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APUNTES SOBRE LA ENSEÑANZA PARTICIPATIVA DEL PERIODISMO

APUNTES SOBRE LA ENSEÑANZA PARTICIPATIVA DEL PERIODISMO

Lic. IVET GONZÁLEZ LEMES,
Profesora de la Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Más que una ponencia, las siguientes reflexiones resumen mi visión de periodista y profesora recién estrenada sobre la enseñanza del Periodismo y, los caminos que pueden seguirse para lograr una formación participativa de los estudiantes. Por su puesto, muchas de las siguientes ideas surgieron de la búsqueda de bibliografía sobre temas relacionados con la docencia periodística.

Los momentos de participación de los alumnos en la clase no constituyen una oportunidad que el profesor ofrece, en ocasiones como quien cede terreno o que obliga a intervenir en determinados temas impuestos. De sobra conocemos que las actitudes y disposiciones para construir sentido en conjunto, deben incitarse y propiciarse desde los primeros momentos.

Los rezagos de una educación hegemónica han calado hasta el sentido común y la desidia. No por gusto el refranero popular cubano más actual reza: No pierdas una buena oportunidad para quedarte callado.

Pienso que para llegar a ese punto de encuentro, imprescindible para la participación, el primer paso es lograr una empatía y motivación desde el discurso. Esos avances le hacen la antesala a un clímax de complicidad, propicio para desencadenar los aportes individuales para aprender entre todos.

La influencia de un profesor que deslumbra, que abre las interioridades de la profesión para la que presentan aptitudes e inclinaciones, abre una brecha positiva. Nadie desea hablar de lo que casi no conoce, o que no se le muestra digno de apreciar y debatir. En el caso de las ciencias sociales, el uso de técnicas emancipadoras en los predios universitarios es muy viable: vamos a hablar de elementos cercanos a los estudiantes. Los alumnos viven en SOCIEDAD, han leído LITERATURA, viven la HISTORIA de todos los días, y consumen con determinada regularidad algún medio de COMUNICACIÓN masiva.

El periodismo tiene una función social, discutible o no, apasionante. Sus diatribas entre la literatura, el cine, la sociología, el trabajo de bien público y cuanta especialidad exista, le confieren un atractivo del que pocas profesiones disponen. Imposible obviar el cliché sobre los reporteros extendido por el cine, principalmente el estadounidense:

“Como profesión (el periodismo) constituye el horizonte soñado de miles de jóvenes en universidades de todo el mundo. (...) Las ensoñaciones juveniles, alimentadas, sobre todo, por ciertas formulas narrativas del cine norteamericano, proyectan sobre la figura del periodista el aura de prestigio que le proporcionan factores como la supuesta existencia cosmopolita, una vida llena de emociones y la posibilidad de aclarar misterios insondables de la sociedad, desde un turbio asesinato hasta un caso de corrupción colectiva”. (Ricardo Sanabre en De Aguinaga, 2002: 167).

DEL OFICIO A PROFESIÓN

La Periodística es una ciencia que emana de la consolidación de un oficio. Por desgracia, la concepción de tecnicismo extremo reina entre la mayoría de los periodistas en activo, al menos en Cuba. Esa herencia de algunas de las perspectivas de la primera escuela cubana de Periodismo, Manuel Márquez Sterling, puede contrarrestarse desde la Academia, sobre todo desde la formación de profesionales capaces de aprender a aprender. Solo esa actitud ante la vida garantizaría una verdadera revolución en la profesión periodística.

Las técnicas participativas implican y desarrollan una actitud activa en los estudiantes, necesaria para la labor de selección, imprescindible en estos tiempos de sobresaturación informativa. La sensación que siente el lector moderno de asedio informativo e incapacidad para procesar tal volumen, tendrá su fin en profesionales de la comunicación preparados con herramientas de otras disciplinas, y que parta de una nueva reconcepción de su labor. Requieren de una actitud crítica y de constante preparación para asumir su tarea intelectual, con pautas de rapidez que pueden llegar a la instantaneidad.

El tecleo mecánico y la subyugación a las rutinas productivas, nacidos de la percepción vertebralmente práctica, le restan miras al trabajo periodístico.

