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DE LA NOTICIA FACTUAL A LA INTERPRETATIVA, APROXIMACIÓN EN LA REALIDAD CUBANA

DE LA NOTICIA FACTUAL A LA INTERPRETATIVA, APROXIMACIÓN EN LA REALIDAD CUBANA

Dra. IRAIDA CALZADILLA RODRÍGUEZ,
Profesora de la Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
Editora de mesadetrabajo y del blog docente Isla al Sur.

La prensa impresa ha sido declarada en estado de extinción por no pocos prestigiosos autores, incluso algunos señalan la hecatombe para el 2020 -¡apenas restan cinco años!-, ante la avalancha indetenible de la Internet y sus mensajes transmitidos casi o en tiempo real, la posibilidad del ciudadano de ser receptor-emisor, la presencia de destinatarios que cada vez más se apropian de las nuevas tecnologías o ellos mismos forman parte de los denominados “nativos digitales” y las bancarrotas financieras de los medios por la pérdida de suscriptores, anunciantes y patrocinadores.

Sea cual fueren los fundamentos tecnológicos y financieros decisores del anunciado deceso, lo cierto es que la prensa impresa ya enfrentó similares augurios desde el nacimiento de la radio y la televisión y en todos los casos salió airosa porque inteligentemente reconformó su discurso. Este siglo XXI y sus expectativas comunicacionales es el nuevo desafío, y los que amamos los mensajes venidos en papel y peculiar olor a tinta, sabemos que será feroz la prueba si no se toma conciencia de la necesidad de encontrar otras maneras de comunicar los mensajes, hoy aferrados por lo general a registros factuales, fríos, descontextualizados y de escasa densidad informativa, para pasar a construirlos desde una perspectiva tridimensional donde queden armónicos los sustentos que dan cuenta de los hechos, su análisis, interpretación y confluencia de diversas y múltiples fuentes, en el intento de identificar al lector con la situación problémica que se le presenta, hacerlo sentir que es parte del engranaje que llevará a una solución o, al menos, voz que será escuchada y tenida en cuenta.

En ese empeño por fortalecer los saberes desde la esfera educativa y tributar así al ejercicio profesional se empeña el ámbito académico cubano. El presente trabajo, que constituyó tesis doctoral de la autora (Calzadilla, 2012) y seguimiento de la investigación de maestría (Calzadilla, 2006), se acerca a uno de los modos que pudieran contribuir a otra perspectiva en la presentación de los contenidos informativos, en este caso, la nota interpretativa -estadio superior de la noticia o información periodística-, una suerte de género-estilo que responde a las crecientes demandas transformativas para entregar productos comunicativos acordes con las exigencias de la sociedad. Esas miradas múltiples de la Periodística forman parte de los temas de investigación de los profesores de Teorías y Técnicas de los Lenguajes del Periodismo, a nuestro juicio un espacio de estudio que hoy ha mermado en sus seguidores, pues la preponderancia la llevan los más vinculados con la comunicología y las nuevas tecnologías.

El análisis comprendió la etapa de 2008 a 2012 y en él se integraron las conceptualizaciones y visiones de 37 expertos, especialistas, decisores y periodistas de la Isla, así como cuatro prestigiosos teóricos de Venezuela, Bolivia, España-Colombia y Uruguay. También se realizaron encuestas en dos periódicos diarios y dos semanarios, y a periodistas de diferentes medios en cinco provincias del país. Por último, la tesis se asentó en el universo del periódico Granma, el más importante de la Isla, y el semanario Trabajadores, ambos de alcance nacional. El material final hoy se procesa para la realización de un manual destinado a la docencia de alumnos de primer año de Periodismo, dada su actualidad.

El estudio de la nota interpretativa responde a la condición del periodismo como ente vivo que no puede renunciar a la incesante búsqueda de presentar productos comunicativos nuevos, es decir, maneras atractivas de hacer converger contenidos y continentes siempre en la deseable aspiración de atrapar al receptor. El mundo ha cambiado, cada vez más los hombres acceden a las informaciones por disímiles vías y quieren comprender los fenómenos políticos, económicos y sociales que les rodean.

En particular en el contexto cubano, los mensajes cobran su verdadera dimensión en un receptor cuyo grado de instrucción rebasa el nivel medio-superior de la enseñanza general, y es un lector que sabe situarse en el diálogo y la comunicación insertos en un contexto sociocultural, económico y político dado al debate.

Entonces, ya no es posible un destinatario que se conforme con el relato aséptico de los hechos, este de ahora requiere de otras lecturas, de textos que le permitan diseccionar los acontecimientos desde una propuesta explicativa, valorativa y proyectiva. Ello condiciona, además, la toma de otras decisiones, porque la organización de las redacciones debe someterse a una renovación profunda para responder a las expectativas.

