la epistemología genética y famoso por sus aportes en el campo de la psicología evolutiva y famoso por su teoría del desarrollo cognitivo, sostiene que el lenguaje es, mayoritariamente, el fruto del desarrollo de la acción y el pensamiento, ya que tanto la palabra como la idea son imágenes observadas y no a la inversa.

Pero como en la vida las cosas son del color del cristal con que se mira, hay autores que sostienen que durante el desarrollo intelectual del individuo hay una interrelación dialéctica entre el lenguaje y el pensamiento, entonces, cómo responder a la pregunta ¿el Pensamiento o El Lenguaje?, que nos recuerda a la célebre interrogante de qué fue primero, si el huevo o la gallina.

Según lo planteado por el polémico Noam Chomsky, cuando compara la lengua como una computadora que funciona de manera automática, como los procesos de asociación antes de pensar, entonces habría que suponer que el lenguaje está primero, si atendemos al psicólogo suizo Jean Piaget, en su  "teoría reguladora", vemos que la acción y el pensamiento dependen de la capacidad lingüística de la persona, en sus teorías cognitivas en las cuales el lenguaje es el producto del desarrollo de la acción y el pensamiento.

De acuerdo con nuestro criterio y para exponer nuestro punto de vista en relación con este tema polémico, y atendiendo a Octavio Paz y su pensamiento, podemos aseverar sintetizando así:

En relación a la pregunta "¿el lenguaje está antes que el pensamiento?", se reflexiona que el idioma influye o determina la capacidad mental o de pensamiento, en esta  corriente lingüística incide la "gramática generativa" de Noam Chomsky, para quien existe un mecanismo idiomático innato, que hace suponer que el pensamiento se desarrolla como consecuencia del desarrollo idiomático. Como lo hace también Lacan, ya que opinaba que nadie piensa inicialmente desde su ego o desde su sí mismo, sino que lo hace a partir de lo que recibe por tradición desde el Otro.

En nuestro criterio y analizando también la teoría ampliamente difundida por el psicólogo ruso L.S. Vigotsky, quien explicaba que el pensamiento y el lenguaje se desarrollaban en una interrelación dialéctica, aunque considera que las estructuras del habla se convierten en estructuras básicas del pensamiento, así como la conciencia del individuo es primordialmente lingüística, debido al significado que tiene el lenguaje o la actividad lingüística en la realización de las funciones psíquicas superiores del hombre que identifica pensamiento ligado al lenguaje, consideramos que el lenguaje ayuda y acelera nuestra actividad teórica, intelectual y nuestras funciones psíquicas superiores como la percepción, memoria, y el propio pensamiento, pero,  en el principio de los tiempos no existía el lenguaje y el hombre, motivado por su necesidad de comunicarse, lo crea a partir de sus pensamientos e ideas.

Es por esto que nuestra investigación en relación al pensamiento y las palabras nos lleva a apoyar que "el pensamiento está antes que el lenguaje" y más aún cada hombre es individual e irrepetible, por ello sus palabras y pensamiento son únicos y en consecuencia la capacidad de pensar influye en el idioma. No en vano René Descartes acuñó la frase: "Primero pienso, luego existo". Atendiendo a la corriente lingüística llamada "The cognition hypothesis" (La hipótesis cognitiva), cuya teoría se resume en el concepto de que el "pensamiento está antes que el lenguaje". Y atendiendo a Jean Piaget, en que el lenguaje es una más de las formas de liberar el pensamiento de la acción.

Luego de aclarado este punto, nos queda conjugar la unión de toda la frase de Octavio paz, que dio como consecuencia esta investigación enriquecedora e interesante. Por ello pensamos que el hombre es el único que tiene la capacidad de representar su realidad a través de símbolos, además que las palabras nacen y mueren, como los hombres, porque las palabras son los elementos del lenguaje que sirven para expresarnos y para tener una buena o mala comunicación dependiendo de la manera como se articulen las palabras.

De allí la importancia de la lengua, sin menospreciar cualquiera de las manifestaciones del lenguaje (oral, escrito, gráfico o mímico), sobre todo el lenguaje oral, ya que juega un papel fundamental en la comunicación de los seres humanos y de los pueblos, en la transmisión o no de valores, costumbres y tradiciones, además en la creación de escenas pasadas, presentes y futuras de la historia de la humanidad, por lo cual para concluir, coincidimos con lo expresado por Octavio Paz en cuanto a que al morir el hombre mueren sus palabras, sus pensamiento, con el don maravilloso de la pronunciación, el prodigio de darle vida a un discurso con toda la emoción que caracteriza a cada ser humano único e irrepetible.

Y coincidimos, además, con lo expresado por Víctor Manuel Hernández Fierro cuando expone que “aún cuando la lengua escrita tiene como principal ventaja preservar el pensamiento, es indiscutible que al morir un hombre, mueren con él sus palabras”.

Bibliografía:

BURKE, Peter, Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histórico. Ed. Crítica. Barcelona, 2001.

CHRISTIAN Metz, Humberto Eco, Jacques Durand, Georges Péninou, Violette Morin, Sylvain Du Pasquier, Pierre Fresnault-Deruelle, Jacques Bertin, Jean-Louis Schefer « Análisis de las imágenes ». Serie Comunicaciones. Editorial Tiempo Contemporáneo. 1972.

PASQUALI Antonio. “Comunicación y cultura de masas”. Monte Ávila Editores.  1972.
Páginas Web:
http://sincronia.cucsh.udg.mx/lengpens.htm
http://www.enfocarte.com/3.21/poesia5.html
http://www.ensayistas.org/
filosofos/mexico/paz/introd.htm
http://www.yeshuashemi.org/Elverbosehizohombre.html

Jean Piaget en  http://es.wikipedia.org/wiki/Jean_Piaget

La audacia de Aquiles en http://aquileana.wordpress.com/2008/04/27/
psicoanalisis-jacques-lacan-lo-real-lo-imaginario-y-lo-simbolico-lo-imaginario-y-el-concepto-del-otro/

Noam Chomsky en http://es.wikipedia.org/wiki/Noam_Chomsky

Sigmund Freud en http://es.wikipedia.org/wiki/Sigmund_Freud

Víctor Manuel Hernández Fierro “el hombre y sus Palabras” nro.19 http://www.cem.itesm.mx/
dacs/publicaciones/logos/anteriores/n19/19_vhernandez.html

“UN PROCESO CONTINUO DE CONSTRUCCIÓN”

“UN PROCESO CONTINUO DE CONSTRUCCIÓN”

Reflexiones de Hugo Rius Blein, Premio Nacional de Periodismo José Martí (2008), acerca de los géneros periodísticos.

Lic. JUSTO PLANAS CABREJAS,
Periodista y especialista de la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños.

Hacia 1987 Hugo Rius Blein, imparte una conferencia a los periodistas matanceros no titulados, quienes asistían a la Universidad con ese propósito.

“Para entonces gozaba de cierto prestigio en las aulas de los cursos regulares y por encuentros —recuerda—, y además había conducido desde 1980 la evaluación nacional de los periodistas de la denominada prensa escrita. Esos dos factores apuntados explican la masiva asistencia y la receptividad de la que pude disfrutar en aquel encuentro inolvidable”.

La falta de textos docentes aplicados a la realidad periodística cubana decidió a la UPEC matancera a publicar aquella conferencia con el título de Géneros periodísticos. Aunque, en efecto, Hugo Rius los recorre someramente, e incluso menciona algunos problemas de corte teórico como la naturaleza de los géneros, sus funciones, la validez de sus criterios de clasificación; el peso del folleto recae sobre el artículo y sus modalidades.

Interesa en especial su análisis acerca del proceso previo a la escritura de estos géneros, tan proclives a reducciones cuando se trata de pasos de elaboración. En este momento, penetra en los procesos psicológicos, de creación que intervienen; y los estudia desde las posibilidades cubanas. Evalúa, además, la práctica del artículo en el país, sus errores más frecuentes y posibles aplicaciones.

-¿Dónde recibe las primeras nociones de periodismo? ¿Cómo le explicaron los géneros en aquel entonces?

Cursé mis primeros estudios de periodismo hacia finales de los años cincuenta en la desaparecida Escuela Profesional de Periodismo Manuel Marques Sterling, a la que accedí mediante dispensa, ya que era menor de 18 años de edad. Era un plantel de nivel secundario superior, que recogía las experiencias del ejercicio periodístico cubano de la primera mitad del siglo pasado, con profesionales en ejercicio que transmitían su oficio, pero carentes de profundos basamentos teóricos y, por supuesto, de metodologías docentes, buena parte de ellos de pensamientos políticos conservadores y reaccionarios. Se enseñaban principios básicos y mañas, ilustradas anecdóticamente, para abordar los géneros predominantes: la nota informativa, la entrevista, el reportaje y el artículo.

Sólo recuerdo un texto disponible que era el de Oscar F. Rego sobre reportaje. Visto a la distancia no me ha quedado nada muy valioso que se deba retomar para la enseñanza. Ya cuando en 1965 ingreso en la Escuela de Periodismo, adscripta a la Facultad de Letras de la Universidad de La Habana, la situación mejora considerablemente, aunque sin llegar a los niveles de preparación que se alcanzan hoy.

-¿Qué bibliografía utilizaban para estudiar?

Por entonces contábamos con un texto que fue fundamental, y todavía constituye una referencia importante, me refiero al libro Técnica periodística, de José A. Benítez, uno de los nombres inevitables para aludir a profesionales cultos e integrales.

La obra de Benítez se convirtió en la principal guía para caracterizar los principales géneros y las técnicas a emplear para sus respectivas construcciones: la nota informativa, con fuerte énfasis en el lead y la pirámide invertida, la entrevista, el reportaje, el artículo y la crónica. Los programas fueron evolucionando y mejorándose en los años sucesivos, y en buena parte debido a integrantes de las tres o cuatro primeras promociones que se incorporaron al ejercicio docente, con visiones más frescas.

De esta manera, en las décadas de los setenta y los ochenta los géneros pasaron a enseñarse como asignaturas separadas que permitían profundizar en cada uno de ellos. Resultó un acierto que en la última fecha referida, se captaran como profesores adjuntos a periodistas con trayectorias profesionales para los géneros en los cuales habían demostrado notables resultados, y si bien no siempre les acompañaba una destreza docente, el alumnado los recibió con gratitud, porque podían comunicarles experiencias concretas del oficio.

Esas primeras hornadas de recién graduados incorporados a la docencia consiguieron acopiar cierta cantidad de textos, reproducidos en ediciones rústicas, que ampliaron hasta donde se podía la todavía escasa bibliografía y no del todo actualizada para la época, pero era el inicio de un camino.

-¿Cuáles son las principales influencias teóricas que recaen sobre el pensamiento cubano acerca de periodismo?

Pienso que por esas mismas limitaciones, las derivadas también del bloqueo mismo, no hubo una influencia consistente de autores extranjeros importantes, fuera del campo socialista de la época, que constituyen fuentes fundamentales para estructurar programas de enseñanzas del género más al día, lo que sí comienza a manifestarse, aunque lentamente, a partir de la segundad mitad de los años ochenta, cuando también profesores que habían sedimentado investigaciones, produjeron sus propios textos.

Tenemos que mencionar a modo de ejemplo, a Miriam Rodríguez Betancourt, toda una sólida experta en la entrevista, Julio García Luis en el artículo, o María de los Ángeles González en los correspondientes a las agencias de noticias, y mi propia incursión en la crónica.

-¿Qué asignaturas ha impartido a los estudiantes de Periodismo?

Les he impartido, periodismo radiofónico, introducción a la carrera, la nota informativa, los géneros de opinión, el reportaje y seminarios facultativos sobre el periodismo internacional y el ensayo periodístico, y ya como módulo de maestría las tendencias contemporáneas del periodismo.

En el caso del periodismo radiofónico se debió a que mientras hacia la carrera, nunca dejé de ejercer la profesión y al graduarme en 1969 ya tenía una experiencia acumulada en radio y televisión, por lo que impartí esa asignatura desde 1970 hasta 1972. Hacia 1981, la entonces directora del departamento, Irene Trelles, en cumplimiento de una política del Partido de reforzar el cuerpo docente con profesionales reconocidos, me convocó, y me hice cargo de la enseñanza del artículo, un género que había cultivado con mucho éxito en la revista Bohemia, donde me desempeñé primero como comentarista de las páginas internacionales y luego como jefe de información. En un momento en que la colega que se ocupaba del reportaje, decidió abandonar, me tuve que ocupar de esa asignatura, sólo durante un curso, el tercero. Después asumí la enseñanza de la nota informativa en el primer año, sin dejar el artículo.

