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REPENSAR LOS ROLES AUTOR-LECTOR. ENTRE DEBERES Y HACERES

REPENSAR LOS ROLES AUTOR-LECTOR. ENTRE DEBERES Y HACERES

Acercamiento a la hipertextualidad y la interactividad en el periodismo digital cubano.


Lic. ANIDELYS RODRÍGUEZ BRITO,

Profesora de la Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

La permanente innovación tecnológica provee nuevas herramientas para la producción de contenidos y servicios que no remiten necesariamente a la inauguración de nuevos usos comunicativos, sino que perfeccionan, agregan, renuevan, perpetúan los moldes precedentes, a partir de las novedosas posibilidades expresivas del ciberespacio.

Hace una década, los medios cubanos comenzaron a adentrarse en la Red, en un alumbramiento prematuro, apresurado, violentado por necesidades políticas reales de ampliar la presencia del país en espacios físicos y virtuales. Lejos de nacer tras un proceso de gestación natural, espontáneo; el advenimiento de las web periodísticas cubanas, se ha correspondido, generalmente, a emergencias coyunturales.

Estas urgencias han dado a la luz web periodísticas que, casi en su totalidad, han denotado el desconocimiento de las dimensiones de la comunicación en Red, así como las profundas afectaciones que el nuevo entorno ha provocado en los contenidos, las organizaciones, las audiencias, y los propios emisores.

En el devenir del nuevo perfil profesional en Cuba, las prácticas cotidianas, las horas-máquina, han sido la escuela común -y única durante no pocos años- de los hacedores de los medios digitales cubanos. En nuestro país, los condicionamientos culturales, la necesidad de la aprehensión cultural de lo digital, intervienen considerablemente en la disyunción entre deberes y haceres.

La "nueva" narrativa hipertextual

Los medios tradicionales al construir un discurso de la realidad con un único camino de principio a fin, refrendan la asida concepción de secuencialidad propia de la cultura occidental. La continuidad discursiva solo se concibe apelando a la semiosis infinita

"El periodista que hemos conocido es un narrador concentrado en su discurso, muy observador del texto y poco observador del contexto del texto, diríamos. Los medios tradicionales son meros continentes del tributo que cada periodista y cada «material» hacen al todo. Ya sea en el periódico impreso, en la revista radial o en el noticiero de televisión, los discursos aparecen casi siempre yuxtapuestos, y en el mejor de los casos coordinados por débiles y a veces artificiales elementos conectivos. Las formas en que se ordena la reunión de narraciones o relatos sobre la realidad responde casi siempre a razones extratextuales. Esta puede ser una de las causas fundamentales del modo fragmentado en que se representa la realidad en los medios tradicionales. En los espacios informativos se introduce un número limitado de relatos sobre sucesos cuya interrelación no puede ser dilucidada fácilmente. Los aconteceres narrados no suelen guardar entre sí ninguna relación aparente. Los distintos planos y aristas de la realidad casi nunca se cortan -nótese el argot geométrico. El acontecimiento no se interpreta cabalmente: algunas de sus caras solo se yuxtaponen. La desconexión entre los acontecimientos relatados, provengan o no de una misma circunstancia, dificulta una comprensión compleja de la realidad, sesga la capacidad de análisis crítico, y permite que la omisión de hechos o de «enfoques» pase inadvertida para el público, y acaso también para los propios periodistas". 

El hipertexto, una de las potencialidades más extraordinarias del periodismo para y con Internet, busca acercarse al pensamiento humano, al sustentarse en el acceso no secuencial a los contenidos  y rompe definitivamente con el "muro de la página, [propio de la] Galaxia de Gutenberg, donde la lógica del discurso y la misma continuidad de la lectura imponen un desarrollo estrictamente lineal, la relación espacio-tiempo conspira contra la dialéctica, creando una dimensión que, literal y metafóricamente, puede denominarse plana".  

Desde la perspectiva informática, el hipertexto se traduce en un conjunto de nudos (palabras, páginas, imágenes, gráficos, sonidos) relacionados por un entretejido de conexiones.  El ambiente informático del hipertexto electrónico "favorece la interacción amigable con la representación icónica de las estructuras de información y de los comandos".

La hipertextualidad deviene un concepto revolucionario desde su concepción misma: rompe con los límites y la jerarquía de la información, establecidos por el emisor y al decir de George P. Landow, se deben abandonar los actuales sistemas apegados a nociones como centromargen, jerarquía, y linealidad, sustituyéndolas por la multilinealidad, nudos, nexos, redes, trayectorias irregulares

No existe un núcleo central sino centros provisores. A partir de cualquier enlace es posible llegar a los otros eslabones por medio de conexiones múltiples. Al establecer su recorrido, cada lector configura un texto específico, provisional, de acuerdo con sus intereses. El hipertexto potencializa así la lectura multisecuencial y la construcción de sentidos.  El recorrido no lineal faculta nuevas posibilidades de intervención por parte de los lectores. No existen más recursos únicos y definitivos para la lectura.