El recurso interpretativo en la información periodística

“Las características básicas de la noticia son precisión, interés y actualidad. A esas cualidades se le debe agregar una cuarta, la explicación. ¿Cuál es la ventaja de un noticiero preciso, interesante y actual, si los lectores no lo entienden?”, dice John Hohenberg (1981, p.69). Es en ese propósito que encaja el profesor venezolano y pionero en la introducción de la interpretación en su país, Federico Álvarez (2010, p.161), cuando habla de la misión de servicio público de la información -tan maltratada por la comercialización inherente a la objetividad-, pues entonces aspira a convertirse en herramienta útil para la comprensión del mundo, y el periodista, a su vez, deja de ser un simple proveedor de novedades para ejercer la función de intérprete de la realidad actual. La información, asentemos el concepto, es la base del sistema cognitivo en la prensa.

El también Premio Nacional de Periodismo acota que el tratamiento objetivo, al imponer un enfoque restrictivo de los hechos aislados, dio lugar a la fragmentación del flujo informativo que se origina en un acontecimiento determinado. Habla de una “irracionalidad inherente a esta forma de presentar la realidad y las consecuencias que ella tiene en la imagen que el lector se forja del mundo. El hombre queda así en la misma situación de quien trata de reconstruir su rostro en un espejo roto”  (Álvarez, 2010, p.161).

No son pocos los autores que hablan de la desorientación a la que es sometido el receptor por una prensa aferrada a presentar el mundo desde la parcialidad, desde el hecho visto a partir de una objetividad sublimada por rutinas productivas, por haceres de la práctica que parecen querer borrar de la memoria la capacidad de reinterpretación de la realidad que poseen los públicos y su competencia para saber que no se “juega” limpio en la construcción de los mensajes. En esa “masa” -hoy exigente en la lectura aunque traten de presentárnosla solo como adicta a mensajes breves, a criptografías de la realidad-, operan pilares interiores y exteriores que trascienden el pensamiento lineal para incorporar que existen espacios y modos de relación donde son posibles escuchar las voces de los otros, y es viable el diálogo y la opinión para analizar conflictos bajo el prisma de la responsabilidad social.

La nota interpretativa –no debe llamarse información periodística, noticia, género con diferentes propósitos discursivos y estructura lógica en la disposición de los datos-, es el género-estilo menos empleado en la interpretación. También, el menos estudiado y poco explicitado didácticamente para su comprensión y posterior uso en los medios. Ella constituye, la mayoría de las veces, referencia acerca de que tributa a la interpretación sin dejar de pertenecer al estilo informativo; pero, incluso, en ocasiones queda la duda de si los autores se refieren propiamente a la información como género o como sentido y plataforma elemental del periodismo. A ello se suma que no suele ser despiezada en sus ejes internos, en los soportes que la estructuran, en los contenidos de la que debe ser portadora.

Esta situación se agrava cuando se intenta delimitar cómo debe ser su lead, confinándolo a que plantee elementos analíticos inmediatamente, como si en ella no fueran admitidos todos los tipos. Más que imponer ceñidores, habrá que equilibrar la intención hasta llegar a un texto que se proponga el análisis e interpretación de la realidad. Además, la nota interpretativa no solo tiene que dar cuenta de un hecho ya conocido como asevera la casi totalidad de la bibliografía consultada, sino también de una noticia, ¿o acaso no es ella misma la noticia interpretada, como la definió Álvarez? (2010). Este concepto interesante origina dos plataformas apropiables: noticia ya conocida que se analiza e interpreta, y noticia nueva que se analiza e interpreta. Otro tanto ocurre con la estructura del cuerpo en la que se proponen desarrollos argumentales sin suficiente flexibilidad en el  diseño.

Fue propósito de la investigación indagar sobre formas de realización de la nota interpretativa que rompan con el tradicional paradigma, toda vez que ha quedado demostrado desde la docencia en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana que son posibles nuevos enfoques y modos de legitimación, de cara a los retos que imponen las competencias profesionales en un siglo influido y condicionado por el auge de la información a velocidad extrema. Este de hoy es un contexto en que el lector quiere ser informado y también asimilar la persuasión lógica de los mensajes –información y opinión-, pero sobre todo, asume que es hora ya de sacar sus personales conclusiones a partir de la propuesta de las fuentes: desea sentirse un ente participativo, interlocutor, constructor de su realidad dada. Apuesta porque se le deje interpretar.