Así transcurrió mi ejercicio docente, hasta 1988, que pasé a desempeñarme como corresponsal de Prensa Latina en África durante seis años. El seminario facultativo sobre periodismo internacional lo emprendí en 2005 con un nuevo programa que diseñé y en 2006 me hice cargo del ensayo periodístico. En 2008 reasumí la enseñanza de géneros de opinión en el primer año.

-¿Cuáles son las dimensiones del periodismo que subraya durante sus clases?

Destaco el dominio del concepto y las estructura de los géneros, pero que sin que se asuma como catecismos rígidos ni camisas de fuerza, que entorpezcan la creatividad profesional-personal, porque todo se mueve, se solapa, se fusiona, y doy más importancia a los géneros como estrategias comunicativas para transmitir con la mejor eficacia la construcción de la realidad, los pensamientos y las emociones.

En cuanto a la bibliografía, me apoyo en el libro de Juan Gargurevich, que me parece fundamental, por supuesto en Benítez, ya referido, el de Julio García Luis, el que compartí con él sobre la crónica, Acerca de la entrevista, de Miriam Rodríguez Betancourt, así como de los aportes notables de Martínez Alberto en Curso general de redacción periodística, en Martín Vivaldi en aquello que acepto válido, Las raíces de los géneros periodísticos interpretativos del profesor vasco Javier Díaz Noci y otras diversas miradas de los géneros insertados en los lenguajes periodísticos, sin dejar de nutrirme de los criterios de encuadres de la perspectiva del establecimiento de la agenda.

-¿Cuáles son las ventajas y desventajas de estudiar el periodismo en una Facultad de Comunicación?

Más que la pertenencia o no a la Facultad de Comunicación me preocupa la calidad y la consistencia de los programas de formación de los futuros periodistas. Desde luego que el hecho de que se considere como un departamento diluye o al menos disminuye el carácter único y la jerarquía que tiene, —y debe potenciarse—, el periodismo en la sociedad, su relevante papel dirigente y organizador como constructor de realidades, como hacedor de significados políticos.

-¿Qué circunstancias permitieron que impartiera aquella conferencia sobre los géneros periodísticos que se convirtió luego en un libro?

En primer lugar, fue un hermoso momento de afán de superación en el sector, en el que se abrieron las puertas para que los periodistas no titulados alcanzaran un nivel universitario. La provincia de Matanzas, vibraba con ese espíritu.

-¿En qué condiciones académicas se encontraba la enseñanza del periodismo y sus géneros en aquella región?

Recuérdese que en la fecha sólo se enseñaba Periodismo en las universidades de La Habana y Santiago de Cuba. Unos pocos seleccionados en las pruebas de ingresos se becaban como estudiantes regulares, y los periodistas en ejercicio asistían a La Habana a sus encuentros periódicos.

Aunque hay que decir que los matanceros no partían de cero. En el pasado llegaron a tener una escuela de Periodismo privada, y además siempre hubo en la región una respetable tradición cultural.

-¿Cuáles son los puntos de su conferencia que en ese momento no se habían tratado con la amplitud debida? ¿Cuáles aún continúan sin desarrollarse?

El conocimiento no es estático, por el contrario es un proceso continuo de construcción, y nadie en este mundo puede dar por seguro que lo domina todo. En aquel momento proyecté lo que entonces conocía y pienso que en lo fundamental mantiene un considerable nivel de vigencia.

Sin embargo, a la luz de otras informaciones y enfoques aprehendidos en los años transcurridos, le incorporaría otras miradas angulares. Por ejemplo, el del encuadre de los newsmaking para transmitir agendas, o los lenguajes y la remarcada tendencia a las hibridaciones en el empleo de los géneros, para ser consecuente con la dialéctica del desarrollo de los saberes y las prácticas.

-¿Qué factores (editoriales, necesidades académicas, políticas) posibilitaron la publicación del texto?

Creo que la falta de alguna reflexión sobre los géneros, insertados en la práctica concreta de la prensa cubana, la necesidad de esclarecer la conceptualización de los géneros, en los que se puso particular atención en el mencionado proceso de evaluación profesional, y que tuvieron un peso en el otorgamiento de una u otra categoría. La UPEC matancera consideró pertinente para fines docentes y académicos reproducir la comparecencia y contó con recursos para materializarlo.

-También redacta por esos años un trabajo acerca de la crónica…

Siempre consideré la crónica como un género muy especial, un tanto misterioso, que cruza fronteras, en el que las más de las veces se entremezclan la información pretendida objetiva y la más plena subjetividad personal, y por lo tanto, un género lleno de riesgos, en el que una sola palabra exacta o infeliz es capaz de hacer un texto sublime o ridículo.

Yo mismo había incursionado con frecuencia en la crónica, con emoción, pero también con temor, y me animé a partir de mi propia experiencia y sobre todo la de otros, a reflexionar, conceptualizar y ejemplificar. La ausencia de textos desde la práctica cubana fue el principal factor que posibilitó su publicación, ya con las condiciones creadas por la editorial Pablo de la Torriente.

CIENCIA Y PERIODISMO, CUESTIÓN DE LUGAR

CIENCIA Y PERIODISMO, CUESTIÓN DE LUGAR

Lic. IRAMIS ALONSO PORRO,
Directora de la Revista Juventud Técnica,
Profesora de la Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

La idea de que la ciencia sólo concierne a los científicos
es tan anticientífica, como antipoética  la idea
de que la poesía solo concierne a los poetas.
Gabriel García Márquez

¿Cuál es el lugar del debate científico? Esta pregunta, que parece ser elemental, más que obvia, resurge en estos tiempos con renovada fuerza, en tanto la respuesta a ella tiene que ver con qué nación queremos construir, la ética de la ciencia que defendemos y qué tipo de ciudadanos necesita la patria cubana.

Sabemos, por el contacto permanente con las fuentes de información sobre ciencia que al interior de los laboratorios, sociedades científicas y grupos de investigación se polemiza, y mucho.

Y no solo de aspectos puramente técnicos de un proyecto o resultado, sino de temas más conceptuales relacionados con política de ciencia, popularización del conocimiento, prioridades y alcance de las regulaciones ambientales; u otros más puntuales pero definitorios de estrategias: cáncer, envejecimiento, transgénesis, agricultura orgánica, seudociencias…

La oportunidad que tuvimos de participar en varios de los análisis efectuados en centros científicos de La Habana sobre los Lineamientos de la Política económica y social, lo corroboró y mostró la frescura de ideas, altura intelectual y compromiso moral de nuestros científicos, así como su conocimiento de las necesidades más perentorias del país.

Sorprenden, entonces, ciertas actitudes refractarias  -o timoratas- a la idea de que, desde el periodismo, trasciendan al público tales debates; postura obsoleta, de claros matices elitistas, que sitúa a los científicos en una especie de “torre de marfil” a la que los profanos no pueden aspirar a acceder.

No es admisible sostener tal esquema arcaico en la sociedad contemporánea. Nos lo recordaba Fidel Castro en su texto del 29 de marzo de 2012, cuando insistía en “la necesidad de enriquecer nuestros conocimientos, hoy fragmentados y dispersos”, como único modo de transitar a “posiciones más críticas acerca de la superficialidad con que abordamos problemas tanto culturales como materiales”.

Los teóricos de la comunicación reconocen las múltiples interrelaciones que se establecen entre ciencia y sociedad, en tanto aquella constituye “una práctica inmersa en el complejo entramado cultural”. Sin embargo, no pocas personas insisten en mantenerse al margen del impacto de los adelantos científicos: no se preocupan por saber qué comen, qué se inyectan, qué respiran…, una segregación que urge romper para formar seres capaces de sostener un mundo mejor.

Para la ciencia sigue siendo imperioso entonces establecer puentes con la sociedad, ser sustancia y motivación cotidianas, y es función del periodismo científico ayudar a construir esos puentes: “prolongar, corregir y complementar la instrucción; despertar vocaciones, establecer vínculos entre especialistas de diversas disciplinas, reducir la ignorancia y combatir el hambre espiritual”, además de contribuir a frenar la idiotización que nos propone la cultura chatarra, la oratoria ególatra, demagógica y vacua.

Pero entender la ciencia implica conocer su historia, aquilatar los procesos, saber mirar más allá de una colorida tecnología de moda, de la confianza ciega o el elogio acrítico de sus capacidades; entraña distinguir los riesgos, las repercusiones globales y personales, la multiplicidad de matices; significa nutrir la posibilidad de tomar o acompañar decisiones informadas y responsables, en aras del bienestar común.

Manuel Calvo Hernardo, maestro de generaciones de periodistas científicos, escribió hace muchos años: “Tal vez en ninguna otra época la ciencia haya necesitado como ahora de la mano amiga del periodista, no tanto para aplaudirla como creadora de hechos memorables como para explicarla de la manera más amplia, es decir, junto a los principios, los métodos, los hallazgos y el valor personal de los científicos, las implicaciones de cada nuevo paso y la necesidad de su entendimiento y ponderación”.

Ese concepto continúa vigente. La ciencia, la ciencia cubana específicamente, no puede abdicar de ningún espacio. El lugar del debate científico ha de estar también en la prensa.


 

LA CRÓNICA PERIODÍSTICA COMO HECHO LITERARIO

LA CRÓNICA PERIODÍSTICA COMO HECHO LITERARIO

Dra. MIRIAM RODRÍGUEZ BETANCOURT,
Premio Nacional de Periodismo José Martí,
Profesora de la Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
       

Asumir un género periodístico indiscutido como la crónica en su dimensión literaria obliga siempre a recordar su origen que, como se sabe, está afincado tanto en la Literatura como en la Historia, disciplinas de las que se nutre para ―poco a poco y no sin dificultades― insertarse definitivamente en las páginas de las publicaciones periódicas, de modo particular en la prensa, pero también en la radio, la televisión, y, desde luego, en los medios digitales.

De esos compañeros de viaje, la crónica periodística heredó atributos esenciales: la posibilidad de recrear la realidad y el poder de biografiarla. Para ello, se servirá de la fuerza comunicativa y expresiva de la lengua, sin dejar de responder a exigencias básicas del Periodismo: inmediatez y objetividad testimonial. No se trata, por cierto, de que la crónica periodística sea un “cruce de caminos” donde confluyeron historia, periodismo y literatura, pues su evolución, tanto en objetivos, estructura, y temática, va a propiciarle su autonomía como género, y con ello, diversidad tipológica y amplitud de registros.

Pero la teoría de los géneros, también en el caso del periodismo, se ha caracterizado por su férrea preceptiva encasillada entre la división tajante del ámbito informativo y editorial, y la controversial doctrina de la objetividad, a pesar de los embates teóricos en su contra (Chillón, Cantavella, Van Dijk, Eco, Barthes, Angulo Ruiz) y de los resonantes éxitos de la práctica (Nuevo Periodismo, Periodismo Literario, Periodismo Investigativo). Era de extrañar, por consiguiente, que la crónica, categoría abierta a la subjetividad, navegara apaciblemente en las casi siempre turbulentas aguas clasificatorias, reacias a la heterodoxia de un género híbrido por su propio origen (1).

Durante mucho tiempo, las producciones periodísticas que rompían con lo que era concebido como el lenguaje natural de la prensa, esto es, impersonalidad y concreción factual, eran rechazadas sin discusión. ¿Cómo aceptar, en esa concepción tan estrecha que negaba en definitiva al Periodismo sus relaciones con la Literatura, cualquier género que proyectara al autor y, desde el lenguaje, recreara atmósferas y sucesos?

Por fortuna, el panorama de hoy en este sentido ha cambiado notablemente, aun cuando no se ha desterrado del todo, especialmente en lo que se refiere al llamado periodismo informativo o noticioso al que se le sigue negando posibilidades creativas en el plano expresivo.

Cuando nos remitimos a las definiciones sobre la crónica, encontramos de nuevo en algunas, agazapado en el fondo de la intención que intenta diferenciarla por su ubicación editorial o su praxis, cierto afán de encasillarla en las categorías del periodismo informativo. Con ello se trata de disminuir, cuando no negar, su dimensión literaria, precisada por Monsiváis cuando expresa: “La crónica tiene que ser una visión literaria, una conversación en prosa de los estados de ánimo de quien percibe algo que le parece notable” (2). Su condición literaria no va a impedir, antes al contrario, que deseche o ignore objetivos de naturaleza periodística, como proveer de información específica sobre hechos de la actualidad, comentarlos y valorarlos, sin excluir aquellas funciones o características primigenias que han ido integrándose a su evolución: observar el orden temporal en su secuencia, y dar cuenta de los detalles más significativos. Luis Beltrao alude en este aspecto a su “tradicional sentido de relator de acontecimientos en orden cronológico” (3).