La hipertextualidad se traduce en posibilidades de participación para el usuario toda vez que subvierte el modelo de comunicación unidireccional de los medios tradicionales. En la práctica, lejos de sujetar al lector a un tipo de organización particular de jerarquía informativa, este puede sugerirla en cierta medida; se trata de ofrecerle un producto que le proponga una serie de senderos, y/o le posibilite intervenir en "la producción y colocación de lexias asociadas (no derivadas), autónomas e independientes". 

Varios autores coinciden en situar al hipertexto electrónico, como la base para la reconfiguración de la actividad periodística al proporcionar nuevas prácticas de escritura y lectura: "la estructura hipertextual de las historias y el apoyo de elementos audiovisuales implican el nacimiento de nuevas fórmulas narrativas y la consiguiente redefinición de los géneros periodísticos clásicos". 

En este sentido el hipertexto favorece la intertextualidad, entendida como doble apertura: del texto al exterior -con fronteras móviles y temporales, en la práctica se traduce en el acto de conectar textos de sitios distintos a partir de temáticas semejantes-, y del texto al lector situado fuera del hipertexto, aunque provisionalmente.

La intertextualidad puede asociarse entonces con las características de ausencia de cierre del hipertexto electrónico: "La permanente abertura del texto al lector frustra la expectativa de un fin que proviene de la narrativa tradicional. Las múltiples conexiones posibles amenazan el cierre habitual, pues estimulan al lector a comenzar a leer un nuevo texto sin haber terminado el anterior. Esto conlleva incertidumbres relativas al fin del texto, a la cantidad leída y a lo que aún resta por leer". 

Siguiendo la clasificación del hipertexto propuesta por la profesora Milena Recio, en el devenir de las web periodísticas cubanas, encontramos el predominio de los hipertextos organizativos -enlaces que intervienen en la estructuración y organización del sitio en general. Nos permiten interactuar desde la Portada o Index y simulan la acción de pasar una página con la punta de los dedos-. El hipertexto informativo -enlaces dentro de los contenidos que proporcionan la ampliación de fuentes, informaciones, conocimientos- ha sido muy poco explotado, lo que resta movilidad al usuario y aleja a los medios cubanos del modo de presentar y leer la información en el entorno digital. En este sentido, solo algunos sitios periodísticos cubanos han adoptado la concepción de "noticias relacionadas".

Los medios digitales cubanos han heredado también la descontextualización  de la prensa tradicional. Los elementos relacionados, antecedentes, y consecuencias de los hechos narrados, son obviados frecuentemente. De este modo quedan subutilizadas las posibilidades documentales del hipertexto, que permite, mediante enlaces, que cualquier palabra pueda ser punto de partida para una ampliación documental por parte del lector.

En el contexto cubano apenas si ha proliferado la abertura del texto hacia el exterior -intertextualidad- y la conexión en red para posibilitar que el usuario acceda a las fuentes de la información. La intratextualidad ha sido mucho más favorecida.

... La promesa interactiva

La interactividad suele estar asociada a dos concepciones fundamentales: una enfocada en la relación del usuario con la máquina, y otra que enfatiza en "las relaciones interpersonales mediatizadas por las máquinas". La primera está asociada, desde una perspectiva informática, al estudio de interfaces. La segunda ha sido esbozada desde una arista sociocultural.

A diferencia de la interacción, la interactividad supone que el usuario no es un testigo pasivo de la información. Se estará generando interactividad "si [el usuario] cuenta con los estímulos suficientes para integrar las herramientas informáticas y comunicarse con ellas, volcando sobre la información primaria sus ideas y su creatividad". 

Desde la dimensión sociocultural, la interactividad es la traducción de la participación social al ciberespacio, y como tal puede estar sometida a manipulaciones. No es sin embargo hasta que el usuario pasa de la exploración a la creación de contenidos, que se puede hablar realmente de participación sustantiva. 

La interactividad constituye una de las herramientas más revolucionadoras de la Red, en tanto subvierte completamente el modelo transmisivo de los medios tradicionales, así como la demarcada relación emisor-receptor, del paradigma dominante en el devenir de la comunicación de masas.

En la Red de redes asistimos al desplazamiento del rol controlador de  editores y periodistas sobre los contenidos y la audiencia, propio de los procesos de comunicación pública institucionalizados. En el "nuevo" entorno mediático, todos somos potenciales emisores, receptores y fuentes de información al mismo tiempo.

Esta modalidad comunicativa exclusiva del escenario digital, provee espacios para los discursos marginados tradicionalmente: permite al usuario participar en la creación del producto, y le posibilita interactuar con el emisor, con otros usuarios, y con los contenidos. 

En la práctica, las publicaciones digitales suelen moverse entre tres niveles de interactividad: el primero, se caracteriza por la posibilidad de entrar en contacto con el periodista o webmaster del sitio por medio del correo electrónico para hacer reclamaciones, ofrecer sugerencias o solicitar información. En un segundo nivel, el lector es llamado a opinar a partir de las opciones dadas. El tercero, comprende las prácticas en las cuales el usuario contribuye a la elaboración de la noticia -en este nivel "la separación entre autor y lector será apenas una contingencia nunca absoluta y reversible en cualquier momento." 