Desde la Academia no se pretende promover discusiones bizantinas, pues son respetadas las maneras propias de cada país y sociedad para dilucidar y emplear los modos del periodismo. Solo que es necesario, allí donde sea posible, pasar a hacer propuestas trasgresoras asentadas en lo evidenciado y en el compromiso pedagógico y social que compete.

El periodista y teórico brasileño Adelmo Genro Filho sostiene que existe “(…) un “grano de verdad” en que la noticia no debe emitir juicios de valor explícitos, pero es igualmente indiscutible que ese juicio va unido a la propia forma de aprehensión, jerarquización y selección de hechos, así como a la constitución del lenguaje y a la relación espacial y temporal de los fenómenos a través de su difusión” (2010, pp.48-49).

Si ese modo de ver se asienta en la información, la nota interpretativa se constituye, por su propia naturaleza, en una singular forma de acercamiento a lo real, de tal suerte que los acontecimientos sean percibidos, jerarquizados, ordenados, investigados, reconstruidos, explicados y valorados, para que no queden en una envoltura fenoménica y simple, sino que adquieran su valor significativo y hondo. De esa manera, la información deja de ser el hecho solo percibido por el reportero, para convertirse en una creación de múltiples fuentes, dispuestas todas a desempeñar su rol de mirada colectiva.   

Se propone un campo de transformación: los recursos de la interpretación puestos en una información periodística o noticia no repetidora de declaraciones de fuentes, sino que aporte los juicios lógicos y valorativos de “los otros”, la mirada de la sociedad en las palabras de protagonistas, testimoniantes, declarantes, expertos, especialistas, en una lista de tantas significaciones como sean necesarias para el análisis, explicación y valoración del conflicto.

La nota interpretativa empleará, aunque en graduación más contenida que en el reportaje, todos los soportes de la interpretación: hecho, antecedentes, contexto, predicciones, juicios analíticos, lógicos y valorativos, pero si bien el periodista será el conductor de su andamiaje como propuesta comunicativa, nunca aparecerán sus criterios de manera explícita, sino que los discernimientos estarán dados por las fuentes.

Este criterio difiere de no pocos autores que apoyan la interpretación manifiesta del reportero, aunque cuando conceptualizan la desligan de la opinión expedita de éstos. La propuesta de no aparición directa en la nota interpretativa es compartida por varios docentes cubanos, y ancla en la posibilidad de que los públicos sean quienes arriben a sus consideraciones, luego del periodista proporcionarle los elementos. Si el reportero interpreta y valora de manera abierta, está induciendo directamente. Incluso, hasta en el reportaje -género de mayor flexibilidad-, la interpretación y valoración del que escribe debe ser comedida. Es claro que la prensa debe ir hacia un desempeño explicativo de los complejos acontecimientos que se producen y, en esa explicación, el periodista estar atento a no traspasar barreras entre lo expositivo-descriptivo y lo opinático. Ahí, justamente, se sitúa el análisis y la interpretación de los hechos.

Para Enrique Castejón Lara, Premio Nacional de Periodismo en Venezuela, el juicio personal del periodista nunca ha constituido –y nunca lo hará- un “argumento” o prueba demostrativa dentro del proceso de interpretación. Agrega que el periodismo interpretativo representa, por su propia naturaleza, un “escudo” protector para los medios tradicionales frente a la avasallante competencia de los medios audiovisuales y electrónicos, capaces de reducir la inmediatez hasta la instantaneidad: “Frente a esa dura competencia solo queda la opción de la reflexión y explicación del acontecer noticioso” (Calzadilla, 2012, p.48).

Dar a las fuentes la responsabilidad de explicitar sus juicios es posibilitarles a ellas y a los receptores reconocerse y re-conocer su contexto, su momento histórico, darle sentido desde sus propios discernimientos a los conflictos en los que están inmersos, pues definitivamente dejan éstos de ser lejanos, de hallarse al otro lado de sus vidas, para quedar insertos en el universo de lo posible para todos. En ese drama de la búsqueda colectiva de respuestas, de las incorporaciones de razones concordantes o diferentes, está la afirmación de una identidad que se resiste a ser homogénea. El teórico español-colombiano Jesús Martín Barbero (2006, p.57) propone dar paso a una “heterogeneidad que no es mera diversidad, sino algo mucho más fuerte, hecho de inclusiones y exclusiones, de participación segmentada y de descentramiento”.

Ese es el ámbito estratégico que debe ganar la nota interpretativa, un modo de construir la realidad que permite entender con mayor discernimiento el contexto que vivimos y sus transformaciones y reconformaciones permanentes; y posibilitaría, sobre todo, desdibujar la asimetría entre las propuestas que incluyen cada día los medios en sus páginas, y el razonamiento que hacen sobre ellos los públicos desde los referentes que se les aportan y los propios. Esto favorecería el respeto hacia los receptores, algo que, en ocasiones, no suele viabilizar la prensa, sublimada en sí misma y en una verdad que, asumida como suya, pretende que sea universalista.

