Blogia
mesadetrabajo

MARTÍ EN MUCHAS VOCES

MARTÍ EN MUCHAS VOCES

Declaraciones de varios prestigiosos intelectuales e investigadores acerca de sus visiones sobre el más universal de los cubanos.

MSc. RANDY SABORIT MORA,
Periodista y profesor de la Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

DIANA ABAD: “MARTÍ LE ’INYECTA’ VIDA NUEVA A LA GENTE”

Para la investigadora cubana Diana Abad, José Martí tenía la capacidad de “inyectarle” vida nueva la gente, algo utópico para muchos políticos de este mundo, quienes conducen su discurso por la vía contraria a los hechos.

“Martí le ’inyecta’ vida nueva a la gente”, afirmó la académica, al comentar sobre los valores del memorable discurso pronunciado por el Apóstol el 26 de noviembre de 1891, conocido como Con todos, y para el bien de todos.

“Para fundar un pueblo democrático hay que contar con el concurso de todos. Hay que evitar el ajuste de cuentas entre cubanos y españoles, por eso considero que esa pieza oratoria es de un valor extraordinario”, opinó.

En esa alocución de alta política, acotó, Martí define los diversos tipos de cubanos y maneja conceptos con un tratamiento novedoso. “Hay una apertura que suponía un cambio en varios patrones: todos caben, excepto los que estén en contra de la independencia”.

Abad, estudiosa de la labor del Partido Revolucionario Cubano (PRC) y su vínculo con el periódico Patria respondió a varias preguntas relacionadas con ese tema.

-¿Por qué considera que trascurrió menos de

un mes entre la fundación del semanario

Patria y la proclamación del PRC?

“Desde el 14 de marzo de 1892 hasta el 10 de abril de aquel año todas son fórmulas de transición. Semana tras semana se fueron publicando la Bases del Partido Revolucionario Cubano en el periódico. Todo lector del rotativo las fue conociendo.

“Estas, junto a los Estatutos del PRC, pautan la disciplina indispensable que se necesitaba para que esa agrupación funcionara como elemento de unidad.

-¿Fue Patria el órgano del Partido

Revolucionario Cubano?

“A veces estamos aferrados a lo que dice el papel, también hay que apreciar lo que no dice. No hacía falta darle a Patria el calificativo de “órgano oficial del Partido Revolucionario Cubano”. Martí en su artículo “A nuestra prensa”, define a Patria como un soldado, y un soldado cumple órdenes.

“Todo hay que analizarlo en su contexto, por ejemplo, considero que Tomás Estrada Palma no hizo mal en calificarlo como órgano de la Delegación del PRC después de la muerte de Martí. Eran tareas distintas, y diferentes las circunstancias. El Partido no dirigía, auxiliaba, y en 1895 ya había iniciado la contienda en Cuba”.

-¿Hubo algún elemento significativo en el primer

número de Patria que le sirviera de argumento

al cubano Enrique Trujillo para que saludara

a ese periódico como órgano del PRC?

“Trujillo podía estar en desacuerdo, pero las Bases del PRC eran aprobadas por las emigraciones de Tampa y Cayo Hueso (ciudades pertenecientes al sureño estado norteamericano de Florida). La línea editorial era cotidiana y ante cada suceso había que dar una respuesta oportuna y convincente. Por eso Martí responde con la nota Patria: “no órgano”, a la insinuación de Trujillo”.

-¿Qué valor le atribuye al empleo

de anuncios en el periódico? 

“Los hombres que aparecían anunciados en la última página no estaban seleccionados al azar, es muy difícil que ellos no ayudaran de forma a costear  los gastos de Patria.

“Había que pagar el papel, el local de redacción, mandarlo a España para que llegara a Cuba. Los hombres que hacían Patria no cobran por eso. Aquel trabajo pensante y actuante era completamente gratuito, no estaban a tiempo completo en esa tarea porque se dedicaban a otras labores para poder vivir”.

-¿Cinco centavos de dólar por cada ejemplar

de Patria era un precio razonable

para el emigrado de entonces?         

“El precio de cinco centavos de dólar por cuatro planas era realmente caro, de acuerdo con el precio de la prensa en la época. Muchos compraban Patria para contribuir con la recaudación de fondos para la guerra que se preparaba.

“Claro, con el tiempo lo compraban además por el contenido que ofrecía, por ser un material de lectura. Se leía en las tabaquerías de distintas localidades de la emigración. Martí con Patria demostró una virtud, que no hacía falta tantas páginas para decir lo necesario”.

-¿Fue decisiva la labor propagandística

de Patria para la organización de la guerra?