A partir de la activación de enlaces informativos de la propuesta hipertextual, pasando por meros elementos de retroalimentación, hasta la cooperación del usuario en las dinámicas comunicativas propias del ciberespacio y el intercambio con otros usuarios, varios autores coinciden en señalar cierta gradación de la interactividad. En este sentido encontramos consenso sobre la existencia de cuatro posibles niveles que se suponen respectivamente, en la medida en que van ganando en complejización:  

1- "La actividad que logra el usuario a partir de ciertos atributos de hardware (a través de dispositivos periféricos como el teclado, el mouse o los speakers).

2- "La acción sobre la interfaz de software (las interfaces gráficas, y el sistema de ventanas, multiplicaron las posibilidades de interactividad con el usuario).

3- "La acción del usuario sobre el sistema (mediante la «personalización», la definición de trayectorias, etc.).

4- "Cuando se pasa de la exploración a la creación (el sistema permite la modificación no prevista de antemano, el usuario puede agregar contenido y trabajar en colaboración con otros usuarios)".

La interactividad supone construcción de sentido entre los actores de la comunicación: "Los medios periodísticos online tienen ante sí la potencialidad de provocar un desplazamiento radical desde un modelo difusionista, hacia un modelo de relación interactivista, en lo cual quedarían conjuntamente implicados varios niveles y funciones del periodismo contemporáneo: el contenido, el proceso y el encargo social. La variación en una sola de estas dimensiones no asegura tal desplazamiento. Y es lo que ocurre en la mayoría de los casos cuando solo se valora, desde una perspectiva tecnologicista, como fundamental, la introducción de mecanismos o dispositivos de interacción que en la práctica no proveen nuevas formas de valorizar voces e ideas hasta ahora marginadas dentro de los procesos de la comunicación pública".

En el contexto cubano la interactividad es vista con mucho recelo. No se puede desconocer que Cuba ha sido un país bloqueado y agredido por más de 40 años e Internet ha devenido también como escenario para este enfrentamiento. La sobredimensión de este elemento, además de las carencias tecnológicas, tiene un alarmante reflejo en la escasa implementación de herramientas interactivas en las publicaciones electrónicas de los medios de prensa cubanos.

Todavía son muy escasos los recursos interactivos de que dispone la prensa online, y muchas veces no rebasan "el mínimo encargo de permitir la conexión entre personas. (...) Sabemos, por la simple observación y la relación cotidiana que tenemos con medios de prensa online, que las informaciones y las opiniones que pueden aportar los lectores siguen siendo marginales dentro de la propuesta que hacen los medios".

Las opciones interactivas que aparecen en los medios digitales cubanos, más bien son modos de retroalimentación que permiten a los usuarios, comunicarse con el webmaster y/o con la redacción, vía un buzón de correo electrónico común. La posibilidad de enviar un mensaje directamente a los periodistas a través de la dirección electrónica de cada uno de los que escribe para Internet, no es de uso corriente. Dentro de la propuesta que hacen los medios digitales cubanos, no han sido concebidos espacio abiertos a las informaciones y opiniones que puedan aportar los lectores.

El margen de participación abierto al usuario ha sido sumamente limitado. La mayoría de las encuestas están diseñadas para respuestas predeterminas, donde la función del usuario se limita a marcar una de las opciones presentadas por el medio, que propone también las preguntas. Los foros de debate siempre se montan para referirse a los sucesos priorizados en las agendas de la prensa, y en todos los casos están "mediados" por un emisor que decide lo que publica o no, y en el momento en que lo hace. Los chats -aunque promueven los temas informativos priorizados por el medio-, han sido escasos.

Se hace necesario valorar, en el caso de la interactividad -herramienta que revoluciona el paisaje comunicativo de los medios tradicionales-, hasta qué punto es más pertinente continuar aplazando esta cualidad que le confiere el nuevo entorno al periodismo digital, o trazar una estrategia consecuente con los riesgos que pueda implicar su asunción, en nuestro contexto.

La hipertextualidad, como la interactividad y el periodismo digital propiamente, se baten entre los modelos ideales que describen el deber ser y los que se corresponden con las prácticas profesionales. El prometido ideal teórico de repensar los roles autor-lector ha quedado aplazado. La cifra de las web periodísticas cubanas contabilizadas hasta la fecha, dan fe de que se ha rebasado un primer momento, donde era preciso e inminente nuestra salida online. Ahora se impone trabajar en función de un producto periodístico acorde a las nuevas y cada vez mayores exigencias del entorno digital. Lo prioritario es "articular formas eficientes, novedosas y revolucionarias de comunicar, de poner en común. Y esto se justifica tanto por la urgencia de sobrevivir como por la urgencia de perdurar."

 

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