Las características de la información y la valoración periodísticas en la crónica, sin embargo, no alcanzan el rigor observable en otros géneros así clasificados. El tono del comentario es más íntimo, muy distante del estilo editorializante, y los datos informativos pasan por el filtro de la sensibilidad del cronista, “una trasmutación de la realidad a través de la percepción del cronista”, añade Monsiváis (4), en tanto Cantavella también abunda en la subjetividad con que el autor encara su objeto: “El cronista no se comporta como una cámara fotográfica que reproduce un paisaje, sino como el pincel del pintor que interpreta la naturaleza, dándole un matiz personal, del que no puede prescindir, aunque lo pretenda” (5).

Podrá también la crónica que nos ocupa desentenderse de técnicas periodísticas típicas como el lead (primer párrafo de la información noticiosa); la estructura de pirámide invertida (orden descendiente de los datos informativos), y la introducción de elementos de consecuencia y de criterios de expertos, entre otras.

“La crónica se resiste a la puntualidad de la información y al marco estricto del artículo, deambula por todos los rumbos y capta los variados matices del humano acontecer, diversidad de escenarios, asuntos y actos” (6). Y para lograrlo, tiene que acudir, necesariamente, a un grado superior de elaboración literaria, con empleo de recursos estilísticos muy diversos, y cierta dosis muy medida de lirismo, como apunta Julio García Luis (7). Gracias justamente a la factura literaria de su discurso, y fiel al principio periodístico de la veracidad, la crónica permitirá “un completo entendimiento del suceso y su proceso evolutivo en el tiempo” (8).

Difiere de otros géneros del Periodismo porque la mirada del cronista se dirige no tanto a los hechos para explicarlos como al interior de lo que ve, escucha o vive, en un nuevo descubrimiento. Su enfoque no es el del comentarista que analiza e interpreta; el cronista recurre a la proposición, a la matización, a formas más elaboradas: necesita del lenguaje tropológico.

En muchos de sus variados tipos ―de viajes, costumbrista, deportiva, cultural― el cronista aplica una voluntad de estilo, según la profesora María Celia Forneas, que trasciende la mera relación informativa de datos y documentos (9). Tal “voluntad de estilo” ―la cual, en mi opinión, debe entenderse como “voluntad de estilo literario”― hace decir a Albert Chillón que la vigencia de la crónica en el periodismo es notoria, a pesar del predominio indiscutible que ejercen hoy los géneros informativos interpretativos (noticia, información, entrevista y reportaje) (10).

Otros autores se refieren a la apertura estética que la crónica ha significado en los medios periodísticos, ofreciendo a los receptores oportunidades de acceso a la información desde ángulos nuevos, distintos, para vivir y sentir los aconteceres. Tal vez ello explique también la vigencia de la crónica a la que alude Chillón.

En cualquier caso, las virtudes de la crónica periodística residen “en el empleo del lenguaje metafórico, la imagen y símiles, la concreción de lo abstracto, que le dan un cierto encantamiento más allá del contenido” (11), sin olvidar que en el Periodismo la finalidad estética es muy importante, pero siempre secundaria, como recuerda José Francisco Sánchez (12), por lo que ninguna producción en este ámbito puede ignorar su finalidad primaria: la de informar.

Si bien es cierto que no en todo tipo de crónica periodística se reclama un lenguaje de vuelo literario, pues también cuenta el público al que se dirigen, escudarse en la naturaleza del tema o las expectativas del receptor, resulta casi siempre una excusa demasiado obvia para justificar una prosa gris, meramente reproductiva o cargada de tecnicismos.

Cuando los editores rechazan una obra con el pretexto de su “literaturización”, a menudo la razón no estriba en la creencia de que se “traiciona” el canon del lenguaje periodístico, sino en el hecho, menos conceptual, de que el trabajo en cuestión demanda mayor atención, y, por ende, rompe con esquemas rutinarios, rápidos y esquemáticos de revisión. Es entonces cuando se acude a la lapidaria y expedita fórmula: “Eso no es periodismo, es literatura.” Desde luego, tampoco son pocas las veces en que se pretende pasar como crónica una suerte de “descarga lírico-emotiva” que quiere sobreponerse a la narración y valoración de los asuntos que trata.

Como refiere Luis Angulo Ruiz (13), las clasificaciones de lenguaje y estilo periodísticos que se basan en la noción de periodismo objetivo no dan cuenta exacta de la realidad pues sostienen, por ejemplo, que el lenguaje usado en el Periodismo es exclusivamente denotativo. Por supuesto, sentencia el ensayista venezolano, el territorio lingüístico es mucho más vasto de lo que tales clasificaciones designan. Desde semejantes presupuestos, se afirma también que la subjetividad autoral puede tergiversar la verdad de los hechos o asuntos tratados cuando, en realidad, lo que no se acepta es que el cronista deseche fórmulas y esquemas preconcebidos.

A pesar de ciertas objeciones que dimanan de un enfoque eminentemente taxativo, muchos profesionales y estudiosos de la teoría de los géneros aceptan la condición literaria del género no como valor añadido a la prosa periodística sino como elemento integral del fin último de la Literatura y el Periodismo: la comunicación, más allá de los sujetos autorales y las identidades de cada manifestación.

Estas consideraciones sobre la crónica periodística en tanto hecho literario pudieran ser también extrapoladas a otros géneros que, como este, apuestan por ser no sólo legibles sino también apetecibles, como dice el lingüista Bernardino M. Hernando. Con sus acertadas palabras, queremos concluir las nuestras:

“La obsoleta, aunque paradójicamente permanente polémica sobre las relaciones entre literatura y periodismo, parece querer ocultar el hecho evidente de que mejor escritor de noticias se es cuanto mejor escritor, sin más, se sea. Dominar la palabra, saber sacar de ella todo el jugo, combinar las palabras con maestría y buen gusto, sorprender al lector con novedosas angulaciones verbales, metáforas que vengan al caso, y, de vez en cuando, muy de vez en cuando, con palabras desconocidas, pero útiles… todo eso, bien administrado, es captación del lector” (14).

Notas:

(1) En un artículo en torno a las divisiones más comúnmente aceptadas de géneros periodísticos, me preguntaba si no era hora de “re-evaluar la teoría en el sentido de cuestionar si la clasificación de las funciones asignadas a los tres grandes macrogéneros: informativo, interpretativo y de opinión, no dictaba compartimientos estancos y reforzaban la creencia en la utópica objetividad periodística”. “Géneros Periodísticos: para arropar su hibridez”, en Estudios sobre el mensaje periodístico, Publicaciones Universidad Complutense de Madrid, Vol.10, 2004, pp. 325-326.

(2) Monsiváis, Carlos cf. Zelán Cheleche, Las cartas sobre la mesa. Entrevistas en Rocinante, LOM Ediciones, Santiago de Chile, 2009, p. 316.

(3) Beltrao, Luis, cf. Juan Gargurevich, Géneros Periodísticos, Editorial Félix Varela, La Habana, 2006, p.61.

(4) Monsiváis, C. op.cit. p. 316.

(5) Cantavella, Juan. “La crónica en el periodismo: explicación de hechos actuales” en Cantavella Juan y Serrano, Francisco (coord.), Redacción para periodistas: informar e interpretar, lra.ed, Editorial Ariel S.A., Barcelona, 2004, p. 403.

(6) Díaz de la Nuez, Leovigildo, cf. Miriam Rodríguez Betancourt, Acerca de la crónica periodística, Editorial Pablo de la Torriente Brau, La Habana, 2005, p. 55.

(7) García Luis, Julio cf. Miriam Rodríguez Betancourt, “La crónica periodística: un género tan polémico como imprescindible”, revista Universidad de La Habana. Números 263-264, 2006, p. 138.

(8) Martín Vivaldi, Gonzalo cf. José Luis Martínez Albertos, Curso General de Redacción Periodística, 5ta. Edición, Thomson Editores, Editorial Paraninfo, Madrid, 2004, p. 349.

(9) Forneas Fernández, María Celia “¿Periodismo o Literatura de Viajes?”, en Estudios sobre el mensaje periodístico, Vol. 10, Universidad Complutense de Madrid, 2004, p. 223.

(10) Chillon, Albert, Literatura y Periodismo. Una tradición de relaciones promiscuas. Universidad Autónoma de Barcelona, 1999, p. 121.

(11) Herrera, Earle. La magia de la crónica. 2da. edición. Universidad Central de Venezuela, Caracas, 1991, p. 75.

(12) Sánchez, José Francisco. “La narración periodística” en Redacción para periodistas: informar e interpretar. lra. Ed, Editorial Ariel S.A., Barcelona, 2004, p. 228.

(13) Angulo Ruiz, Luis. “¿Existe un lenguaje periodístico?” en Lenguaje, Ética y Comunicación, Editorial Pablo de la Torriente Brau, La Habana, 1989, pp. 4l-54.

(14) Hernando, Bernandino, “Lenguaje periodístico”, en Cantavella Juan y Serrano, Francisco (coord.), Redacción para periodistas: informar e interpretar, lra.ed, Editorial Ariel S.A., Barcelona, 2004, p. 134.

 

LA PRODUCCIÓN PERIODÍSTICA DE LOS ESTUDIANTES COMO PROYECTO EXTENSIONISTA EN LA RED: PROPUESTA DE COMUNICACIÓN EDUCATIVA

LA PRODUCCIÓN PERIODÍSTICA DE LOS ESTUDIANTES COMO PROYECTO EXTENSIONISTA EN LA RED: PROPUESTA DE COMUNICACIÓN EDUCATIVA

Este trabajo obtuvo Premio Relevante de la Universidad de La Habana y del Ministerio de Educación Superior y participó como ponencia en Universidad 2012.

Dra. IRAIDA CALZADILLA RODRÍGUEZ,
Profesora de la Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana, y del
Instituto Internacional de
Periodismo José Martí.
Editora de mesadetrabajo.
islalsur@yahoo.es

Introducción

Una de las más importantes antropólogas norteamericanas, Margaret Mead, ya septuagenaria, escribió que la experiencia de las nuevas generaciones no cabe en la experiencia lineal de la palabra impresa (1971). Y el semiólogo español-colombiano, Jesús Martín-Barbero, dijo en La Habana que los jóvenes necesitan otro tipo de lenguaje: el hipertexto, donde culturas sonoras, culturas visuales, culturas gestuales, tonos, ritmos, acentos, cuentan tanto como la gramática y la sintaxis. Ese, precisó, es el principal desafío de la sociedad del conocimiento; poner a comunicar la universidad con su entorno de incertidumbres y certezas  (b, a, 2009).

Acá está, en síntesis, el nudo gordiano de los profesores que hoy enfrentan la docencia de la teoría, los estilos y géneros periodísticos desde la perspectiva del periodismo impreso y cuyas asignaturas constituyen la plataforma del deber ser del periodismo. Asignaturas que, impartidas en el primer año de la carrera, suponen no solo dotar de herramientas para el saber hacer del futuro profesional, sino también, gestar en él la ética y la responsabilidad social del mensaje difundido y, por tanto, expuesto al debate y la confrontación. Una actitud que presupone tanto los límites del aula como la extensión que se produce hacia lo público.

¿Cómo hacer para que los textos de exámenes no queden en el entorno estrecho del estudiante y su profesor, después de tantas horas entregadas a la investigación, a la construcción y pulimento del mensaje? ¿Qué curso orgánico, sistémico y socializador dar a sus trabajos cuando faltan las publicaciones impresas propias de las escuelas de Periodismo? ¿Cómo lograr una propuesta de comunicación educativa que va construyéndose en la medida que se imparten las clases y aún perdura después de ellas? ¿Cómo dejar una huella creativa del paso por la Universidad?

A contrapelo, si el alumno tiene acceso a la red, puede ubicar su mensaje desde la individualidad creadora, no siempre ajustada a necesidades más generalistas, no siempre por los senderos que traza el periodismo como catalizador de las urgencias de su entorno y de su sociedad, de manera que ésta se sienta validada por él. Pero hacen falta mecanismos integradores, socializadores.

¿Qué concebir ante una realidad como la red, incluyente de todas las plataformas mediáticas y muchas veces desconcertante en su grandeza y alcance, pero que debemos aprovechar también para colaborar en el empeño de que la letra impresa perviva y venza crisis discursivas que, en rigor, más tienen que ver con las miserias del lenguaje y modos de expresión que con las omnipotentes nuevas tecnologías? Lejos de rechazar estas últimas, parece sabio asumirlas en beneficio de una relación que puede ser un acercamiento fructífero a los tiempos de ellos –los estudiantes- y nuestros –los profesores- y, sobre todo, una relación que trascienda las aulas y se convierta en labor extensionista con un profundo sentido de su rol de comunicación educativa.

Si partimos de que las nuevas tecnologías nos posibilitan crear desde sus estructuras y desde nuestros intereses, es justo reconocer que podemos construir otros sensoriums que aporten miradas de configuración colectiva, desarrolladora y de aprendizaje académico en un ciclo que completa al aula a partir de su concepto integrador de lo interior que se expande hacia el exterior.