“(…) pese a haber mayor número de horas prácticas que teóricas es, precisamente, el compromiso teórico lo que diferencia, en determinadas materias experimentales, la enseñanza universitaria de la puramente técnico-profesional. El excesivo practicismo y el atenimiento a lo concreto e inmediato provoca una miopía cognitiva y niega la condición racional de la Ciencia, saberes y modo de conocer los saberes que encuentran su marco más propicio en la enseñanza superior.” (Moreno, 2000).

El olor a redacción engancha, sugiere, e intenta adentrarlos en los primeros pasos para consolidar un oficio. Pero iniciarlos en las cuestiones filosóficas, éticas e ideológicas que encierra la redacción de la nota más cándida, los impulsa a tomar conciencia de la dimensión de PROFESIÓN del periodismo.

El oficio con práctica se adquiere y, por supuesto, que el ejercicio cotidiano de escribir comienza a fomentarse en las aulas de periodismo. Sin embargo, las inquietudes “intelectuales” y de responsabilidad en la construcción de sentido socialmente compartido no pueden imponerse con la técnica periodística como centro de su futura actividad. Es en las interacciones educativas, con ánimos de horizontalidad, entre los educandos, los profesores y el futuro entorno laboral donde se perfilan estos principios.

Los periodistas son profesionales, abocados históricamente a una raíz popular, a sudar entre la gente y llevarlo a los medios. “Es un intelectual público que debe decidir qué cuenta, cómo lo hace, para qué, cuál es su aportación de auténtico servicio público.” (Casals, 2006: 63).

Desde el proceso de especialización temática y de la explotación de nichos de mercado por parte de los medios, algunos “tipos” de periodistas difieren de ese perfil general. El medio y las redacciones determinan a los periodistas en buena medida.

LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y SU PERSPECTIVA EDUCATIVA

Varios autores destacan la endeble frontera entre periodistas y educadores. Después de que cada individuo termina la escuela, la ampliación de los conocimientos necesarios para la interacción social los adquiere de… los medios de comunicación.

Además, la información de actualidad tiene una utilidad social relacionada con la generación de conocimiento. Según el profesor Aguinaga la dimensión científica del periodismo no es otra que la generación de conocimiento.

“Habrá que repetir por enésima vez que la función esencial del Periodismo concebido como periodificación es la clasificación de la realidad y por ende la determinación de contenidos del continente periodístico, para añadir que la finalidad del Periodismo, así concebido, no es la información –el escándalo alcanza su cumbre -sino la trasformación de la información en conocimiento.” (De Aguinaga, 2001: 249-250)

La función de los periodistas también incluye la de “facilitadores y promotores de conocimientos y de relatos de actualidad que puedan ser incorporados a procesos de sentido, racionales y personales o no.” (Raigón, 1999).

De ahí la importancia de propiciar en la academia una educación para toda la vida. Este concepto perfilado por la UNESCO implica la aplicación de métodos participativos, de una interacción educativa en igualdad de condiciones.

“La educación para toda la vida presupone una enseñanza escolar eficaz, es decir, que en ella se aprenda a aprender, lo que significa que los estudiantes adquieran los instrumentos de la comprensión (atención, memoria y pensamiento).” (Raigón, 1999). Algo de educador tienen los emisores de medios de comunicación y desde su formación deben concienciar esa realidad. Para nada se intenta equiparar la actividad profesoral con la periodística.

“El periodismo consiste en la elaboración de diferentes mensajes que narren, expliquen, muestren y juzguen la realidad seleccionada según criterios de relevancia pública (interés general e interés público), en una tensión que produzca una visión equilibrada del mundo. El mensaje es el centro de todo y se adapta a todos los medios de comunicación.” (Casals, 2006: 68).

DESDE EL EDUCADOR

A la luz de las nuevas tecnologías cualquier labor parece fácil. La capacidad e ingenio humano de los grandes creadores de la automática y la informática parece suplantar la necesidad del tesón de otros. Un gran error: las tecnologías son herramientas no fines (Casals, 2006). Pueden ser tan democráticas como hegemónicas y  transmisivas. Es el ser humano quien puede conferirle ese matiz, a una nueva herramienta con potencialidades para transformar los procesos educativos.

