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EN BUSCA DEL COMUNICADOR QUE NECESITAMOS

EN BUSCA DEL COMUNICADOR QUE NECESITAMOS

Dra. RAYZA PORTAL MORENO y MSc. ELENA NÁPOLES RODRÍGUEZ,
Profesoras de la Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Introducción

Las transformaciones derivadas del proceso de actualización de la política económica y social de la Revolución cubana suponen importantes retos, así como nuevas oportunidades, para la formación del Comunicador Social y la delimitación de sus campos de actuación profesional.

Como nunca antes, el país cuenta con un diseño de su política de desarrollo en diferentes ámbitos, lo que trae aparejadas un conjunto de necesarias transformaciones culturales que suponen un cambio en el horizonte de los valores, las actitudes y los comportamientos.

El actual escenario se caracteriza, entre otros rasgos, por:

--La necesidad del fortalecimiento de las instituciones productivas y de gobierno en todos los niveles (municipal, provincial y nacional), particularmente de sus sistemas de gestión.

--La revigorización del espacio local como ámbito legítimo del desarrollo, con importantes transformaciones orientadas a la autosustentabilidad financiera y alimentaria de los municipios, la descentralización de funciones estatales de formulación y control de políticas sociales, económicas y medioambientales, el fortalecimiento de las instituciones políticas y administrativas, entre otras.

--La necesidad de fomentar valores como la solidaridad, el ahorro, el emprendimiento, entre otros.

--La necesidad de mantener el consenso entre aquellos sectores de la población tradicionalmente adheridos a los principios revolucionarios y el imperativo de involucrar a aquellos grupos que manifiestan rasgos de apatía o desconexión con el proyecto nacional.

--La necesidad de dotar de competencias para la lectura crítica de productos de comunicación a una población cada vez más expuesta a los mensajes de los medios tradicionales y de otros productos culturales de desigual factura que circulan por redes informales de distribución.

--La necesidad de volcar a las universidades hacia el trabajo en pos del desarrollo local económico-social, garantizando “niveles superiores de liderazgo de los Consejos de Administración Municipales” (Objetivo no. 3 de Trabajo del MES).

Como puede observarse, el campo de la Comunicación y la Educación para el desarrollo, en tanto disciplina, tiene mucho que aportar a la conceptualización y superación de los problemas y metas mencionados. Tras cinco años de la implementación del Plan D y cercanos a la primera graduación de los estudiantes que han transitado por él, consideramos que se impone una revisión de la formación y  campo de actuación de nuestros egresados en lo concerniente a los conocimientos que aporta la disciplina. Más que formular propuestas concretas, pretendemos  compartir algunas reflexiones tomando en cuenta las trasformaciones que se producen en la sociedad cubana y el camino avanzado en nuestro trabajo docente, investigativo y extensionista.

Comunicación y Educación para el desarrollo. Espacios locales y comunitarios

Los procesos de comunicación y educación son relevantes para el desarrollo local en  al  menos  tres  sentidos. Por una parte, contribuyen al fomento de la participación ciudadana en la  planificación,  ejecución  y  control  de  las  estrategias de desarrollo local. En segundo término, contribuyen al fortalecimiento de las instituciones que intervienen en los procesos de desarrollo local y, por último, contribuyen significativamente a transparentar la gestión pública. Todo ello se logra a partir de los procesos de creación de capacidades y formas de relacionamientos, así como de construcción de sentidos compartidos, que empoderan a las personas para desplegar prácticas autogestionarias y sustentables. 

Para profundizar nuestra presencia en el escenario local, es importante que reivindiquemos el concepto de comunicación como valor de desarrollo social. Para ello será necesario que precisemos qué entender por comunicación para el desarrollo, pues todavía coexisten sentidos que la asocian a un conjunto de productos comunicativos diseñados para “enseñar” a las personas a hacer mejor las cosas, con definiciones más complejas, tendientes a pensarla como prácticas sociales comunicativas que defienden como centro el ser humano y su crecimiento, o sea, el desarrollo humano sostenible; buscan la transformación en función del desarrollo social; y aluden al uso del diálogo horizontal, la participación, la democratización, el empoderamiento, la emancipación de los sujetos, etc., como vías para conquistar el desarrollo social y humano aspirado (1).

Este último concepto no es el que tradicionalmente hemos manejado en nuestra academia. En muchas ocasiones hemos estado y estamos permeados por una epistemología que sustenta una comunicación  dominadora y excluyente, que empieza y termina en los medios. Nuestro principal reto es contribuir con la conformación de una epistemología del sur, acorde con las complejidades y características de nuestra realidad, inmersa en un continente que busca su definitiva liberación y en un contexto global agresivo que nos exige la creatividad  constante en nuestro trabajo transformador.

En términos de formación profesional, esto supone buscar la adecuación del perfil profesional a las necesidades sociales, así como elevar el nivel profesional de análisis y sensibilidad a un alto espectro de demandas sociales. Estamos en condiciones de ampliar la formación de nuestros estudiantes de forma que incorporen la necesaria visión estratégica de la experiencia comunitaria que le permita los recursos cognitivos y prácticos  necesarios para desarrollarse como estratega de procesos a largo plazo,  recurriendo a diferentes  medios  y  soportes  comunicativos no solo mediáticos y organizacionales sino también  grupales e interpersonales. Esto permitirá ampliar el espectro de esferas de actuación, tal como sugieren resultados investigativos alcanzados el pasado  curso (2).