Para esto sirve también, a nuestro juicio, un blog docente o edublog. Es una plaza que permite, ante la insuficiencia de espacio en las publicaciones tradicionales de papel, contar con un medio que socialice los trabajos de los estudiantes, de manera que tengan el fin público que caracteriza a las producciones periodísticas y el fin de comunicación educativa que debe vestir a los procesos docentes. Así, los trabajos que se entregan en las asignaturas correspondientes a los estilos y géneros periodísticos, trascienden la revisión del profesor, que deja de ser el único destinatario y juez, pues los materiales ahora están asequibles a un público que puede seleccionar, objetar, valorar, discernir o confraternizar acerca de la propuesta comunicativa que lee. 

Metodología

LA PRODUCCIÓN PERIODÍSTICA DE LOS ESTUDIANTES COMO PROYECTO EXTENSIONISTA EN LA RED: PROPUESTA DE COMUNICACIÓN EDUCATIVA, es un estudio cualitativo, de caso múltiple e inclusivo que abarca el espacio de la carrera de Periodismo, en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana. El proceso investigativo comprende seis cursos académicos: 2006-2007, 2007-2008, 2008-2009, 2009-2010, 2010-2011 y 2011-2012, en el escenario de las materias de Periodismo Impreso, impartidas en el primer año de la carrera.

Se acerca la investigación al modelo educativo constructivista que perfila el conocimiento como una construcción del ser humano y se realiza a partir de los esquemas previos que ya posee. Según la pedagogía constructivista, el docente se conduce como intermediario, proveyendo de las herramientas precisas para que sea el estudiante quien cimiente su aprendizaje. Por tanto, es imprescindible la habilidad del docente para establecer los conocimientos del estudiante y posibilitar un espacio de libertad y correspondencia en el desarrollo educativo.

Esta investigación también se encuadra desde la comunicación educativa, en tanto privilegia los sentidos de desarrollo integral armónico de los estudiantes, a partir de potenciar sus habilidades, capacidades y valores. Si Carlos Marx (sf) destacó que “la verdadera riqueza espiritual del individuo depende íntegramente de las riquezas de sus verdaderas relaciones", éstas se fomentan y concretizan en el transcurso creativo de su comunicación con el resto de los actores sociales que tienen incidencia en él.

Si la comunicación en los centros docentes se ha distinguido en no pocas ocasiones por su ritmo y tempo autoritario, unidireccional y no participativo, hoy la comunicación profesor-estudiante requiere trascender la dinámica de transmisión de información y evaluación de una sola vía, para alcanzar los derroteros dinámicos y aportadores del diálogo, el concierto formativo y el comprometimiento de los alumnos en función de su preparación integral, tal como plantean autores como González (1995), Soto (sf) y Ojalvo (2002), al destacar la educación como proceso de interacción y desarrollo de orientaciones valorativas.

Y, especialmente, como define Leontiev (1985), al señalar que la comunicación educativa tiene tres significativos efectos en el transcurso de la enseñanza-aprendizaje: la creación de un clima psicológico que favorezca el aprendizaje; la optimización de la actividad de estudio; y las relaciones entre profesores y alumnos y en el colectivo de estudiantes.

La investigación fue posible a partir del reconocimiento de la profesora y sus estudiantes de la necesidad de un soporte mediático que les posibilitara publicar los trabajos en formatos cercanos a los de la prensa impresa tradicional.

La decisión de crear un edublog trajo como consecuencia el cambio de relaciones entre profesora y alumnos ante la entrega de sus trabajos finales de las asignaturas. Se pasó de exámenes en el aula o de conocimiento bilateral y sin retroalimentación colectiva, a trabajos concebidos con las dinámicas del periodismo real, y con una dimensión pública, de manera que se fomentara la evaluación colectiva y repercutiera en una comunicación verdaderamente educativa.   

Dados los resultados de esta experiencia pedagógica, demostrados durante seis cursos académicos y en permanente construcción, se considera que la investigación posee relevancia científica-social, transparencia y coherencia en los procederes teórico-metodológicos, y novedad en la temática abordada y las metodologías aplicadas. 

Objetivo de la investigación

Isla al Sur comenzó a publicarse en octubre de 2006, por lo que puede mostrar ya, modestamente, el trabajo de seis años de experiencias en un modelo que contribuye a la visibilidad docente extracurricular y de extensión de los trabajos prácticos de los estudiantes de Periodismo, en el área impresa, aunque es posible aplicarlo en cualquier materia y carrera, siempre adecuándolo a las características de las mismas y a los propósitos que delinee cada profesor. En síntesis, es un trabajo que busca la excelencia mediante el perfeccionamiento continuo, participante e integrador.

El presente trabajo, a partir de este modelo todavía en construcción que es Isla al Sur, tiene como objetivos fundamentales:

1.- Reflexionar sobre la conveniencia del trabajo extensionista, partiendo de propuestas del profesor, de manera que el proceso docente-formativo rebase los límites del aula y en el exterior promueva el debate y el crecimiento cognoscitivo de los estudiantes en una comunicación educativa fehaciente.

2.- Aprovechar los recursos que posibilitan las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones para legitimar la transversalidad de los diferentes soportes mediáticos y la capacidad de adaptación que debe imponerse para buscar vías integradoras de las materias que se imparten.

3.- Contribuir, partiendo de la experiencia práctica, a que los proyectos extensionistas no sean solo responsabilidad de las instancias universitarias a nivel macro, sino que sean posibles desde el aula, desde el profesor.

4.- Desarrollar propuestas que responsabilicen al docente y a los estudiantes en un proyecto participativo y creador; promotor del reconocimiento y autoreconocimiento ante la realización de cada tarea. 

Desarrollo

Isla al Sur, una experiencia de extensión (http://islalsur.blogia.com)

Desde que esta profesora decidió abrir su puerta personal hacia el ciberespacio -a la que llama Isla al Sur en evocación perpetua a esta tierra imperfecta y querida en la que vive-, de vez en cuando los desvelos la acosan y las madrugadas se extienden insertando este o aquel material, imaginando la alegría de los estudiantes cuando abran la página y estén ahí sus trabajos periodísticos, escritos con tinta joven, con visiones del hoy y el ahora cubanos. Pero ha de ser sincera: ningún dolor de cabeza ha sido tan fuerte como para menguar sus satisfacciones como docente.

Y de eso precisamente se trata. De transmitir, con la modestia de un sueño que crece, sus experiencias como bloguera desde octubre del 2006. Su público-meta posee características muy particulares: es emisor y destinatario. Son los futuros periodistas que a la vuelta de cinco escasos años estarán en los medios de comunicación como hacedores de noticias. Pero son, ya desde el primer curso académico de la carrera de Periodismo de la Facultad de Comunicación, entes constructores de ellas en un proceso de formación, preparación y superación permanentes.

Y son, es lo fundamental, principales protagonistas del blog, sus reporteros, los encargados de que esa página permanezca en la red con materiales de actualidad informativa, interpretativa y opinática. Isla al Sur es "su" periódico.

El blog valida el concepto de taller extramuros y a él se puede acceder en cualquier momento para tomar experiencias ajenas y compararlas con las propias, y para también decidir ser parte de un proyecto común e integrador de las materias. En este caso, tributan todas las de Periodismo Impreso, más Agencias, Redacción, Fotografía y las que abordan especialmente aspectos teóricos. A ello suma otros trabajos propuestos desde los saberes e intereses particulares de sus autores que son los estudiantes, sus profesores, periodistas, en una amplia lista de registros.

Y ratifica, por sobre todo, la propuesta de comunicación educativa, que “favorece el aprendizaje, optimiza el intercambio y recreación de los significados, además de contribuir al desarrollo de la personalidad de los participantes”, tal y como apuntan Villalonga y González (sf). 

La experiencia no tiene límites para ningún profesor de cualquier carrera. O, al menos, no deben ser límites infranqueables. Requiere, sí, de adecuaciones a las materias que se imparten. Contar con una página académica permite al docente realizar una gestión comunicativa de doble vía con los estudiantes, en tanto se produce una retroalimentación desde lo interno (el aula) y desde lo externo (el blog); encauza a los jóvenes hacia la lectura actualizada, pues ahí están sus experiencias y las de sus compañeros y ellos quieren medirse, compararse, ser entes competitivos y capaces. Se convierte el espacio en una tribuna de ideas para nuevas creaciones, y contribuye a formar y consolidar en los jóvenes el sentido de identidad y responsabilidad como autores que publicitan sus trabajos y de ellos dan cuenta cierta como fuente generadora.

A todo lo anterior se suma que ayuda a la contextualización de lo que, en la materia que se imparte, están abordando, profundizando, construyendo, el resto de los compañeros. Este último aspecto nos parece muy interesante como canalizador de reflexiones en un proyecto abierto, colaborativo y desarrollador, en el que el conocimiento se cimienta ininterrumpidamente. Es un espacio de punto de partida para el debate.

En la tarea es vital el rol del profesor como mediador en el proceso de comunicación, expansión, socialización y construcción del conocimiento en los estudiantes. Él es un punto de equilibrio, una mirada madura, aguda y estratégica en el progreso docente. En este aspecto, además, es necesario que el profesor valide su condición de autor en las mismas materias de las que pide excelencia a sus estudiantes.

Así, el docente no solo adquiere mayor relevancia profesional ante su alumnado, sino también, se convierte en un modelo referencial para los futuros periodistas. Es, además, un reconocimiento para los estudiantes, pues pueden compartir un espacio en que todos tendrán un objetivo común: la calidad de las propuestas, el sentido de responsabilidad, pertenencia y ética, y la confiabilidad de lo que se expone, garante de credibilidad.

Todo puede sintetizarse en un aprendizaje desarrollador que transita entre lo individual y lo colectivo o, en su máxima expresión: aprendizaje colaborativo, directo y emprendedor. Un laboratorio en la red pública que privilegia la flexibilidad, la actualización, la revisión permanente y la construcción del conocimiento desde lo personal a lo social e integrador.  
Pero el blog docente tiene aún un mayor alcance en el tiempo: es una base de textos teóricos y prácticos de actualidad para los alumnos que inician la carrera, cual especie de bibliografía realizada por jóvenes de su misma edad, igual experiencia, similar preparación cultural. Ellos en ese contexto pueden encontrar los trabajos que realizaron quienes les antecedieron y, por tanto, promueve la sana competencia de querer ser mejores porque ya saben de qué bases parten.

El blog, entonces, propone un cambio de paradigma en la enseñanza de los géneros periodísticos. Es decir, un cambio que se sostiene en más entrega de productos comunicativos que serán publicados, lo cual debe suponer para el estudiante una mayor responsabilidad, y contribuye a consolidar en él, desde la Academia, los valores éticos y profesionales del periodismo.

Conclusiones

Aprender aprendiendo

La doctora Marilyn Ferguson expresaba que en la educación transpersonal se incita al aprendiz a que se mantenga despierto y autónomo, a que cuestione y explore todos los rincones y rendijas de la experiencia consciente, a que indague el sentido de todo, a que pruebe los límites de lo externo y compruebe las fronteras y profundidades de su propio ser (1985).

Bajo esa mirada, el alumno de Periodismo debe ser consciente, desde el primer año, del cómo aprender, del cómo expresar y del cómo construir mensajes que serán información pública; es decir, reconocer las razones de este aprendizaje y diferenciarlo de cualquier otro, y distinguir las habilidades que está adquiriendo como futuro periodista, investido ya de la máxima responsabilidad social en la medida en que los destinatarios aprueban la veracidad y honestidad profesional de sus mensajes.

Aprender aprendiendo desde la comunicación educativa, ese es el modelo de formación integral que más se adecua a las exigencias docentes de la investigadora. Un modelo que plantea cambios de actitud tanto en los estudiantes como en los docentes, pues estos últimos pasan de ser dueños absolutos de la verdad constituida, a “escuchar”, interpretar y asumir lo que pasa por los ojos, las mentes y las vivencias de los alumnos, construyendo ambos nuevos horizontes en el hacer de la profesión. Es un paradigma constructivista.

En el blog se sintetiza la posibilidad de irse transformando y de crecer mutuamente en la medida que de ambas partes se asumen procesos creativos y espontáneos que ubican la docencia no desde la división que presupone al maestro y su experiencia frente al alumno y su afán de aprender, sino que es el escenario donde confluyen todos a mostrar y demostrar sus capacidades y las maneras de dar solución a cada encomienda.

Y aún más, el edublog privilegia la concepción de taller extramuros, cual laboratorio en la red pública que se distingue por la flexibilidad, la actualización, la revisión permanente y la construcción del conocimiento desde lo personal a lo social e integrador.  