Se impone remarcar que la pedagogía es interacción (Casals, 2006) y la “educación es desarrollo, despliegue de fuerzas interiores.” (Moreno, 1998). La computación e Internet les permiten a los profesores de Periodismo comenzar a introducir a sus estudiantes, que tal vez ya lo están, en los usos más provechosos para la profesión. Cuidado. Internet tiene también la posibilidad de crear sistemas anti-educativos, solo prevenibles con los valores: el plagio. Plagio, al punto de que hay estudiantes que han creado comunidades en Internet para intercambiar trabajos terminados sobre asignaturas comunes como Historia de la Filosofía.

Ya el alumno no se adapta a las condiciones del educador. Los pactos para aunar intereses y lograr una mayor satisfacción se imponen. Debe lograrse una “adaptación de la enseñanza al aprendizaje. Este principio implica la adaptación de los objetivos, contenidos y métodos a las necesidades, posibilidades e intereses del alumno, así como a su estilo cognitivo o de aprendizaje. Con este fin se analiza y evalúa la situación concreta y se ofrecen diversos procedimientos de enseñanza. La contextualización de que hemos hablado cobra aquí pleno sentido.” (Moreno, 1998)

Para nada deja de sopesarse el inevitable fin lógico y preconcebido de la educación: “la idea de educación lleva incluido el concepto de intencionalidad. La determinación del fin y objetivos de la educación es la primera tarea del educador.” (Moreno, 1998)

Según la profesora Pastora Moreno, “en relación con la actividad de sus alumnos, las tareas del profesor se pueden resumir en las siguientes:

1. Enseñanza en sentido estricto en la que se incluye la motivación de los alumnos y la información (de contenidos y de técnicas de trabajo).

2. Programación del trabajo y toma de decisiones para su realización.

3. Establecimiento de relaciones con los alumnos a fin de conocer sus necesidades, intereses, dificultades y aptitudes con el fin de guiarles en su proceso educativo.

4. Proacción y retroacción del discente, es decir, replanteamiento del trabajo de tal suerte que los alumnos más capaces puedan seguir ampliando o profundizando su aprendizaje, mientras que los que no hayan alcanzado los objetivos puedan volver sobre los mismos, aunque con materiales distintos que eviten el tedio y la rutina de la repetición.

5. Control de rendimiento de cada estudiante y del grupo en conjunto. Ayuda individual a los alumnos, es decir, orientación subsiguiente para la realización más eficaz de su trabajo.” (Moreno, 2000)

Esa perspectiva, aunada a métodos participativos desarrollados por autores como el brasileño Paulo Freire, puede ajustarse a las necesidades de los docentes de Periodismo. El concepto de educación popular, con su perspectiva emancipadora y dialógica, permite formar al periodista crítico y multifacético que requiere las sociedades del siglo XXI.

Colocar toda la fuerza creativa y rectora en el profesor, no concuerda con las pautas de estos tiempos. El profesor guía, propone, comparte, aprende; el alumno adquiere conocimientos, deber tener un espacio para procesarlos críticamente y hacer preguntas. Ese espacio debe estar en el momento de la clase como en actividades extractase. La creación de ejercicios con buena dosis de creatividad del alumno también abren las puertas a formar un ser independiente, capaz de interactuar con su entorno dialécticamente.

La figura del profesor debe conservar la elevada dosis de ejemplo del nuevo profesional que se quiere construir. Si hablamos de crítica, tolerancia, capacidad de escuchar, dialogar, entender, el primer paso para incorporarlos no es la mimesis impuesta.

Viñetas como conclusiones:

-La mezcla de paradigmas educativos parece funcionar en la enseñanza del periodismo, profesión sujeta a debate. Etapas de familiarización con los contenidos, aprendizaje y procesamiento crítico de ellos.

-Incitar a la discusión de alternativas ante elementos y formas de actuar consensuadas en la actividad periodística.

-No mostrar las técnicas periodísticas como reglas invariables, sino en su riqueza innovadora. Estrategia similar a la enseñanza de la plástica: se debe conocer el dibujo a cabalidad antes de innovar con lo abstracto.

-Crear situaciones ideales y debatir las posibles formas de actuar, sus inconvenientes y facilidades.

-Dejar la ejemplificación de las teorías de su parte, o la aportación de contextos históricos en la parte de historia de los medios, por ejemplo, ayuda a crear sentido entre todos y sentar reglas de interacción. Eso desarrolla el pensamiento abstracto y la extrapolación a la práctica. No es otra cosa que la dirección (de teoría a práctica) de los estudios académicos

-Elaborar ejercicios con indicaciones generales que potencien su creatividad. Buscar motivos para crear productos comunicativos desde una perspectiva propia. Prepararse para realizar entrevistas sobre temas teóricos a invitados a la clase.

