UN ACERCAMIENTO AL PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN EN CUBA
Dr. DARÍO L. MACHADO RODRÍGUEZ,
Presidente de la Cátedra de Periodismo de Investigación “Enrique de la Osa” y Profesor Principal del Instituto Internacional de Periodismo José Martí.
¿Por qué se habla de “periodismo de investigación”? Hay la creencia, compartida por no pocos, que postula que todo periodismo –si es buen periodismo- es “de investigación”. Y efectivamente, desde que hay un hecho, acontecimiento, asunto de importancia y el periodista va a convertirlo en un producto comunicativo, por ejemplo en noticia, tiene que indagar, preguntar, buscar, conocer, evaluar y en sentido amplio estará también investigando en el empeño de precisar cómo fueron los hechos que quiere narrar.
Sin embargo, hablar de periodismo de investigación propiamente implica otra dimensión y práctica periodística que difiere de la elaboración de una noticia, la redacción de una crónica, o de cualquier otra de las aplicaciones habituales de la labor periodística. Pero si bien no todo periodismo es en rigor “de investigación”, todo periodista adecuadamente calificado puede ejercer esta modalidad de periodismo, solo debe atenerse a sus reglas y especificidades, dominar las técnicas de investigación y ser un estudioso inconforme e infatigable.
Las cualidades que debe tener un buen periodista valen para el que quiera ser un periodista investigador: honestidad, fidelidad a la verdad y al público que tiene derecho a conocerla, amplia cultura, conocimiento de la historia y de la contemporaneidad, estar familiarizado con los avances de la ciencia y de la tecnología, conocer las leyes, la estructura y funcionamiento del Estado, conocer los fundamentos de la economía del país, estar al tanto de las principales manifestaciones culturales, tener conciencia de los principales problemas que afronta la sociedad, superarse constantemente y, por supuesto, dominar los métodos y técnicas de investigación social.
El periodismo de investigación existe como disciplina particular del periodismo porque en la sociedad hay necesidad de información sobre temas que no son evidentes, que no se conocen, se conocen parcialmente o resulta difícil indagar sobre ellos, o también porque lo que se ha dicho hasta un momento determinado al respecto no es cierto. En esencia, las generatrices de trabajos de periodismo de investigación radican en el derecho de la ciudadanía a estar debidamente informada y en el papel mismo del periodismo como parte del control social.
La no circulación de información sobre un tema dado puede producirse por una o varias causas, entre ellas:
----Porque hay interés en ocultarla.
----Porque no había surgido la necesidad social de conocerse.
----Porque el interés de conocerlo decayó con el tiempo y el tema quedó sepultado.
----Por tratarse de un tema tabú.
----Por ser difícil, incluso peligroso, indagar sobre ello.
----Por haber surgido como tema importante sin tiempo para su divulgación.
Bajo el acápite de “periodismo de investigación” caben desde asuntos de relativa importancia hasta escándalos como el de Watergate en Estados Unidos de Norteamérica que terminó en la destitución de un presidente. Lo más frecuente es que sea el periodista investigador el que escoja el tema, pero en ocasiones este puede ser señalado por los propios lectores, puede levantarse por su propia entidad como asunto social importante y devenir obligadamente objeto de investigación, puede ser por otras vías, pero siempre estarán una o varias de las causas arriba descritas.
Cuando un periodista o grupo de periodistas se propone investigar sobre un tema determinado, asociado por ejemplo a conductas corruptas de funcionarios o empresarios, a negligencias que provocaron consecuencias sociales graves, a escándalos, sobornos, prevaricación, o a prácticas criminales y mafiosas, lo primero es su determinación de llegar hasta el final, es decir, hasta revelar la verdad. Sin esta disposición no podrá encarar con éxito las eventuales dificultades en el proceso de investigación. Obviamente, si este es el caso, podrá encontrar numerosos obstáculos, golpes bajos e incluso amenazas veladas o explícitas, agresiones verbales y físicas en su empeño de hacer público el conocimiento de los hechos investigados. Entre los escollos que puede encontrar el ejercicio del periodismo de investigación están:
----La renuencia en los organismos y personas encargadas a proporcionar información que pueda derivar en verdades incómodas o amenazadoras de su estatus. La obstaculización del acceso a las fuentes, el ocultamiento de la información más sensible. La tergiversación y ocultamiento de la verdad por las fuentes de información.