Quienes deseen dar una mirada a Isla al Sur, podrán encontrar trabajos que hablan de temas tan variados que, de algún modo, van de lo humano a lo divino, de lo divino a lo humano. Es una mirada a la sociedad, a la trama que les concierne, con la frescura de los 18 años y la valentía de quienes asumen la vida desde todo lo posible.

Como ejemplos de este quehacer, en seis años de creado en el blog tienen espacio varios libros de entrevistas que como examen final del género realizaron los estudiantes de varios cursos. El primero data del aniversario 280 de la Universidad de La Habana. Con él se propuso demostrar que desde la Academia se puede ser realizador de productos comunicativos que tengan incidencia en el área que nos desenvolvemos, que tributen a ella de una manera que perdure en el tiempo. Es así que se realizaron más de 120 entrevistas a profesores, investigadores y trabajadores destacadísimos de la casa de altos estudios, algunos, incluso, con una trayectoria que trasciende los límites nacionales y, sin embargo, poco divulgados por la prensa tradicional. Así surgió el texto Nosotros, los del 280.

Después se concibió Premios Nacionales de Periodismo, tras la necesidad de agrupar en un cuerpo único a todos los periodistas cubanos que por la obra de la vida han sido merecedores de la más alta distinción que otorga su organización gremial; es un homenaje de quienes se forman a sus maestros. El otro ejemplo es Rostros del Varona, concebido en el aniversario 45 de la fundación del instituto pedagógico cubano paradigma y que agrupa a casi 100 docentes e investigadores de valía.

A estas acciones concretas se añade la compilación de nueve cuadernos teóricos-prácticos, fruto de los trabajos de investigación que deben realizar en cada período docente. En ellos se resume una amplia bibliografía, un material de referencia útil para quienes les suceden y para quienes realizan sus tesis de licenciatura, pues no solo dan cuenta de textos tradicionalmente consultados, sino también que se registran las voces de los periodistas cubanos que hoy desde las salas de redacción se preocupan por los fundamentos teóricos.

El blog igualmente reserva un espacio para los colegas. En él da cuenta del trabajo profesional, además de sus saberes teóricos, aficiones, de sus libros... Un espacio para mirarlos en su dimensión humana. También se han sumado a la publicación varios periodistas, quienes, incluso, envían sus trabajos desde el exterior, y para quienes fue necesario crear el temario Cortesía para Isla al Sur.

También en ese hacer de comunicación educativa y extensionista, Isla al Sur ha servido como fuente de trabajos para varias publicaciones que replican temas de su interés y perfiles. En particular, Cubaperiodistas, la web de la Unión de Periodistas de Cuba, reprodujo el libro Premios Nacionales de Periodismo. 

Producir y socializar desde la Academia

El blog docente Isla al Sur ha juntado y hecho posibles durante estos seis cursos varios proyectos creativos concebidos bilateralmente entre la profesora y sus alumnos. Ha demostrado que desde la formación universitaria, también se pueden fraguar productos comunicativos con incidencias en las áreas donde se ejecutan y que retribuyen en un valor social indudable.  

A continuación quedan expuestos los resultados más significativos:

--El edublog Isla al Sur es una herramienta docente que ha permitido publicar decenas de trabajos de los estudiantes de Periodismo, y de los diplomados que para la especialidad ofrece la Unión de Periodistas de Cuba y el Instituto Internacional de Periodismo José Martí, tanto en Ciudad de La Habana como en diversas provincias.

--Al proyecto se han unido estudiantes de años superiores de la carrera y otros de Comunicación Social, así como alumnos de cuatro sedes universitarias municipales, quienes han participado con sus trabajos de examen en la asignatura de Fundamentos del Periodismo, con artículos de diversas temáticas.

--El espacio sitúa en la red cuatro libros producidos como examen final de los estudiantes en la materia que concierne a la entrevista periodística. Ellos son: Nosotros, los del 280, Premios Nacionales de Periodismo, Rostros del Varona y Entre colegas.

--También publica el libro Cuba Curiosa, a partir de notas informativas realizadas como examen final y que dan cuenta de aspectos pocos conocidos y muy particulares de la Isla.

--En on-line están disponibles nueve cuadernos teóricos-prácticos, fruto de los trabajos de investigación de los estudiantes en las asignaturas que comprende el periodismo impreso: Recorrido histórico del periodismo, La entrevista periodística, Notas interpretativas, El reportaje interpretativo, Objetividad e Imparcialidad, Cuestiones del periodismo, La información periodística, Periodismo Retrospectivo y Acercamiento a la noticia. 

--El blog es una base de trabajos para los medios de prensa, que pueden publicarlos tanto en su edición en papel como digital.

--En el 2010 recibió el Premio Zaparico,  destinado a blogs o páginas web que se destacan por su forma y contenido. Se otorgan cinco premios anuales.

--En 2011 recibió Premio Relevante de la Universidad de La Habana y se le consideró innovación.

--También fue Premio Relevante del Ministerio de Educación Superior y participó la ponencia en Universidad 2012.

--Como espacio extensionista, vale destacar que el blog recibe más de seis mil visitas mensuales. Según reportes recientes ofrecidos por Google Analytics, los países con más índices de entrada son México, España, Colombia, Venezuela, Argentina, Perú, Cuba, Chile, Estados Unidos y Ecuador. Las ciudades con más accesos son La Habana, Lima, Caracas, Bogotá, Ciudad de México, Madrid, Santiago de Chile, Buenos Aires, Quito y Barcelona.

Recomendaciones

--La labor extensionista desde las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones no pueden ser asumidas con miradas estrechas y marginadas a los modos mediáticos tradicionales. Ellas deben ser objeto de una reapropiación por parte de cada disciplina, de manera que sean aprovechados sus mejores y más convenientes aportes para cada interés específico de profesores y alumnos, inmersos en procesos integradores y desarrolladores de comunicación educativa.

--Los jóvenes poseen hoy otros modos de comunicación y memoria colectiva; es preciso, entonces, que las universidades destaquen su rol de laboratorios de nuevas experiencias, de otras vías y métodos para la docencia y el aprendizaje, acordes con los apremios de un estudiantado que se reconforma en la medida que se transforma su entorno, y constituyen ellos la continuidad de sus predecesores.

--Hoy los nuevos retos de las universidades están también en involucrarse en la comprensión de una sociedad que es cada vez más heterogénea y diversa, y debe formar a un profesional capaz de insertase a ella desde el conocimiento profundo e incluyente.

--Internet es un medio que vehicula los intereses como docentes. Por eso hoy es necesario emplearlo también en la labor expansiva del conocimiento fuera de las paredes del aula.

--Formar adecuadamente a los estudiantes constituye parte del deber ser como docentes de una profesión eminentemente ideológica. La confrontación colectiva de sus mensajes contribuirá a su cultura del debate, a su ética, a su honestidad intelectual desde los espacios de la Academia.

--Los modelos pedagógicos hace mucho tiempo traspasaron la linealidad del profesor como gurú del conocimiento. Hoy se imponen vías de retroalimentación, bilaterales, multilaterales, en espacios socializadores del conocimiento para llevarlo desde la individualidad, a la sabiduría colectiva y plural. El empleo de los edublogs contribuye a una pedagogía constructivista y a una comunicación educativa realmente efectivas.

Bibliografía

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COMUNICACIÓN, CONTRAHEGEMONÍA Y RESISTENCIA CULTURAL

COMUNICACIÓN, CONTRAHEGEMONÍA Y RESISTENCIA CULTURAL

Entrevista al filósofo español Francisco Jarauta.

Dra. MARIBEL ACOSTA DAMAS,
Jefa de Departamento-Carrera de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

El filósofo español Francisco Jarauta, catedrático de la Universidad de Murcia, integrante del grupo Tánger junto con personalidades como Sami Nair e Ignacio Ramonet, es una de las voces más autorizadas del pensamiento europeo. Con un largo recorrido en el análisis de los procesos globalizadores -incluido el lugar que ocupa la comunicación- tiene en su haber numerosos textos sobre las imbricaciones del arte, la cultura y la sociedad contemporánea. Constituye, además, un referente para el estudio de los fenómenos civilizatorios actuales desde América Latina,  por su cercanía a la región en importantes etapas de los estudios teóricos latinoamericanos.

-Usted sostiene que es necesario construir hoy una nueva cartografía del mundo. ¿Desde qué coordenadas? ¿Cómo?

Lo he dicho, lo he escrito, lo sigo pensando. Uno de los trabajos más urgentes del pensamiento actual es justamente construir una nueva cartografía, un nuevo mapa del mundo, pues en primer lugar nunca en un periodo tan corto como los últimos 30 años, las transformaciones del planeta han sido tan profundas y  aceleradas.

Cuando en los años 70 comienza a habarse casi con obsesión de cómo será el año 2000, aparecen en el mundo institutos de prospectivas, por ejemplo, en Osaka y Houston. Ellos tienen como objeto de sus investigaciones hacer el dibujo del año 2000 y cuando  por fin llega, ninguno de aquellos informes se edita porque simplemente la realidad había superado la ficción. ¿Cómo es posible que en 1973 no se diga una sola palabra de la posibilidad de la computadora personal o el teléfono móvil?

El último trabajo de Manuel Castells sobre los comportamientos  e implicaciones antropológicas del uso de la telefonía móvil, es espectacular. Yo tomo unos 25 vuelos al mes y observo como cuando uno termina el viaje, inmediatamente la gente abre su teléfono móvil, y veo los rostros de decepción total que aparecen al descubrir que en dos horas de viaje nadie lo ha llamado. ¡Es insoportable esa soledad! ¡Ni siquiera un mensaje comercial! Algunos rostros exigen casi piedad.

-¿Qué denota esto?

Los implícitos antropológicos al entrar en escena un medio como es el teléfono móvil cambian. Todo nuestro comportamiento se adapta a las nuevas deudas que la comunicación implica, con una relación de dependencia absoluta. La correspondencia entre mundo exterior e interior, entre subjetividad y sistema, se adaptan a través de un perverso régimen que obliga a ser carne de obsesión, en un ritual devastador. Sin embargo, eso no se descubre en las previsiones de los años 70, no aparece siquiera la palabra Internet.

Los cambios han sido tan profundos, que es necesario situarse en un umbral del cual se pueda ver con cierta lucidez la agenda de lo que ha pasado y nos ubique en una perspectiva de futuro, de cuya instancia tenemos que hacer una mínima carta. La cartografía actual es deudora y tiene que remitirse a aspectos hondamente geopolíticos, hacerse cargo de cuál es el mapa político del mundo de hoy, pues han pasado más de 20 años desde la caída del Muro de Berlín.

Es una situación de emergencias sucesivas, de altas velocidades que nos han convertido en observadores globales con una potentísima información. Caen ante nosotros cataratas de datos, depurados o no, muchísimo spam, cae de todo, y nosotros estamos construyendo una especie de ente fatal que no tiene criterio de análisis. No hay disección y, en consecuencia, lo que ocurre ante nosotros es una especie de zona viscosa que podemos llamar no identificada, que es nuestra imagen del mundo. Sobre esa zona hay que construir un mapa.

Primero hay que construir los conceptos que permitan crearlo, instrumentalizar sistemas educativos que sean eficaces, es lo único que nos va a permitir anticipar el futuro. Es una de las tareas actuales más urgentes: anticipar el futuro. Esta crisis generalizada del sistema mundial, no solamente el sistema capitalista, sino del sistema global, nos obliga precisamente a postular un trabajo cuyo objetivo principal sea exactamente responder a eso. ¿Cómo será el futuro?

-Refiriéndose a este mundo que usted ha descrito, ¿dónde situar el pensamiento, la cultura y la comunicación?

Los primeros años del siglo XXI no han sido felices, han precipitado fuera de agenda pronósticos -que fueron considerados pesimistas- sobre la viabilidad de un modelo de crecimiento permanente que garantizaba un enriquecimiento cada vez más alto de las sociedades industriales, y en cuyo horizonte nunca aparecía el término crisis.

Sin embargo, la realidad es que el sistema está profundamente agrietado e incapaz de subsanar sus propias heridas. El escenario actual resulta inquietante e inédito, pues no hay en la historia de la economía internacional situaciones paralelas, ni la crisis del 29, ni las crisis regionales como la del 92 para Europa. Esta crisis de hoy acumula una gran incertidumbre a la hora de identificar mejor cuáles podrían ser las soluciones para hacerle frente. ¿Hacia dónde vamos?

El futuro es realmente complicado. Nos encontramos en un momento de incertidumbre, sin identificación de los instrumentos y las mediaciones que nos permitirían hacer frente a la crisis, y sin saber cómo será ese futuro.