“Contribuyó eficazmente a la organización de la guerra, demuestra un espíritu de concordia y de unidad. Lo publicado en Patria no es nada concreto; lo demás era canto a los valores propios del pasado. La organización de la conflagración fue eficaz, todo se mantuvo en absoluta discreción.

“Del periódico no dependió el fracaso del plan de la Fernandina (tres expediciones con armas y pertrechos militares que saldrían de Estados Unidos hacia Cuba para apoyar el inicio de la guerra del 95), de ese medio nunca salió una frase delatora”.

-¿Qué opinión le merece el Manifiesto de

Montecristi, el programa de lucha firmado por

José Martí y el generalísimo Máximo Gómez?

“El Manifiesto de Montecristi no está dirigido a los cubanos, sino a los españoles. Los cubanos lo leían de paso, pero su objetivo principal eran los españoles. Martí sabe que tenía que evitar una guerra fraticida entre cubanos y españoles.

“Había que tomar experiencia de la Guerra de los Diez Años (1868-1878). La cantidad de españoles que había en la Isla para aquel entonces era considerable. El padre de Martí -don Mariano-,  ya había muerto, pero su madre -doña Leonor-, vivía. Ambos de origen español,  muchas familias cubanas estaban compuestas de esa manera”.

-En síntesis, ¿qué significa el

periódico Patria para usted?

“Patria es el concepto más alto. Patria es un soldado: un soldado que piensa y cumple órdenes. Es un mandato del PRC”.

MARTÍ Y LA UNIDAD AMERICANA

Para el estudioso costarricense Miguel Alvarado, la mejor tradición del  pensamiento del cubano José Martí es la unidad de Nuestra América, región extendida de México a Chile y Argentina, como definió aquel visionario patriota.

América Latina es una realidad histórica, cultural, política y social, y en esa perspectiva obviamente el logro de su unidad es un momento clave para poder alcanzar la verdadera soberanía, autonomía y emancipación, declaró Alvarado.

Consultado respecto a si la creación del ALBA, Petrocaribe, Unasur y la CELAC tenía relación con lo planeado por José Martí (1853-1895) y Simón Bolívar (1783-1830), el académico dijo que todos esos proyectos de integración del siglo XXI son una respuesta autónoma de nuestros pueblos, como anhelaban aquellos héroes.

Lo que está pasando en América Latina en ese sentido, puntualizó, es cómo la huella martiana y bolivariana que tiene vigencia hoy.

Señaló que procesos políticos tan interesantes como los de Bolivia y Ecuador están atravesados por la participación de las subjetividades, como las culturas originarias y contemporáneas, que el imperio estadounidense dejó en la invisibilidad.

Martí se preocupó por poner a la vista de todos y recuperar la dignidad de estos sujetos fundamentales en Nuestra América, subrayó el profesor de la Universidad del Costa Rica-Sede del Pacífico. 

Ante la pregunta de para qué nos puede servir el estudio de Martí en la hora actual latinoamericana, el coordinador de la Cátedra Martiana en la referida academia expresó que eso es relativamente sencillo, y a la vez complejo de contestar.

"Martí es una fuente interpretativa que nos permite comprender la realidad de América Latina y el Caribe de hoy. Es prácticamente imposible intentar entender ese proceso histórico de nuestra realidad latinoamericana si no nos acercamos a los textos martianos”.

Precisamente, abundó, su ideario responde a una urgencia, a dar respuestas a aquellos momentos vitales de América Latina. De ahí que la raíz del pensamiento martiano es una fuente viva para entender en la actualidad el problema social, político y cultural de Nuestra América.

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) se fundó oficialmente en una cita celebrada el 2 y 3 de diciembre de 2011 en Caracas, Venezuela, con la presencia del entonces presidente Hugo Chávez y los mandatarios y Jefes de Gobierno de las otras 32 naciones latinoamericanas y caribeñas.

La CELAC busca profundizar la integración política, económica, social y cultural de América Latina y el Caribe, basado en el pleno respeto por la democracia y los derechos humanos. 

En la primera cumbre, efectuada el 27 y 28 de enero 2013 en Santiago de Chile, el gobernante Raúl Castro, en nombre de Cuba, tomó la presidencia pro témpore de ese órgano regional, hoy presidido por el gobierno de Costa Rica.

CINTIO VITIER: MARTÍ ES EL CUBANO DE LA FUTURIDAD

La sencillez saltaba a la vista en Cintio Vitier, aquel sabio martiano -por sus incontables lecturas y su postura ética- a quien tuve la oportunidad de estrecharle la mano y conocer de su boca que José Martí es el cubano de la futuridad.

"Su pensamiento es totalmente abierto a todas las posibilidades. Martí es todo futuridad, es el cubano de la futuridad", me respondió Vitier -fallecido el 1 de octubre de 2009, a los 88 años-, con voz serena y convincente en 2006.