----Las presiones por intereses económicos.
----El temor de las eventuales fuentes de información sobre el tema investigado a comprometerse con sus declaraciones.
----El poco estímulo de redacciones y direcciones de los medios hacia esta actividad que resulta riesgosa, “problemática” para el sistema de relaciones de los directivos con los organismos afectados, especialmente si existen compromisos personales. Las presiones que ejercen personas vinculadas con los directivos y dueños de los medios de comunicación.
----Las amenazas veladas o expresas.
----Los insultos.
----Las agresiones físicas.
----El tiempo necesario para hacer bien la tarea periodística de investigación que conspira contra urgencias y rutinas del medio.
----La escasez de personal profesional dedicado al periodismo de investigación.
----Problemas de recursos para la investigación.
Ahora bien, de igual manera, el propio periodista investigador deber saber cuándo el tema escogido no ofrece suficientes razones para continuar la investigación y en consecuencia debe estar dispuesto a pararla. Nunca será tiempo perdido, porque lo que se haya avanzado hasta ese punto enriquecerá su acervo cultural y profesional.
Pero el periodismo de investigación no se refiere solamente a estos asuntos extremos, de naturaleza delictiva, ni tiene obligadamente una finalidad y estilo denunciatorios. En la literatura en curso en el mundo sobre el periodismo de investigación, los temas escogidos, los estudios de caso y los premios periodísticos que se confieren abundan estos temas. Ocurre en particular también en nuestra región latinoamericana y caribeña. Y es así por una razón fundamental: la profusión de hechos de este tipo en las sociedades contemporáneas y, visto más profundamente, por la fractura social y los antagonismos que oponen agudamente a sectores de poder, enfrentados por intereses corporativos, la ambición y el egoísmo que profundizan la creciente anomia y crisis civilizatoria.
Hay, sin embargo, muchos otros temas que merecen un enfoque investigativo riguroso en el ejercicio periodístico dirigido a descubrir verdades. Estos se relacionan, por ejemplo, con incógnitas históricas que pueden ser esclarecidas años después mediante investigación retrospectiva, condenas carcelarias injustas, problemas laborales, asuntos relacionados con el medio ambiente, el proceso de aprobación de una ley, temas relacionados con la educación, la salud pública y una interminable etcétera.
Ciertamente, el hecho que prevalezcan hoy en el ejercicio del periodismo de investigación aquellos asuntos que pueden terminar en la pérdida de prestigio de los denunciados, persecución legal y condenas hacen de esta modalidad una de las actividades más riesgosas en el ejercicio periodístico.
Claro está, sería demasiado superficial considerar esto como una simple oposición entre el periodista “bueno” por definición y el denunciado “malo”.
Lo real es que el periodismo de investigación asumido en la conciencia del público como un ejercicio siempre loable, que impone al periodista un mayor esfuerzo y constancia en la búsqueda de esa verdad que tiene derecho a conocer, puede estar viciado por intereses espurios y en estos casos, aun cuando revelen verdades, su esencia ética estará torcida por las motivaciones que lo guían y a menudo sesgado el producto periodístico final.
Es que el periodismo en su relación con el poder en sus disímiles formas de existencia no solo influye en este, sino que recibe también su influencia, llegando incluso a convertirse en su instrumento, con todas las consecuencias para la producción de esta modalidad periodística. La contaminación del periodismo con el poder ha llevado no pocas veces a involucrar al primero en las pugnas del segundo, práctica que se ha extendido al punto que muchos espacios de la comunicación periodística no solo llegan a hacerse eco exageradamente de estos enfrentamientos, sino que alcanzan a constituirse en parciales de uno u otro oponente, en dependencia de los intereses, compromisos, ataduras personales de los periodistas y de los que tienen el poder de veto en los medios.
También está el temor de los periodistas a perder el empleo, a perder amistades, espacios de influencia y relaciones, etc. Estas realidades limitan el ejercicio del periodismo de investigación, tanto la decisión de introducirse a fondo en un tema como en el modo de exponer los resultados.