Este escenario no es solo complejo, sino global. Hoy todo hay que pensarlo globalmente, no podemos enrocarnos en un lugar protegido, hay que soportar la intemperie de la época y abrirnos a situaciones totalmente nuevas. Es cierto que ahí entran en juego todos los subsistemas como cultura y comunicación y, una y otra, que nunca son autónomas sino inscritas en ese global sistem, obligan a que la cultura se retire de los rituales del espectáculo y vuelva a ser más realistamente social, más cercana y dialógica. Me posiciono frontalmente contra las ideas de una cultura autónoma. Esta tiene que tener una profunda inscripción social, tiene que ser memoria, historia y al mismo tiempo creación e innovación,  tener un meridiano claro en que los anclajes de una y otra tensión se resuelvan.

-¿Y la comunicación?

La comunicación es un caso todavía más embarazoso porque en el gran proceso de tendencia a la homologación global que hemos podido observar en los últimos 20 años, los dos instrumentos más poderosos han sido, en primer lugar, la comunicación mediática y, en segundo lugar, el mercado.

La homologación es el resultado de la efectividad de los procesos que se expresan de la homologación al mercado. ¿Pues, quién tiene el poder de los medios en este momento? Entonces la creación de la opinión pública internacional pasa fundamentalmente por sugerir una independencia con respecto a los medios. Soy de los que no abdican y por ello estoy convencido de que hay que reivindicar y crear la opinión pública.

Así pues, crear la opinión pública conlleva a modificar los sistemas de trabajo, dar voz a lo social, a la emergencia social, crear espacios para la democracia, la participación y, la comunicación.

-¿En la denominada por Manuel Castells Sociedad en red, qué desafíos tiene la humanidad?

Hemos entrado en un periodo en que la Sociedad de la Información y sus efectos estructurales, la sociedad en red, han alterado toda la geografía en la que nos habíamos situado en el planeta. Cada vez más el mundo es menos físico en una situación que afecta nuestro sistema de relaciones y  de pertenencia a él. Todos estamos más cerca en una estructura en red, se afecta nuestro método de aprendizaje y, la ignorancia no está causada por la lejanía donde todo está más cerca. Pero, evidentemente, no podemos eliminar el componente material de la existencia individual, uno es real, sin embargo, las soluciones, permanencias y resistencias deben ser pensadas de otra manera.

-¿Cómo se altera entonces la comunicación de masas?

La comunicación de masas es el grandísimo salto que se ha producido en la segunda mitad del siglo XX. La homogeneización del mundo ha conllevado al concepto de masas, que es un concepto delicado, nacido en los años 20; al que luego sigue la masa anónima, silenciosa, de los que a las cinco de la tarde están sentados delante del televisor. Una sociedad de masas supeditada a una cultura de masas.

En este paradigma lo que importa es si vas a un museo, no preguntarte qué haces en él, es impresionante el perfil de curiosidad del usuario del museo, del nuevo espectador. La cultura de masas y la sociedad de masas son correlativas y este es un fenómeno que transita a través de la comunicación, y este es el punto político importante, porque desde ella se produce la inducción de aquellos procesos que generan la homogeneización de las formas de la vida, estilos que terminan siendo comunes, no importa en qué lugar del planeta vivan los seres humanos. Los estilos de vida son cada vez más próximos, y la comunicación es la maestra encargada de esa gran escuela. Un pensamiento crítico que intercepte, detenga y haga no fácil la homologación es un capítulo muy interesante del trabajo teórico.

-¿Es posible desde el escenario de la Sociedad de la Información construir una comunicación contrahegemónica?

Es posible y ya existe. Reconozco muchas redes de jóvenes que comparten tipos de comunicación ajenos a lo que podemos llamar el discurso hegemónico. Existen en Madrid, por ejemplo, redes extraordinariamente activas, que pueden calificarse por algunos de insignificantes, irrelevantes, no al nivel del proceso de homologación. ¿Por ello evaluarlas de anecdóticas? No, amo las intensidades, los lugares en los que se crea algo nuevo, sus emergencias. ¿Cómo se hace? Surgen por afinidades electivas, de pensamiento, de trabajo, y me emocionan. Crean no desde la pretensión del gran proyecto, sino desde lo modesto, lo pequeño.

-¿Y cómo desde la comunicación institucional, desde la televisión, desde los informativos de televisión, incorporar y contaminarse de este discurso contrahegemónico que viene emergiendo?

Lo veo casi imposible. Personas cercanas a mí trabajan en Televisión Española, excelentes profesionales, quienes han luchado duro por mantener o crear espacios con estos conceptos. Pero la resistencia del sistema es insuperable por la prevalencia de criterios de audiencia y mercado. Sin embargo, no hay que esperar que la innovación se produzca en los medios institucionalizados, tengo una experiencia muy crítica al respecto.

-¿Esas experiencias que pueden nacer de la comunicación comunitaria podrían llegar a dinamizar a las grandes instituciones?

Podrían tener una relación en la doble dirección, en el sentido de convertirse en la sombra de la comunicación hegemónica y generar dinámicas autónomas, creando su propia red. Así el fenómeno adquiriría una relevancia social.

-¿Este análisis tiene el mismo valor hacia la televisión pública que la privada?

La televisión privada está supeditada a mayores hipotecas y en el caso de las cadenas privadas del estado español están sometidas a criterios fundamentalmente comerciales. En cambio, las redes comunitarias tienen una autonomía distinta, y allí se producen fenómenos generacionales donde los que intervienen son jóvenes con un presencia distinta, con más libertad de opinión, que generan dinámicas diferentes.

-¿Qué nichos podrían encontrarse en América Latina en la Sociedad de la Información, por sus peculiaridades de búsqueda hoy de modelos más participativos?

El sector informal ligado a los medios de comunicación en América Latina es muy alto y existen experiencias más ricas que las que se pueden encontrar en Europa. América Latina siempre ha tenido un margen mayor para ese tipo de emergencias ligadas a los medios y a su trabajo. ¿De qué manera fomentarlo? Es complejo, pero confirmo que este es un gran espacio abierto, que ustedes conocen mejor que yo. El reto está en descubrirlo y potenciarlo.


 

DE LOS MEDIOS A LA MEDIAMORFOSIS. ¿QUÉ SIGNIFICA NOTICIAR?

DE LOS MEDIOS A LA MEDIAMORFOSIS. ¿QUÉ SIGNIFICA NOTICIAR?

Dra. YAMILE HABER GUERRA,
Jefa de Departamento-Carrera de Comunicación Social,
Universidad de Oriente.

Hay que empezar por volver a una visión
del mundo mucho más modesta del papel
de los periodistas. ¿Qué está realmente en
su poder? Entre las cosas que dependen de
ellos está el manejo de las palabras.
Pierre Bourdieu, 1992

El siglo XXI será antropológico, porque la
esperanza del entendimiento mutuo y de la
acción común ya no dependen de ideologías
universales, de credos atemporales, de
religiones o fundamentalismos omniabarcadores,
de posturas políticas infalibles y homogeneizadoras,
sino de la cabeza de cada uno de nosotros, de cada una
de nuestras microprácticas ordinarias, de la capacidad
individual y colectiva de integrarnos y vivir un mundo
trazado sobre una diversidad de alternativas y
posiciones que escapan a una probable
comprensión totalizadora.
Ramfis Ayús, 1997

Resumen

Este artículo es un acercamiento heterónomo a los procesos de escritura y re-escritura (lectura) de la noticia en el concierto de la sinergia mediática y el des-orden informativo mundial. Las nuevas tecnologías son de la información y no para la información: de Gutenberg hacia acá lo que nos ha sobrevivido como periodistas es la palabra escrita.

Y ya que colocar una palabra por otra es cambiar la visión del mundo y, por tanto, contribuir a transformarlo, asumamos las autopistas de la información como autopistas del lenguaje en función de una teleología: nueva noticia, nuevo discurso periodístico en (para) nuevos receptores, nuevos espacios y nuevos tiempos informativos.

Del palo periodístico al periodismo como yunque

Si las ventas de periódicos en el mundo, para mayor ironía, principalmente en los países en vías de desarrollo, no dejan de aumentar, y la Asociación Mundial de Periódicos se jacta de ello, ¿por qué, cada vez de modo más recurrente, en espacios académicos o cotidianos, se continúa anunciando la desaparición de los periódicos?

¿Por qué, mientras no pocos puristas siguen aferrados a la veracidad de las fuentes y a la credibilidad de la noticia como condiciones sine qua non de la información periodística, cualquiera con acceso a las herramientas tecnológicas de producción, reproducción y distribución de información, informa? Grabar con la cámara de un teléfono móvil y “colgar” el video resultante, de relativo impacto social, en YouTube, o intercambiar comentarios desde un blog, ¿es hacer periodismo?

No es el caso tratar nuevas censuras ni sutiles manipulaciones; ni la larguísima lista de periodistas reprimidos, asesinados, silenciados o desaparecidos; ni la urgencia de reformular la ética y la deontología periodísticas a la luz de las nuevas formas de producción, transmisión y recepción de la noticia.

Sería demasiado pretencioso, asimismo, pronunciarse por reformar la prensa como arte-facto, sistema, estructura, organización y poder, o por cambios en el ámbito académico respecto a la formación de periodistas —de esto ya se tienen razones en muchas escuelas de periodismo del mundo—, o por un mejor periodismo imitando los patrones clásicos de calidad y referencia dominantes.

Urge, sí, acercarse de una manera más heterónoma a los procesos de escritura y re-escritura (lectura) de la noticia en el concierto de la sinergia mediática y el des-orden informativo mundial, cuando todo el periodismo es escrito, y cuando difusión y eficacia en los enunciatarios son, cada vez más, inversamente proporcionales: fast making, fast writting vs. fast reading, en aras de un nuevo discurso sobre el discurso periodístico, y ya que somos profesionales de la palabra autorizada (Bourdieu, 2004, p. 511).

Al fin y al cabo, ya había señalado el profesor Enrique de Aguinaga (2001) que la antítesis del periodismo concebido como sistema es el periodismo concebido como estilo. Paralelamente a la tesis del periodismo como ciencia corresponde la antítesis del periodismo como arte, al periodismo concebido como modo clasificatorio corresponde el periodismo como modo narrativo. En consecuencia, como sugiere también el decano de los Cronistas de la Villa “hace falta un esfuerzo especulativo para depurar el concepto de periodismo, liberándolo de sus aspectos formales o de sus encarnaciones”.

Tempranamente había advertido el también profesor Robert Escarpit (1977, pp.170-171) que escritura y reescritura son actos independientes uno del otro, que redactor y lector, lejos uno del otro, están en situaciones históricas diferentes, tanto desde el punto de vista de su historia personal como desde el punto de vista de su contexto histórico, social y cultural, en virtud de lo cual introducen en la relación significante-significado connotaciones diferentes, aportaciones informativas objeto de emparejamiento o de transacción. Insistía, asimismo, en que la lectura es un proceso concurrente y no simplemente simétrico de la escritura.

Otras dos perspectivas apuntan hacia la relación escritura-reescritura. El clásico Wilbur Scramm habla de condiciones para tener éxito en la comunicación: el mensaje debe formularse y entregarse de modo que obtenga la atención del destinatario; debe emplear signos que se refieran a la común experiencia de la fuente y el destinatario, a fin de poder transmitir el significado; debe despertar necesidades de la personalidad del destinatario y sugerir algunas maneras de satisfacer esas necesidades, y el mensaje debe sugerir, para la satisfacción de tales necesidades, una manera que sea adecuada a la situación del grupo en que se encuentra el destinatario en el momento en que es impulsado a dar la respuesta deseada.

Más acá en el tiempo, analistas del discurso (Casalmiglia y Tusón, 1999, p. 75) se refieren a las características de la enunciación escrita prototípica en los siguientes términos: la actuación independiente y autónoma de las personas que se comunican a través del texto, emisores y receptores se llaman más precisamente escritores y lectores; la comunicación tiene lugar in absentia: sus protagonistas no comparten ni el tiempo ni el espacio, el momento y el lugar de la escritura no coinciden con los de la lectura; al tratarse de una interacción diferida, el texto debe contener las instrucciones necesarias para ser interpretado.

Ya que los textos periodísticos pueden constituir una unidad semántica con un significado superficial totalmente coherente y, al mismo tiempo, tener uno más profundo, conviene no pasar por alto la existencia de una memoria común, según la cual, y siguiendo a Lotman, el texto elige al público a su imagen y semejanza.

Vino nuevo en odres viejos

Hay “nuevas” noticias, nuevos medios, nuevos soportes, nuevos receptores. Sin embargo, no existe un nuevo discurso periodístico ni un nuevo texto periodístico, en un escenario en el que los periodistas sólo tendríamos, en el mejor de los casos, la posibilidad de alcanzar una subalternidad decorosa.