A su juicio, en el Apóstol se conjuga la moderación y radicalidad: era radical porque iba a la raíz, y la raíz de Cuba es el antiimperialismo.

Para el ensayista, la experiencia del presidio político padecida por un adolescente de 16 y 17 años lo enseñó a vencer el odio legítimo que instiga la barbarie en cualquier hombre. "Él se dio cuenta de que aquellos esbirros y torturadores eran víctimas de un sistema".

De acuerdo con el prestigioso intelectual, "el presidio lo ayudó a ser él mismo, y lo más valioso fue su comprensión de que el odio es el triunfo del enemigo, porque el odio domina al ser humano y lo priva de la libertad".

Con relación al discurso del 26 de noviembre de 1891 en Tampa, ciudad del sureño estado de Florida en Estados Unidos, conocido como Con todos, y para el bien de todos, el también crítico apuntó que en aquella pieza oratoria señaló a siete clases de cubanos que no merecían serlo.

Aclaró que excluye a los anexionistas, los racistas, los escépticos, los aristócratas, los oportunistas, los temerosos de la guerra y de los hábitos de autoridad, y a quienes tenían miedo al español radicado en Cuba.

En ese sentido, destacó que se trata de un con todos en sentido cualitativo, pero no en sentido numérico. "Martí no es que sea difícil, sencillamente es complejo".

Referido a su estilo, el poeta comentó que "a veces en Martí la coma no es gramatical, sino musical como en la poesía; es un cambio de tono como en Versos Libres o una conjugación como en Versos Sencillos".

Al respecto, ejemplificó con esta copla: "el canario amarillo, que tiene el ojo tan negro". Ahí, abundó, la coma separa la alegría de la tristeza. Esta valoración de la coma la aprendí de don Isidro Méndez -primer biógrafo del prócer- que hablaba con pasión del Maestro.

"Martí sabía, por experiencia propia, de la fuerza de su palabra tanto oral como escrita. Sin ser vanidoso pudo comprobarlo. Con el más puro y artístico lenguaje del siglo XIX se dirigió a los obreros, a los tabaqueros", dijo al evocar lo expresado por uno de aquellos sobre el verbo martiano.

"A veces no lo entendíamos, pero estábamos dispuestos a morir por él", recordó Cintio, quien consideró que eso es una muestra fehaciente de que sí lo comprendían. "La palabra patriótica para Martí tenía que ser artística y arrobadora", sintetizó.

En su opinión, tres fueron los momentos fundamentales en su periodismo: México, las Escenas Norteamericanas y Patria. "En México su labor periodística es de examen y consejo. Examina y aconseja porque está en un país ajeno y es respetuoso".

"Las escenas norteamericanas son su monumento mayor. Nadie como él hizo tanta justicia a los hombres de Estados Unidos, a los próceres del mejor pensamiento y la mejor poesía de aquel país".

Y en Patria, concluyó, su periodismo fue de combate, mientras organizaba la guerra del 95 (1895-1898), pues entendía que la única patria posible era la libre, la cual había que conquistar.

Al preguntarle por qué fue Patria y no La Nación o El País el nombre de aquel semanario, dirigido por el paradigmático periodista desde marzo de 1892 hasta mayo de 1895, me explicó: "Patria para Martí es una intuición sin desarrollo conceptual: patria no es un país, una nación ni mucho menos un Estado. Patria es el sabor del dulce de guayaba y al mismo tiempo es también la Batalla de Las Guásimas (una de las victorias de los cubanos contra las fuerzas españolas durante la contienda de los Diez Años, de 1868 a 1878). El decía que la patria es cosa divina".

Como trascendente calificó Vitier el artículo titulado A nuestra prensa -publicado en el primer número de Patria, el 14 de marzo de 1892-, en el cual afirmó que mientras la república no estuviera segura, la libertad interior sería imposible.

Martí recomendaba, indicó, que lo que se ha de oír no es más que la voz de ataque.

Interrogado respecto al concepto martiano de patria es humanidad, especificó que debe tratarse en toda su extensión y magnitud.

"La patria no es toda la humanidad, sino la parte de la humanidad más cercana a nosotros, como especifica Martí a renglón seguido. Es un sentimiento universal. La patria de cada uno de nosotros no es el universo. En Martí no hay nada simplón", opinó Vitier.

ARIAS: LO ÉTICO VA A ESTAR SIEMPRE EN MARTÍ

Para el investigador cubano Salvador Arias, lo ético siempre va a estar en José Martí, y sobre todo en su periodismo, que a su juicio, se nutre de lo bueno del diarismo de la época, segunda mitad del siglo XIX.