Estas deformaciones de la función social que se espera del periodismo conducen al ocultamiento de información, convierte el sesgo en hábito e incluso lleva a presentar en calidad de “periodismo de investigación” cualquier revelación sensacionalista que incline la balanza a favor de un determinado interés. Lo anterior no puede ser calificado desde el punto de vista ético como periodismo, porque desvía su papel y funciones en la sociedad, aunque lo hagan medios periodísticos y personas con el título de periodista y la calificación profesional correspondiente.
Del no-periodismo al periodismo y de este al periodismo de investigación
Como mismo ocurre con la palabra ideología, o con cualquiera otra, la palabra periodismo es también una secuencia de fonemas. Se puede adjudicar a cualquier práctica, a cualquier fenómeno. Ahora bien, surgirán los malos entendidos cuando los participantes en el diálogo no comprendan lo mismo bajo tales términos.
Comunicar noticias, información de actualidad, declaraciones, etc., si bien forma parte de la actividad habitual de los medios es algo que puede no ser realizado por periodistas ni ser en verdad periodismo propiamente dicho. Este último implica siempre una producción, una actividad que va más allá de la reproducción simple de la información, involucrando el ejercicio del pensamiento, la indagación, la proyección social de lo que se comunica, y obviamente, la responsabilidad profesional y cívica.
El periodismo de investigación va más allá; debe ser por definición profundo y riguroso, debe poder informar exhaustivamente no solo las realidades de un hecho o conjunto de hechos, sino sus consecuencias sociales y colocar a disposición del ciudadano los elementos necesarios y suficientes para que se forme su propio criterio de lo que se está revelando. Es tenue el límite del periodismo de investigación y lo que se conoce como periodismo de profundidad o en profundidad, que tiene como finalidad principal revelar los por qué, las causas de los procesos o acontecimientos investigados.
El periodismo de investigación necesita también de un equipo de personas que participe en la tarea de investigar, cuyas características (tamaño del equipo y especialidades) estará en dependencia de la magnitud y complejidad de la tarea asumida.
El periodismo de investigación, serio y riguroso, tiene sus reglas para obtener la información, para procesarla y para exponerla. Entre ellas están las siguientes:
----Definir claramente el asunto a investigar.
----Conformar el grupo de trabajo.
----Estudiar y precisar las fuentes de información.
----Hacer el plan de búsqueda de información.
----Definir los métodos cuantitativos y cualitativos de investigación.
----Acopiar la información comprobando los informes obtenidos.
----Organizar el material disponible.
----Estudiar a fondo y con rigor.
----No especular con la información.
----Elaborar textos sustantivos.
----Evitar el tremendismo y el sensacionalismo.
----Tener plena seguridad en lo que se va a revelar y en sus posibles consecuencias.
Cada uno de los pasos de este proceso debe ser abordado con el necesario rigor y profundidad, en correspondencia con la complejidad del asunto dado. El tratamiento superficial suele resultar altamente tergiversador de la verdad y tener graves consecuencias.
El periodismo de investigación en Cuba
En Cuba existe la Cátedra de Periodismo de Investigación del Instituto Internacional de Periodismo José Martí y hay una práctica periodística desarrollada en diferentes medios de comunicación, que responde a las características generales de esta modalidad de la labor periodística.
Desde el Instituto Internacional de Periodismo José Martí se han organizado cursos y talleres sobre el tema, así como encuentros para compartir experiencias; pero en rigor, en el periodismo cubano no tenemos aún elaborada una doctrina propia que sistematice íntegramente esta modalidad periodística en correspondencia con las particularidades actuales de la sociedad cubana.
Se emplean textos que recogen experiencias surgidas y sistematizadas en otras realidades culturales y sociopolíticas. Bajo la frase “periodismo de investigación” se comprenden hoy muchas cosas. Obviamente, los límites de su necesaria definición siempre serán aproximados, lo que a su vez, lejos de ser una debilidad constituye una oportunidad, al garantizar la necesaria flexibilidad de cara al desarrollo ulterior del concepto.