Comunicación y Educación

A partir del concepto amplio de comunicación educativa que reconoce todos los espacios sociales como emergentes y como potencialmente comunicacionales y educativos consideramos que hay otras dos áreas de trabajo e investigación que resultan esenciales. Por una parte, el diseño e implementación de programas y proyectos de educación para la comunicación, que permitan la formación de receptores críticos ante los mensajes que circulan en la sociedad.  Este constituye un espacio de poco desarrollo desde el punto de vista investigativo y extensionista, que urge trabajar.

Por otra parte, debemos tener más presencia en el diseño de productos y estrategias educativas en diferentes ámbitos, orientadas solucionar problemas acuciantes como el cuidado del medio ambiente, la promoción de estilos de vida saludables, la violencia de género, el desarrollo endógeno y sostenible en los espacios locales,  entre otros.

Dar respuesta a estas demandas implica lograr que el futuro comunicador social identifique que el trabajo educativo será más efectivo cuanto más rica sea la trama de flujos comunicacionales que sepa abrir y poner a disposición de los ciudadanos, permitiendo que estos se conviertan en gestores de procesos transformadores. Del mismo modo, supone redoblar el esfuerzo de la formación teórica y cultural de nuestros estudiantes.

Hacia el comunicador integral

El breve esbozo realizado hasta aquí sobre ámbitos de actuación y responsabilidad social del comunicador nos lleva a pensar en la necesidad de una formación integral, que integre armónicamente los conocimientos disciplinares de la carrera.

¿Podremos enfrentarnos a procesos de educación para la comunicación con niños de secundaria básica sin atender a las relaciones entre el sistema social y el sistema comunicativo prevalecientes hoy en la sociedad cubana? ¿Podremos impulsar experiencias de transferencia de tecnologías más sustentables entre productores agropecuarios sin dominar técnicas de diseño y publicidad? ¿Podremos contribuir a conformar sistemas de comunicación interna y externa de las nuevas estructuras de producción cooperativa sin echar a andar procesos y flujos horizontales, participativos, de comunicación? ¿Podremos contribuir a fortalecer los gobiernos locales sin combinar presupuestos teórico-metodológicos de la comunicación política, la comunicación organizacional y la comunicación para el cambio social? ¿Podremos crear estrategias de formación de valores sin incluir acciones que toquen las fibras de los problemas allí donde surgen: el espacio de la comunidad, de la familia, de la escuela?

Como ha señalado la doctora Hilda Saladrigas,  “en las condiciones de Cuba, lo idóneo es lograr formar un comunicador de carácter integral. Las hiperespecializaciones son procesos costosos y nuestra fortaleza tiene que radicar en el diálogo entre las disciplinas. Lo importante es no fragmentar más objetos ni prácticas, sino hacerlos propensos a la integración entre sí. La especialización tiene que venir de la mano de la práctica profesional con posterioridad” (3).

Notas:

(1) GUMUCIO DAGRON,  ALFONSO.  Comunicación para el Cambio    Social: Clave del Desarrollo Participativo revistas.javeriana.edu.co. Vol 30, No 58 (2011).

(2) Rafuls Trujillo Gretel. “Para correr el horizonte de la utopía”. Una aproximación al proceso de configuración del perfil del comunicador y la comunicadora en el campo de actuación de la Comunicación Para el Desarrollo. Tesis de Diploma Licenciatura en Comunicación Social, 2012.

(3) Véase Rafuls (2012).

Bibliografía:

Garcia Graña, Geisel. Participación bajo palabra. Un estudio las prácticas comunicativas que sustentan la participación popular en espacios del poder local Tesis de Diploma Licenciatura en Comunicación Social, 2007.

González Escalona, Niurka. Educación para la Comunicación.   Experiencias en instituciones de los ámbitos académico, mediático y comunitario. Tesis de maestría, junio 2013.

GUMUCIO DAGRON,  ALFONSO.  Comunicación para el Cambio    Social: Clave del Desarrollo Participativo revistas.javeriana.edu.co › .. Vol 30, No 58 (2011).

Pino Más,  Tania del.  La Comunicación Educativa para la Salud en la Atención Primaria. Un estudio de casos en Ciudad de La Habana Tesis en opción al título de Máster en Ciencias de la Comunicación, Universidad de La Habana.

Nápoles Rodriguez, Elena. “Poder Popular y participación en un municipio cubano”. Tesis en opción al título de Máster en Ciencias de la Comunicación, Universidad de La Habana, 2007.

Rafuls Trujillo Gretel. “Para correr el horizonte de la utopía”. Una aproximación al proceso de configuración del perfil del comunicador y la comunicadora en el campo de actuación de la Comunicación Para el Desarrollo. Tesis de Diploma Licenciatura en Comunicación Social, 2012.

 

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