“Lo ético va a estar siempre en Martí. Para él, el periodismo es un ejercicio ético y en La Edad de Oro (1889), como es para formar a los niños del futuro, que son la esperanza del mundo, lo ético está muy presente. Cualquier artículo suyo lo pasa por ese tamiz”, comentó Arias, quien ha analizado en profundidad aquella revista.

En opinión del investigador titular del Centro de Estudios Martianos (CEM), con sede en esta capital,  La Edad de Oro se diferencia de sus otras publicaciones porque prevalece una forma de escribir mucho más sintética.

Mediante aquel medio, precisa el Doctor en Ciencias Filológicas, el Maestro ajustó la capacidad literaria de desborde que tenía a una esencialidad de comunicar lo más importante y accesible a los niños, lo cual no significaba que se limitara en cuanto la utilización de recursos estilísticos.

Tampoco se cohibía, acotó, en Filosofía porque abundan planteamientos filosóficos en La Edad de Oro, que lleva a un plano más profundo. En una simple noticia, él no se queda en lo informativo, sino que analiza cómo trasciende el hecho en todos sus aspectos.

El estudioso sostuvo que aquella revista, considerada hoy como un clásico de la literatura infantil, no estaba escrita para los niños de Nueva York -ciudad donde se publicó- sino para los de Latinoamérica.

No obstante, él sabía que no todos los menores de la región podrían leerla entonces porque no habían ido a la escuela”.

“Aquella publicación era una prosa esencial, elegante, atractiva, comunicativa. Cada vez que exponía algo era con una intención. Trataba con mucho cuidado la interrelación entre las ilustraciones y lo escrito, jugaba con eso, buscaba soluciones y sobre eso hay muchas historias”, indicó el también ensayista.

Respecto al texto titulado La Exposición de París, lo que quería destacar era la presencia en aquella feria de los países de Nuestra América (región que comprendía a los pueblos desde México a Chile y Argentina, según la definición de aquel político), de todos sus hijos.

Destacó que para los niños escribía y a ellos no se le debe transmitir mucha doctrina de manera directa porque la rechazan. “Sin embargo, en La Edad de Oro está todo el sistema filosófico, ético, de valores, estético de Martí, pero de una forma que los infantes la leen y les encanta.

“Aunque aquel periodista varía la comunicación de acuerdo con el receptor, hay un rasgo importante que es el respeto al lector, a la dignidad del público, ya sea niño, hombre, mujer… Es incapaz de escribir algo irrespetuoso con el lector”, comentó el autor del ensayo Un proyecto martiano esencial: La Edad de Oro, Premio de Investigación Cultural y de la Crítica Literaria y Artística en Cuba.

Aquel escritor estuvo en la creación del movimiento literario denominado modernismo. “Él tomó de muchas partes, indudablemente tuvo mucha influencia francesa en cuanto a la concepción literaria.

Martí manifestó en la Revista  Venezolana (julio, 1881) que no sólo el pintor era quien necesitaba el color para hacer sus obras, sino también el escritor.

Referido a La América, que dirigió en 1884,  Arias señaló que fue un periódico para lidiar con el resto de los rotativos editados en la época. Un mensuario de anuncios que competía con los otros, que estaban en el promedio de los diarios de entonces y que utiliza también como un arma para comunicar sus ideas a la clase de Hispanoamérica.

Para Martí era esencial la literatura y no la retórica de aquella etapa, apuntó el estudioso al respecto, y recalcó que el redactor iba a la esencia de los asuntos.

“De ir a la raíz es que surge la literatura real, buena. Cuando hablaba de los poetas de América Latina criticaba que no buscan la emoción, sino la apariencia, el sentimentalismo.”

Él tuvo que luchar contra la retórica, el estilo predominante en las últimas dos décadas del siglo XIX, sobre todo en el español. “Por eso tomó del inglés porque le era mucho más funcional, más práctico”.

“Para aquel momento, en español se utilizaba mucho adorno y se decía poco. Sin embargo, cuando debía ser frondoso, barroco, lo era. Él podía hacerlo, pero buscaba que no fuera una literatura vana, sin raíces, por el lujo de expresar, sino que cada vez que manifestara algo fuera  a cabalidad”, opinó el especialista.

Como un aspecto a tener presente para estudiar a Martí, el investigador consideró que el prócer conocía mucho del periodismo de la época, y sobre todo el estadounidense. “Él admiraba el periodismo estadounidense en sus aspectos buenos”.

Lo peculiar es su estilo como escritor, sintetizó Arias, al exponer que para comprender a Martí es necesario analizar el periodismo de Estados Unidos de finales del siglo XIX, y ver luego el aporte que hizo como periodista, con una prosa inusual en español.

0 comentarios