Entre el hecho noticioso (o noticiable) y la presentación impresa de la información periodística continúa actuando el lenguaje. Los consabidos factores tecnológicos, económicos, políticos, ideológicos y culturales caracterizan esta presentación que, sin embargo, sólo se realiza mediante el lenguaje.

Para contar la noticia hacen falta dos condiciones: percibir el hecho noticioso y convertirlo lingüísticamente en texto periodístico. Para leer un texto periodístico hay que apropiárselo lingüísticamente; para estar informados hay que, al menos, leer (escuchar, ver), sentir (percibir) la noticia. En la manera de percibir el enunciatario confluyen su capacidad de percepción y su capacidad lingüística.

El lenguaje del periodismo ha sido utilizado por periodistas y no periodistas, pero con un fin siempre periodístico y sobre la base de patrones periodísticos (géneros, técnicas) más o menos universales, diferenciables, representativos y típicos (infor¬ma¬ciones, entrevistas, artículos, reportajes), para comunicar una realidad que es, ante todo, extralingüística, la cual habrá de conformarse primero lingüísticamente, es decir, adaptarse a las categorías de contenido: palabras, formas flexivas, tipos de frases.

El problema del estilo periodístico —un estilo funcional de la lengua, definido como la selección consciente o inconsciente y la composición de los recursos lingüísticos para estructurar los contenidos con un fin expresivo informativo—, es parte del problema pragmático de cómo y con qué finalidades funciona la lengua; tiene que ver con la adaptabilidad de los medios lingüísticos a la naturaleza del enunciado. Es esencialmente pragmático.

De tal suerte, el discurso periodístico como dispositivo de los mass-media en cuanto ritual operativo de producción y consumo, articulación de materias y sentidos, aparatos de base y puesta en escena, códigos de montaje, de percepción y de reconocimiento se articula entre la ideología y la lingüística (Martín Barbero, 1987, p. 48).

Ello, no obstante, no ha pasado de ser una pre-ocupación de minorías; una historia de libros de estilo más o menos aceptados; la suma de restricciones, prohibiciones, reglas más o menos arbitrarias; el objeto de denuncias y acusaciones de lingüistas y semiólogos.

Advertencias que ya adelantaba a fines de los años setenta el profesor Ordóñez Andrade, por entonces director de Ciespal, y describía como la vieja tradición que pretendía fundamentar la comunicación solamente en la praxis del periodismo y que quería convertir la teoría y el método de las ciencias sociales aplicadas a la comunicación, en recetarios dogmáticos e inviolables, destinados más bien a transmitir una ideología de dominación que un conocimiento crítico, con la seguridad que da la tautología.

La objetividad informativa, insostenible ya en la época dorada de la teoría de la información, se quiebra en la actualidad cuando el referente objetivo es cada vez más inseguro.

Históricamente, desde diferentes perspectivas teóricas y metodológicas, y ante la más pasmosa indiferencia de los implicados, ha sido cuestionada la ortodoxia objetivista informativa en cuyo nombre se han aplicado acríticamente instrumentos y concepciones. En virtud de ello, “estar allí”, bajo la bomba, entre los escombros dejados por el terremoto, justo en el acto de asunción presidencial o en el ojo del ciclón, se enseña en muchas aulas como garantía de una información objetiva y/o veraz.

Pero, ¿y si aún estando allí, el periodista se equivoca? La objetividad no garantiza la fiabilidad informativa, un texto periodístico errado puede ser expresión de una noticia objetiva.

Neutralidad axiológica no es objetividad científica (informativa): estar allí implica, además de observación, una reconstrucción discursiva y hermenéutica de índole antropológica que en el léxico lógico se traduce como inferencia.

Por otro lado, ¿qué correspondencia existe entre la capacidad narrativa del reportero —capacidad descriptiva, abducción e información—, su intención, y lo que realmente aconteció?

En un interés etnográfico, ¿puede el lenguaje periodístico captar la simultaneidad y sutileza de muchos actos noticiados? Retomando el párrafo anterior, ¿cómo puedo corroborar ya no el carácter objetivo de los hechos informados sino la precisión de las inferencias del periodista, cuando el instante, el sucedido, el gesto, la palabra, son apenas momentos, eslabones de la larga cadena informativa?

Es que el periodista ha sido considerado, antes que otra cosa, un ordenador de informaciones y opiniones.

Si revisamos su génesis, constatamos que el periodismo se origina precisamente en el establecimiento de los primeros sistemas de prensa periódica y regular. El término incluso procede de ahí, de la periodicidad, como característica fundamental del acto informativo, en sus inicios manuscrito o impreso.

El lenguaje periodístico se realiza, entonces, desde sus orígenes, mediante la escritura; aparece con el surgimiento de la prensa periódica. En consecuencia, su primer rasgo general y diferenciador sería su regularidad, su periodicidad.

Los años noventa, empero, anunciaban el advenimiento de una nueva era para la noticia.

La hipertinencia informativa generada por los nuevos instrumentos para el procesamiento de la información, y la hipertextualidad; la transdiscursividad-transversalidad-intersubjetividad que superan la polidiscursividad e interdiscursividad (Haber Guerra, 2006 y el paradigma informacional; los nuevos espacios y tiempos de la información; el periodismo 3.0; los nuevos paradigmas como la pirámide tumbada (Canavilhas, 2007) e invertida horizontal (Franco, 2008), apuntan hacia nuevas esencias.

De la refuncionalización a la reenunciación. Sinexión frente a sinergia

¿Qué necesita el periodismo en el siglo XXI?

Un nuevo paradigma universalis, como metadiscurso generador de metalenguajes:

--Que dé espacio al sujeto y a la realidad irrepresentables.

--Que llene el vacío de lo indecible y lo innombrable.

--Que no considere la noticia de cierta parte del mundo como la noticia del mundo.

--Que defienda, más que la explicación y la interpretación del hecho noticioso, la comprensión de la realidad a la que éste corresponde.

--Que respete las diferentes maneras de representación individual y colectiva de la noticia y de la información.

--Que oponga una ficción documental a la ficción del directo y la utopía del tiempo real.

--Una verdad resultado de la relación concordante entre lo sucedido (el hecho noticioso), la evidencia de lo percibido (independientemente de la parcialidad de las percepciones), lo representado, y lo contado (noticiado, informado).

Como teoría:

--La construcción de una teoría crítica de lo discursivo que conduzca del espacio del signo al de las prácticas discursivas.

--Estudio del texto periodístico con una perspectiva inferencial, id est, un estudio pragmalingüístico del metarrelato más allá de la frase e incluso del párrafo, con objeto en las implicaciones y los desdoblamientos del discurso; en otros términos, una reconstrucción discursiva y hermenéutica de lo dicho (informado). Ello pasaría por el reconocimiento de un laberinto de campos semánticos, y de las llamadas presuposiciones pragmáticas: lo que tanto el enunciador como el enunciatario saben o se supone que saben acerca de la noticia como fenómeno más o menos codificado.

--Análisis fenomenológico y hermenéutico de los datos simbólicos y una matriz de interpretación de la noticia.

--Articulación de los niveles tecnológico —cómo se hace—, metodológico —por qué se hace así—, y epistemológico —para qué y para quién se hace—.

--Contrastación y sistematización de conocimientos, y legitimización de un universal múltiple, diverso y reticular.

--Una nueva axiología que desestime la velocidad como valor y defienda el principio de proximidad intercultural y el valor pragmático de la noticia.

--Un enfoque integrador, electivo (Hart, 2007), heredero de la tradición filosófica cubana y el postulado de Luz y Caballero: todas las escuelas y ninguna escuela, he ahí la escuela, y sinérgico.

--Una perspectiva antropológica que responda a los problemas de la alteridad y de la diversidad.

--Otra episteme del periodismo.

Como práctica:

--Reconocer el carácter eventual y contingente de los hechos noticiables, cada uno de los cuales es presente o co-presente sólo mediante un aspecto o perspectiva, lo que entraña cierto grado cognitivo y de compresencia del que se informa.

--Discernir entre sentimiento inmediato del tiempo y el concepto sistemático de tiempo.

--Construir una base material informativa que permita nuevos montajes y proyectos de relato del hecho noticioso.

--Diseñar nuevas estrategias de construcción simbólica.

--Una mayor correspondencia entre el orden del discurso (periodístico) y el orden de lo real (el mundo noticiable), entre lo representado (la información), y el hecho noticioso.

--Un lenguaje que permita el reemplazo del concepto tradicional de género periodístico como etiqueta, por la categoría de forma estilística periodística o formación funcional estilística periodística.

--Un modelo de texto periodístico multidimensional, híbrido e intertextual, encaminado a aumentar el conocimiento conceptual, cuestionar verdades establecidas y sugerir otros análisis de los contenidos.

--Una objetividad no en los objetos y hechos noticiados, sino en los sentidos; una verdad que integre la objetividad de las subjetividades.

--Un tiempo y un espacio para escribir y para leer la noticia.

Como técnica:

--Ni fórmulas ni normas.

--Una pirámide donde lo que se diga primero no sea lo más importante; que sintetice percepción-representación-significación-explicación-interpretación-comprensión.

Como arte:

--Una real dimensión filológica, cultural y autorreflexiva.

De la pirámide invertida al péndulo invertido, un moribundo saludable

A pesar de la mediamorfosis, noticiar significa, ante todo, decir: una relación enunciación-enunciado informativos con su correspondiente dimensión implícita.

Noticiar es una negociación entre macrotexto y microtexto, mediante procesos de restitución (transposiciones, modulaciones, adecuaciones culturales) en un entorno pragmático: intención, situación, función, cotexto, intertexto, hipertexto, y en una dimensión estilística y retórica.

Noticiar es un recorrido de la palabra a la frase marcado por la situación prediscursiva, la incertidumbre, la permanencia y renovación del discurso, y el sentido.

Las nuevas tecnologías son de la información y no para la información, por lo tanto no podemos seguir pensando el periodismo en términos de dispositivos tecnológicos: de Gutenberg hacia acá lo que nos ha sobrevivido como periodistas es la palabra escrita.

Un hecho puede calificarse con una imagen (electrónica), pero esa imagen se ha traducido previamente en un adjetivo. Una emoción puede transmitirse con una imagen, con un sonido, pero esa imagen y ese sonido tomaron forma ya antes en un adverbio. Una acción puede darse hasta con el silencio, pero se da, más que todo, con un verbo.

Y ya que colocar una palabra por otra es cambiar la visión del mundo y, por tanto, contribuir a transformarlo, asumamos las autopistas de la información como autopistas del lenguaje en función de una teleología: nueva noticia, nuevo discurso periodístico en (para) nuevos receptores, nuevos espacios y nuevos tiempos informativos.

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LA COMUNICACIÓN EN LAS INSTITUCIONES DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

LA COMUNICACIÓN EN LAS INSTITUCIONES DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

Dra. MAGDA RIVERO HERNÁNDEZ,
Jefa de Departamento-Carrera de Comunicación Social,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Introducción

La comunicación (1) y su gestión activa son fundamentales en el proceso de desarrollo, consolidación y madurez de las organizaciones, a juicio de teóricos y especialistas, quienes han comenzado a considerarla parte de la gestión empresarial y organizacional. Deja, por tanto, de ser una actividad que se descarta o se relega a un segundo plano, o se prioriza en momentos de crisis para reafirmarse como vector estratégico.

Con la gestión de la comunicación en las organizaciones se pretende lograr un intercambio productivo de significados para la construcción de sentido (2) tanto a lo interno de la organización como entre esta y sus audiencias externas que permitan por un lado el afianzamiento de su identidad (3) y cultura (4), y por el otro, un posicionamiento estratégico (5) y una imagen/reputación (6) nítidos, así como garantizar una relación sostenida y sustentable entre la organización y sus stakeholders (7)- públicos estratégicos, potenciando el diálogo que posibilite alcanzar un consenso con y entre ellos. Si bien su fin último es el logro de los principios básicos organizacionales o propósitos misionales (8), planes y proyectos de la organización.

Las instituciones de la administración pública no son una excepción. Por el contrario, hoy informar y comunicar son dos grandes desafíos para la calidad de la gestión pública, no sólo porque inciden en la prestación directa de los servicios, sino como medio para conocer las opiniones de los públicos externos y alcanzar un consenso con y entre ellos. Para conseguir este objetivo, será determinante que los sistemas de comunicación faciliten una mayor información y transparencia así como la estimulación de escenarios relacionales y de participación, en los que prevalezca la interacción, el diálogo y la participación de los sujetos implicados en una organización.

Saber comunicar bien lo que la administración hace, en sus distintos niveles; saber compartir quién es, qué hace y por qué lo hace; saber compartir el valor de la administración (más allá de una simple información), aparece como un paso previo imprescindible a la promoción de una verdadera participación democrática y una valoración/estimación de los servicios públicos. De ahí que se entienda que la actividad comunicativa debe ser parte de la propia gestión de las instituciones de la administración pública.