Entre los objetivos fundamentales de la Cátedra está precisamente el de: “Promover el desarrollo de un pensamiento cubano sobre el periodismo de investigación, sus principios, prácticas, estilo y finalidades, aprovechando las experiencias latinoamericanas y caribeñas, así como de otras regiones del mundo, y partiendo de las características específicas de la sociedad cubana y del periodismo cubano contemporáneo.”
La tarea de desarrollar una doctrina cubana para el periodismo de investigación que constituya una fuente de inspiración y guía metodológica básica para los profesionales del país que se propongan trabajar con esta modalidad es necesariamente colectiva y solo puede emerger del periodismo vivo que se ejerce hoy en la sociedad cubana, y debe tener asiento en sus raíces prerrevolucionarias, dado que el periodismo cubano a lo largo de su historia ha tenido ejemplos notables de periodistas investigadores, de cuyas cualidades éticas y profesionales es legítimo heredero el periodismo actual.
Hay, sin embargo, algunos ejes fundamentales que pueden ser enunciados como factores influyentes esenciales para proyectar esta modalidad de trabajo periodístico en las condiciones particulares de la sociedad cubana de hoy:
----En Cuba, dadas las características sociopolíticas de la sociedad, no existen grupos de poder económico ni sectores políticos que estén enfrentados entre sí por intereses radicalmente opuestos.
----En Cuba todos los medios de comunicación son de propiedad de todo el pueblo y están al servicio de los intereses generales de la sociedad cubana.
----En Cuba, la sociedad, si bien ha experimentado en los últimos años procesos de diferenciación social, mantiene altos niveles de equidad, las mayorías comparten intereses comunes y la superestructura política responde a esos intereses.
----En Cuba no hay bandas paramilitares.
----En Cuba los profesionales del periodismo, si bien resultan insuficientes para cubrir las necesidades de los medios de comunicación social existentes y los nuevos que se van creando, son personas adecuadamente calificadas y con un gran sentido del deber ciudadano.
----En Cuba las agendas de los medios de comunicación se construyen a partir de objetivos sociales corresponden a los más altos intereses sociales del país, y tienen en cuenta el perfil específico de cada medio y las opiniones de los directivos y los periodistas.
Sin embargo, también:
----En la sociedad cubana hay intereses creados y prácticas burocráticas asociadas que constituyen factores que hacen necesario el periodismo de investigación y a la vez lo obstaculizan.
----Hay temas tabú.
----De igual manera, la existencia de autocensura en los propios periodistas y en los directivos de los medios, conspira contra el ejercicio eficiente de esta modalidad.
----No puede dejar de mencionarse el hecho de que los medios de comunicación cubanos son parte de una realidad en la que ha predominado una psicología de plaza sitiada, no se ha extendido el reconocimiento del conflicto como algo normal, inherente a toda sociedad humana y motor para la superación social, y consecuentemente se ha preferido evidenciar los problemas una vez que han quedado resueltos. La protección de la obra de la revolución como algo de todos, la idea de no “dar munición al enemigo ideológico y político”, también ha empobrecido el ejercicio periodístico en general, no ha contribuido a enriquecer la subjetividad ciudadana y ha servido para esconder deficiencias, errores y arbitrariedades mellando el filo de la investigación periodística.
----Ocurre también que la especialización de los periodistas en la atención a diferentes ámbitos de la actividad social (educación, salud pública, poder popular, ministerios productivos, ciencia y tecnología, etc.) contribuye a crear lazos, puentes de entendimiento e incluso compromisos que pueden debilitar el periodismo en general y el de investigación en especial.
----Se suma a lo arriba señalado, y no en último lugar, la inexistencia de una ley de prensa que establezca las obligaciones respecto del manejo de la información y constituya un respaldo jurídico a la labor periodística en general, realidad que conspira contra el ejercicio eficiente del periodismo de investigación.
De lo anterior se deriva un corolario: el periodista que hace un trabajo de periodismo de investigación necesita respaldo. El periodista no es -ni puede pretender serlo- un ente “todopoderoso” que porta una espada flamígera para hacer justicia informativa. Su labor en Cuba debe ser siempre esencialmente constructiva y necesita respaldo ético y legal, en primer lugar el que le puede proporcionar el propio medio de comunicación en el cual ejerce su función.