ALGUNAS TÉCNICAS PARTICIPATIVAS ADECUADAS A LA ENSEÑANZA PERIODÍSTICA

Las técnicas participativas están encaminadas a la generación dialéctica de conocimientos y en grupo. Ellas dependen mucho de las dinámicas y necesidades del grupo. Su uso no puede ser arbitrario y esquemático, porque pueden parecer tan impuestas como el modelo educativo que hace énfasis en los contenidos. El profesor debe tener mucho tacto, sobre todo con aquellas dirigidas a unificar a los alumnos, para no crear mayores conflictos.

Si recordamos herramientas de la psicología, los grupos universitarios son arbitrarios: no se reúnen por empatía de caracteres, alguien decidió que tuvieran que recibir clases juntos. Por eso, en las técnicas participativas deben enfocarse en el aspecto común de los futuros periodistas. Lo único que los une es el interés incipiente por una futura profesión.

Algunas de las mencionadas técnicas sistematizadas por los teóricos suelen estar dirigidas a alumnos muy jóvenes, por eso deben adaptarse a las características del estudiante universitario, y no extremar su uso, porque le resta utilidad y seriedad a la docencia.

El Equipo de Educación Popular del Centro Martin Luther King propone una serie de técnicas, algunas de ellas muy adaptables a las necesidades de la enseñanza del Periodismo, particularmente las asignaturas de redacción periodística. Tomando como base ese texto, realicé las variaciones pertinentes de algunas de ellas o las cito totalmente:

1-Técnicas de presentación: Deben usarse preferiblemente en alumnos que se encuentran por primera vez. En el caso de que ya se conozcan, pueden adaptarse para que el nuevo profesor se presente a los alumnos y ellos sepan pensamientos, sentimientos, deseos o características nuevas de sus compañeros.

a- Cada miembro debe decir su nombre y una característica suya que todavía el grupo desconoce, pero él cree necesario compartirla. Cada uno puede pasarle la palabra al otro usando una pelota, un globo, haciendo una telaraña con un cordel, etc.

2-Técnicas de animación: Cambian el ritmo de la clase y elevan la motivación de los educandos.

a- Los participantes deben sentarse en círculo. El profesor comienza contando una historia con valor noticioso, y señala a uno de los miembros para que continúe el relato. Uno de los miembros debe escribir la historia completa, para luego de ahí, cada uno debe redactar un producto comunicativo, como una nota informativa. Ver  El cuento vivo en (EEPCLMK, 1999: 31).

b- Puede dividirse el aula en dos o más grupos para que se hagan preguntar relacionadas con el contenido de la clase, que comiencen siempre ¿Qué pasaría si…? Cada equipo debe realizarle las preguntas a otro y responder las que le hagan a cada uno de sus integrantes. Ver  ¿Qué pasaría si…? en (EEPCLMK, 1999: 31).

c- Se llevan a la clase varios lead, de géneros periodísticos conocidos por los alumnos, de forma que se sugieran varios títulos para cada uno. Pueden hacerse varias rondas, y especificar qué tipo de título debe crearse en cada una. El profesor puede llevar los lead u orientar de tarea que los estudiantes lo recorten de la prensa, sin título, por supuesto. Ver Póngale título en (EEPCLMK, 1999: 32).

3-Técnicas para la formación de grupos: Permiten hacer más dinámica la conformación de grupo y que durante el curso, o en la misma clase, todos hayan interactuado entre sí. Puede ser difícil de realizar en grupo casi al graduarse, donde generalmente se segmentan mucho y les cuesta trabajo interactuar.

a- Se buscan conceptos o categorías estudiadas en clase y un número igual de elementos antónimos, para que quede el grupo dividido en dos. Después uno lee su concepto y quien tenga el antónimo, queda como su pareja, en caso de que esté correcta la relación. Si se necesita dividir en subgrupos con otras cantidades, puede incluirse categorías que engloben a las ya empleadas. Pueden usarse también nombres de periodistas conocidos y los medios a que pertenecen. Ver Pareja refranera en (EEPCLMK, 1999: 46).