Ahora bien, en este empeño, la gestión del líder es indispensable. Se requiere de un equipo directivo que gestione –impulse, acompañe, motive, relacione, anime, facilite soluciones; en fin, que comunique.

Como plantea el General de Ejército Raúl Castro: “El secreto para lograr mayores éxitos está en la capacidad de los cuadros para (…) cohesionar las fuerzas, exigir disciplina, educar con ejemplo, explicar las necesidades de cada tarea, convencer, entusiasmar, levantar el espíritu y movilizar la voluntad de la gente.”

Para lo que es necesario desarrollar habilidades comunicativas en los líderes y en los ciudadanos: capacidad de opinión y argumentación pública, resolución de conflictos, negociación, entre otros (9).

Asimismo, se debe trabajar en subvertir la idea de que la comunicación se reduce a la difusión de información, la publicidad y la producción de medios, pues si bien se entiende que al tener una mayor visibilidad externa de las actividades, lógicamente hay una mayor exposición a los medios de comunicación y a la opinión pública, no debe perderse de vista que la imagen social de las organizaciones entre la opinión pública, dependerá en buena medida del correcto tratamiento de la información que generan, pero fundamentalmente de una gestión adecuada.

Por otra parte, si bien resulta vital la divulgación de las informaciones y contenidos relevantes en los medios masivos o en publicaciones realizadas a tales efectos, esto no es suficiente. Publicar MÁS información NO es publicar MEJOR información, y definitivamente NO SIGNIFICA que nos estemos COMUNICANDO con nuestros públicos. En otras palabras, esto no basta para demostrar el alcance del impacto real o potencial que se puede generar. Un análisis en profundidad es clave para valorar la eficacia de la relación con los medios, o si los medios y mensajes que se están utilizando son efectivos a la hora de satisfacer las necesidades comunicacionales de los públicos, si se han comprendido los mensajes, o si sus expectativas han sido atendidas.

Otros aspectos a trabajar en las instituciones de la administración pública son la atención al ciudadano, velando porque no sea tan fragmentada según el tipo de servicio que se proporciona, además se debe dedicar más preeminencia a la comunicación interna, así como incorporar el concepto de imagen pública a su gestión. En suma, todavía es considerable lo que queda por hacer en pos de hacer entender a estas instituciones que la comunicación debe asumirse como estratégica y sustantiva al ejercicio de la administración y gestión pública, además debe ser preventiva y no reactiva.

Al mismo tiempo, la organización pública debe asimilar que el conocimiento sobre su público tiene que ser mucho más complejo y completo. Es decir, no sólo debe estar interesada en él, desde el punto de vista de la interacción y prestación de servicios –dinámica operativa habitual–, sino que, además, debe conocerlo y describir su perfil como miembro de una comunidad. Debería conocer incluso su capacidad, voluntad y actitud para con lo público, su nivel de identificación y su sentido de pertenencia. La meta es entender sus problemas, necesidades, deseos, expectativas, usos, costumbres, valores, cultura, educación, en definitiva, conocer cómo piensa, cómo se expresa, qué desea, cómo se relaciona cada público estratégico.

Pero en este derrotero es vital el trabajo con el público interno, pues son ellos los primeros que entran en contacto directo con el resto de las audiencias de las instituciones, a las que transmiten sus motivaciones, convicciones y sus expectativas en cuanto a los objetivos estratégicos de la organización. Es este personal quien está con los usuarios en el momento del servicio, quienes interactúan, como administración, con los ciudadanos: los trabajadores en el momento del servicio son la administración. Con ellos se debe comenzar a trabajar en aras de la concientización de su rol imprescindible como portador de la imagen de la institución frente a los públicos externos.

La sugerencia adicional es que cada institución ha de organizar un área encargada de la comunicación en función de sus recursos y particularidades, pero todos deben abordar cada una de las dimensiones de comunicación que permiten desarrollar un modelo de comunicación global, a saber:

--Comunicación interna para generar eficiencia, cohesión e identidad institucional.

--Comunicación para la participación ciudadana en programas y proyectos.

--Comunicación para generar alianzas y redes institucionales.

--Comunicación para generar opinión y agenda pública sobre temas de interés público.

--La comunicación de y en crisis (10) orientada, no solo a actuar, sino también a prevenir conflictos.

Con esta medida, incluso, se paliarían y/o evitarían algunas cuestiones que interfieren hoy en la labor de gestión de la administración pública y que a nivel comunicativo condicionan el desarrollo del día a día de la actividad de comunicación, entre las que se pueden mencionar:

--Dificultad en conseguir la información: en ocasiones no se dispone de toda la información para difundirla o no se conocen bien los datos antes de comunicarlos.

--Falta de comunicación sobre uno o varios temas.

--Lentitud comunicativa.

--Uso de un lenguaje poco comprensible.

--Insatisfacción de las necesidades de la población, organizaciones y empresas.

--Dispersión y declaraciones a veces contradictorias entre personas de distintos departamentos o áreas de la misma entidad.

--Dificultad en la comunicación de la institución como un conjunto.

--Rumorología.

--Falta de dominio de las herramientas de la comunicación 2.0.

Los objetivos que debían asignarse a la comunicación en la administración pública serían:

--Informar al ciudadano sobre sus derechos y obligaciones y dar información que atienda sus necesidades específicas y los capacite para el debate y la deliberación.

--Aumentar el conocimiento ciudadano de los problemas inherentes al servicio público, educándolos para su utilización racional.

--Movilizar y estimular la participación.

--Mejorar la imagen y valorizar (Dar valor a la institución pública).

--Dar a conocer la misión de los servicios públicos (11).

Hoy, además, habría que servirse de las posibilidades que brindan la tecnología, Internet y los nuevos medios como canales adicionales de información de la gestión pública aprovechando también su carácter interactivo y la bidireccionalidad entre emisores y receptores que estos permiten.

Sin embargo, se insiste en lo necesario que resulta una combinación tanto de medios de comunicación de largo alcance para el público en general -por ser elementos clave en la construcción de la opinión pública-, como de medios y canales institucionales, interpersonales y alternativos, capaces de operar en ámbitos locales o para públicos particulares, como pueden ser los medios de comunicación comunitarios, las reuniones de rendición de cuentas, las oficinas de atención al público, los mecanismos de vocería y los sistemas de control de quejas de la población con que cuentan los OACE y la administración local, sin descuidar los intercambios cotidianos que tienen lugar tanto en el espacio comunitario como en el institucional, entre otros, y que todos guarden complementariedad y coherencia entre sí, pero especialmente que se piensen teniendo en mente a los distintos públicos de interés. Y que en última instancia velen por la construcción de ciudadanía y den lugar a la participación, generando una relación  interesante, en la medida en que el proceso se aleje del mero hecho informativo para aproximarse a una construcción de sentido compartido que aumente la cooperación.

Notas:

(1) Refiriéndose a la comunicación en las empresas, organizaciones e instituciones se emplean varios términos, a saber: Comunicación Organizacional, Empresarial, Institucional, Corporativa, Global, Total, Integral, Integrada, Estratégica….

(2) Entender la construcción de sentido es percibir la comunicación como proceso históricamente localizado y, por tanto, condicionado por factores sociales, políticos, económicos, culturales y educacionales que estructuran las reglas, los hábitos y los modos de proceder de los actores sociales que, por medio de prácticas discursivas, entran en interacción.

(3) La Identidad tiene su asidero en la cultura, la misión y filosofía de la organización, está sustentada en un conjunto de atributos que conforman su personalidad y le permiten diferenciarse de las otras. El objetivo de la gestión de la identidad corporativa es facilitar la identificación y diferenciación de la organización frente a su entorno (otras organizaciones e instituciones), de forma clara y positiva, contribuyendo a la creación de una imagen propia y específica. 

(4) Las organizaciones son la expresión de una realidad cultural que refleja un marco de valores, creencias, sentimientos, ideas  y actitudes. El hecho de que haya valores y significados compartidos, implica necesariamente que se tengan patrones de comportamiento similares entre los grupos que integran la organización, que pueden alinearla hacia la búsqueda de objetivos comunes. Al final, la cultura se traduce en la forma de ser y hacer de la organización y es -o debe ser- compartida por sus integrantes.

(5) El término "Positioning", adaptado al español como "Posicionamiento", y que se ha convertido en piedra angular del mercadeo actual, es atribuido a los autores Al Ries y Jack Trout después de escribir en 1972 una serie de artículos titulados "La era del posicionamiento" para la revista Advertising Age. El posicionamiento es el lugar mental que ocupa el producto, la marca, la organización, etc. cuando se compara con el resto de los productos, marcas o entidades de la competencia, siempre a “ojos vista” de los públicos.
 
El posicionamiento puede ser analítico o estratégico. El analítico es el resultante de las percepciones manifiestas del público, relacionando una determinada empresa con una serie limitada de otras que compiten con ella en un mismo contexto. El estratégico es la intención de ubicación o situación de la empresa en una determinada posición (Sanz de la Tajada, 1996).

(6) La imagen organizacional es una elaboración subjetiva y modificable, en cuya construcción el papel protagónico lo tiene el público y no la institución, para quien esta (la imagen) debe instituirse como tarea permanente. Y aún cuando insistimos que en este empeño la comunicación no es absolutamente decisiva y determinante por sí sola, ésta debe jugar un papel preponderante. Pero una imagen –reputación- positiva no es la única meta a lograr. Antes de poseer una buena –o mala- imagen, que luego cristalice en reputación, la organización deberá darse a conocer. Por lo tanto, en una dimensión cronológica, el primer objetivo deberá ser siempre el de conocimiento, para luego alcanzar reconocimiento siempre antes de la obtención de notoriedad (recordación), la que a su vez puede clasificarse en base a cuatro tipologías: Espontánea; “Top of Mind”; Sugerida y Calificada (Libaert, 2005). Para ya en una fase superior, forjar esa imagen positiva (hasta alcanzar la anhelada reputación),  la que se configurará como el pilar básico de los objetivos de comunicación. La imagen lleva a cierto tipo de comportamiento y preferencias y, en consecuencia, a un posicionamiento determinado.

(7) Stakeholders son los “públicos estratégicos” o “partes interesadas” de las organizaciones, entendiéndose como los individuos o grupo de individuos que pueden afectar o ser afectados por las acciones, decisiones, normas, prácticas o metas de una organización. Los stakeholders se definen en función de la organización; es decir, un stakeholder lo es de una organización en concreto y no tiene por qué serlo de otra.

(8) Nos estamos refiriendo a la misión, la visión, los objetivos estratégicos. La Misión describe el propósito de la empresa, su razón de ser, mientras que la Visión nos dice a dónde queremos llegar, visualizando la posición que quiere alcanzar la empresa en los próximos 10 a 15 años. Se centra en los fines y no en los medios. La conjunción de visión y misión deben generar sentido de pertenencia y facilitar el compromiso de los miembros de la organización

(9) GRANADOS MOGROVEJO, Arturo. (2003) Procesos comunicacionales, sociedad local y desarrollo. Lima, Perú: ESFERA PÚBLICA LOCAL. pág. 11.

(10) Inserto en el ámbito de la llamada comunicación institucional/corporativa/relaciones públicas se encuentran los aspectos referidos a lo que la mayoría de los autores denominan “comunicación de crisis”, entendiéndose por crisis "un acontecimiento extraordinario, o una serie de acontecimientos, que afectan de forma diversa a la integridad del producto, la reputación o a la estabilidad financiera de la organización; o a la salud y bienestar de los trabajadores, de la comunidad o del público en general" (Rojas Orduña, 2003).

Una situación de crisis hace peligrar los objetivos de la organización, además de alterar las relaciones que ésta posee con sus públicos. La organización va a necesitar que se intervenga para minimizar o evitar posibles repercusiones que afecten nocivamente a su imagen y/o reputación. Cabe mencionar que toda crisis tiene dos aspectos: el operativo y el comunicacional. Entendiendo el primero como la situación donde la empresa tiene que resolver el hecho, mientras que la parte comunicacional será aquella donde se debe tratar con los diferentes actores que pueden verse afectados.

El área de comunicación no sólo debe planificar qué hacer en términos comunicacionales para contrarrestar los efectos negativos que la crisis pudiera producir. Su intervención en la gestión de crisis comienza mucho antes, cuando la organización decide establecer un plan de gestión de crisis que contenga las medidas básicas de prevención ante posibles riesgos  susceptibles de derivar en situaciones que pongan en peligro su estabilidad. Por tanto, su trabajo incluye no sólo la prevención, sino también la actuación eficaz en caso de que se materialice dicha situación de crisis.

(11) CHÍAS, Josep (1995) Marketing Público: Por un Gobierno y Una Administración al servicio del público. McGraw-Hill.

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