El periodismo debe contribuir al mejor funcionamiento de la democracia socialista, proteger los derechos de la ciudadanía, en primer lugar el derecho de estar bien informada, estimular, nutrir y contribuir a canalizar la participación social. La modalidad del periodismo de investigación es particularmente importante en este cometido social.
Cuando un periodista (o grupo de periodistas) decide incursionar en algún tema de interés social y de actualidad que amerita ser abordado desde la perspectiva del periodismo de investigación, enfrentará la tarea de insertar en el espacio comunicacional cubano una verdad hasta ese momento desconocida que tendrá efectos en la sociedad en su conjunto, pero también -de diferentes formas e intensidades- en las personas involucradas en el proceso de investigación y en la narración resultante.
Es de esperar que las reacciones durante todo el proceso de estudio del asunto seleccionado y cuando se publiquen los resultados, sean también disímiles en dependencia de los grados de compromiso y de influencia personal que los diferentes actores (fuentes de información) tengan.
Siendo esta una relación entre seres humanos, con intereses diversos, diversas visiones y posiciones en la sociedad, diversos compromisos y obligaciones, pasan a un primer plano las regulaciones que la ética establece y las obligaciones que establezca la ley.
En Cuba, el periodismo de investigación está definido por los mismos principios éticos que fundamentan el deber ser de los periodistas. Su finalidad es servir al pueblo, ser fieles a la verdad, trabajar por bienestar de la sociedad, uno de cuyos componentes consiste en estar adecuadamente informada sobre todos los asuntos de interés público, contribuir a la educación y auto-educarse.
Si bien desde el punto de vista ético, el periodismo cubano tiene definiciones bien precisas y adecuadamente codificadas, hay todavía un importante terreno de elaboración respecto a las particularidades de la ética periodística en el ejercicio específico de su modalidad de investigación.
El periodista, cuando hace periodismo investigación, además de su consecuencia ética y su condición de no hacer compromisos, pone a prueba las cualidades de constancia y perseverancia, sistematicidad, laboriosidad, inconformidad, sagacidad, intuición y rigor.
El arte del periodismo de investigación estriba en sacar a la luz una verdad cuyo conocimiento sea una necesidad pública y que esté velada, por error, por negligencia, por desconocimiento, por ser muy nueva, o por intereses espurios, siempre de tal modo que se respete la vida privada de los posibles implicados y se devele con espíritu constructivo cualquier violación de la ley, de las normas, de los derechos y de la moral pública. Tal incursión profunda se justifica más cuando se trate de personas con responsabilidades públicas, gobernantes, funcionarios, maestros, etc. cuyas faltas hayan ofendido, lastimado o perjudicado a otras personas.
Lo anterior significa que dado el caso en que sea necesario para el esclarecimiento de la verdad aproximarse a la esfera privada de los implicados y se justifique por tratarse de información imprescindible que arroje luz sobre el o de la ley o por graves violaciones éticas, el periodista debe exponerlo, siempre protegiendo al máximo el espacio íntimo de dichas personas.
Las técnicas de investigación periodística
En esencia puede afirmarse que todas las técnicas de investigación que se emplean en las ciencias sociales, son válidas para la investigación periodística: el estudio de la información documental (informes de investigaciones, estadísticas, estudios de opinión pública, leyes, documentos oficiales, etc.), el análisis de coyuntura, las encuestas, las entrevistas (individuales, grupales) en sus diferentes modalidades, las observaciones (participante y no participante), los criterios de expertos, entre otras.
El currículum universitario en las facultades cubanas incluye el estudio de estas técnicas, pero solo de modo general aportando los conocimientos básicos. El periodista que se dedique a la investigación tiene que continuar profundizando en el empleo de ellas. No pocas veces ocurre que alguien con insuficiente preparación elabora un instrumento de recogida de información plagado de pequeños o grandes errores de los cuales no es consciente precisamente por falta de experiencia y de conocimientos sobre cómo diseñarlo correctamente, obteniendo una información deficiente que, sin embargo, da por buena.