4-Técnicas de análisis: persiguen generar reflexión y conocimiento sobre un asunto determinado.

a- Se colocan en un cesto tarjetas que tengan escrito en el dorso clichés periodísticos, como la objetividad igualada a calco de la realidad. Se divide el grupo en dos y cada uno toma una, la analiza en su grupo, y la responde de forma competitiva. Ver La pesca de los clichés en (EEPCLMK, 1999: 51).

b- Muy adecuada para introducir el concepto de intencionalidad periodística: “La noticia”. Se analizará en equipo una noticia reportada por diferentes órganos de prensa, la orientación que cada uno le aporta, los argumentos que se utilizan, la visión de la realidad que dan, a fin de comprender el por qué de sus diferentes enfoques. Posteriormente, pudiera intentarse la redacción de una noticia sobre los hechos que se reportan desde el ángulo en que la observa el grupo”. (EEPCLMK, 1999: 51).

c- Se lee una situación creada por el profesor donde se cometan errores conceptuales, relacionados con las técnicas periodísticas, los procesos de producción y flujos de trabajo de los medios, etc. No deben ser demasiado evidentes, debe incitarse el análisis profundo y la búsqueda de alternativas novedosas. Ver Puro cuento en (EEPCLMK, 1999: 58).

d- Cada alumno escribe en una hoja como es posible redactar mal un texto periodístico, o que el público no consuma algún medio de comunicación. Debe ser el mismo tema para todos. Después se exponen y se reflexiona en conjunto, se clasifican y jerarquizan las formas de destrucción. Ver  El juego de la autodestrucción en (EEPCLMK, 1999: 61).

e- A partir de una foto o fragmento audiovisual, los alumnos deben redactar una nota descriptiva o perfil del protagonista del elemento visual o audiovisual. Ellos tienen libertad para crear soportes periodísticos como fuentes, antecedentes y contextos, que les sirvan para realizar el texto. Los resultados se deben comentar y contrastar en grupo. Ver Historia de una foto en (EEPCLMK, 1999: 77).

5-Técnicas para la integración: se emplean cuando los integrantes del grupo ya se conocen. El objetivo de estas de técnicas es fomentar los sentimientos de pertenencia, solidaridad, y compromiso de los miembros del grupo.

a- El profesor comienza escribiendo una línea de un relato periodístico en un papel, papelógrafo o en la pizarra. Cada estudiante debe crear rápidamente la línea que le sigue y así sucesivamente. Eso fortalece el trabajo grupal e implica un acercamiento a la característica de colectividad que tiene realización de mensajes periodísticos en la realidad. Es aconsejable aplicarlo en grupo pequeños, entre muchos alumnos puede causar aburrimiento mientras los últimos esperan su turno.

BIBLIOGRAFÍA

CASALS CARRO, MARÍA JESÚS: La enseñanza del periodismo y las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación,  Estudios sobre el Mensaje Periodístico, No.12, 2006: 59-70.

DE AGUINAGA, ENRIQUE: El periodista en el umbral del siglo XXI, Estudios sobre el Mensaje Periodístico, No. 8, 2002: 157-170.

DE AGUINAGA, ENRIQUE: Hacia una teoría del periodismo, Estudios sobre el Mensaje Periodístico, No. 7, 2001: 241-255.

Equipo de Educación Popular del Centro Martin Luther King (comp) Técnicas de Participación. La Habana: Caminos, 1999.

Guillermo Raigón Pérez de la Concha, 1999; El periodismo educativo: objetivos, en Revista Latina de Comunicación Social, número 15, de marzo de 1999, La Laguna (Tenerife), en http://www.ull.es/publicaciones/latina/a1999c/115raigon.htm

Pastora Moreno, 1998; Principios didáctico-pedagógicos de la redacción periodística, en Revista Latina de Comunicación Social, número 12, de diciembre de 1998, La Laguna (Tenerife), en: http://www.lazarillo.com/latina/a/02bpastora.htm

Pastora Moreno, 2000; El profesor universitario en Ciencias de la Información (Periodismo) y sus actitudes, en Revista Latina de Comunicación Social, número 29, de mayo de 2000, La Laguna (Tenerife), en: http://www.ull.es/publicaciones/latina/aa2000rmy/103pastora.html

 

 

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