Más aún, cuando emplea preguntas abiertas continúa sumando errores que deforman los resultados al interpretar de modo sesgado la información recogida por desconocimiento de las técnicas adecuadas para codificarla.
Lo anterior conduce a una conclusión: el periodista investigador necesita estar al día en el dominio de las técnicas de investigación social, trabajar con el rigor correspondiente, mantener una práctica constante que le permita enriquecer sus experiencias y tacto para obtener e interpretar la información.
Un aparte sobre las nuevas tecnologías de informática y comunicación
El avance de las TIC´s amplía cada día más el caudal de información de la que puede servirse el ciudadano de modo directo para conocer sobre cualquier tema de su interés sea o no de actualidad. Un ciudadano medianamente instruido y con acceso a estas fuentes puede llegar en un tiempo relativamente breve a obtener un caudal informativo sobre un tema de actualidad superior al que le ofrecen los medios de comunicación social tradicional a su alcance.
Efectivamente, cuando se enciende la televisión en el canal noticioso seleccionado, o cuando se lee el periódico en la mañana o se escucha la estación matutina de radio preferida, no hay que emplear tiempo en seleccionar fuentes, los equipos especializados de estos medios se encargan de la tarea.
Sin embargo, para que se mantenga vigente esta relación emisor– receptor, debe existir no solo la credibilidad, la confianza del lector, oyente o televidente, sino que la información que ofrecen sature las exigencias y tenga el valor estético esperado. Si estos requisitos se incumplen, se debilitará progresivamente hasta perderse el contacto completamente. Se dirá entonces “ya no leo los periódicos” o “En mi casa ponemos la televisión solo para ver la pelota y las películas”.
Los medios tradicionales suelen tener hoy expresión en la Web, donde conviven con infinidad de páginas, blogs, redes sociales, etc. que allí proliferan. A la inversa es raro: una nueva página informativa en la Web difícilmente comience a salir también como periódico impreso. El espacio mediático tradicional, si bien ve reducida proporcionalmente su presencia en el espacio mediático total por el crecimiento de los medios alternativos no tradicionales, sigue siendo el dominio de los medios tradicionales. Pero lo que en estos medios se publique tiene el desafío de ser sustantivo, oportuno, interesante y atractivo, debe reunir las cualidades informativas y estéticas requeridas.
Lo que vale para el periodismo en general vale también para el de investigación cuyos resultados se comunican a través de los medios tradicionales.
La influencia del periodismo de investigación en el proceso de formación de la opinión pública sobre un tema dado está hoy en función de su capacidad de ser escogido, privilegiado como fuente más segura, aceptada, creíble, en medio de una enorme diversidad de productos informativos lanzados al espacio mediático, especialmente en la Web y sus variaciones resultantes del intercambio comunicacional entre las personas.
Palabras finales
Hay un camino desandado por los profesionales cubanos de la prensa en materia de periodismo de investigación; sin embargo, el periodismo cubano carece aún de una doctrina propia para el desempeño de esta modalidad de la labor periodística, debe precisar las regulaciones éticas para la especialidad y necesita de un cuerpo legal que le de el respaldo imprescindible para poder cumplir cabalmente su función social.
Un papel importante en este propósito pueden desempeñarlo los encuentros, talleres, coloquios y otras formas de interacción entre los profesionales del periodismo cubano que trabajan con esta modalidad.
El ejercicio del periodismo de investigación en Cuba tiene que ver también con el desarrollo de una subjetividad más rica, de una comunicación floreciente que contenga el diálogo en sus formas más activas y socialmente eficientes, necesita del apoyo y estímulo de los directivos de los medios de comunicación, de las instituciones políticas, sociales, estatales y gubernamentales, requiere respaldo en la defensa de las verdades descubiertas cuando ello sea necesario, precisa de una legislación que sustente el derecho de la población a conocer las verdades que descubra el periodismo de investigación y al periodista y grupo de periodistas que las revelen y que a la vez los obligue al cumplimiento de las normas éticas, profesionales y legales correspondientes para el ejercicio de su profesión.
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