En ese razonamiento, Martín Barbero (2009, citado por Calzadilla, 2012) comentaba: “Cada país tiene sus propias trabas, sus propias encrucijadas, pero en última, es esto: el periodismo está al servicio de la gente, de un lector al que yo quiero mover, lo pongo a pensar, activo, con su capacidad de lector, de crítico, de cuestionador. Ese es el mundo que yo le estoy trasladando, si no es así, el periodismo se va a acabar porque, además, las nuevas generaciones están encontrando en Internet muchos caminos y otras maneras” (p.84).

El periodista Manuel Leguineche advertía (1992, s/p) en el diario español El País, que “los de la galaxia Gutenberg debemos aprender en estos tiempos a ajustar el tiro, porque la televisión en directo lo ha trastocado todo. ¿Para qué repetir lo que se ha dicho en la CNN? Cada vez pasan más siglos entre la transmisión de la CNN y tu artículo en el periódico y no digamos en la revista. Hay que decir adiós a la narración escenográfica de los hechos y escudriñar allí donde los objetivos de la televisión no llegan, descubrir antecedentes y consecuentes, atmósferas, ambientes, secretos”.

Confluencias y diferencias entre la información o noticia y la nota interpretativa

La información periodística o noticia y la nota interpretativa guardan puntos de contactos tanto de contenido como estructurales. En ambas confluye la necesidad de una noticia –ya sea inédita en el caso de la información, o inédita o conocida en la interpretación, como se explicó anteriormente-. Esa materia prima es su génesis.

Ambas parten de un lead, visto como elemento situado más allá del beneficio de la rápida lectura del hecho, connotación que tradicionalmente se le ha dado. Esta investigadora considera que el lead debe ser insertado en la dinámica de la singularidad del evento que se comunica, de manera que sea referencial para el contexto dado.

En cuanto al cuerpo, sostiene que existen tantos como sean necesarios para construir la información, someterlo a los moldes de la pirámide invertida sería proponer las consabidas redacciones estandarizadas que pululan en los medios y que desaniman la creatividad y el aliento personal de los periodistas. El cuerpo no puede ser la suma de datos de mayor a menor importancia. Más oportuna será una mirada que lo apropie desde el enfoque de la singularidad del hecho -su esencia-, a su generalidad, de manera que se ofrezcan datos necesarios para la situacionalidad de un tema. En el caso de la nota interpretativa, el cuerpo solo respetará las lógicas de un discurso holista, para ser entendido en toda su magnitud. Es un continente más adaptable, más plural.

El lenguaje es punto de mayor confluencia al continuar la tiranía de la tercera persona, la no intervención explícita del periodista, el alejamiento de adjetivos y adverbios. Es decir, hay una plataforma narrativa con un tono distanciado que no renuncia a su precisión, claridad y contención. En los verbos se produce una separación, pues mientras en la información o noticia serán más rígidos, exactos, en la nota interpretativa habrá mayor flexibilidad, plasticidad, indicarán posibilidad en no pocos casos.               

Si en la información las fuentes tienen una proyección más declarativa, en la nota pasan de declarantes a protagonistas situados en diversos niveles de percepción del hecho. Ellos, desde sus juicios y desde su colectividad como parte de un acontecimiento que se despieza y recompone armónicamente, muestran un rostro ideológico-humano, una persona, una historia. Las fuentes se convierten en personajes reales con los que el receptor puede decidir identificarse o no. Mientras en la información la fuente es una identificación que hace creíble el dato, en la nota alcanza su esplendor, pues suma y supera esa condición.

Sobre los juicios en la interpretación, María Jesús Casals (2010) los agrupa en analíticos, sintéticos, hipotéticos y disyuntivos, y también relaciona los juicios opináticos dividiéndolos en: de hechos, de intenciones y de valor. Esta categorización resulta interesante toda vez que los juicios lógicos relacionados son inherentes al análisis y la interpretación y pueden estar total o parcialmente en una nota, dependiendo de las exigencias del mensaje. En el caso de los juicios categóricos, solo estarán en voz de las fuentes.

En suma, si en la información periodística o noticia la realidad queda atomizada, en la nota interpretativa se va a las interioridades del cómo, para qué y por qué ocurrieron los hechos, y en ellos están presentes elementos de detalles, es decir, la noticia se muestra como un proceso integrado, con significados universales en su contenido en tanto producida por cosmovisiones múltiples, pero integradoras del fenómeno del que da cuenta. 

Aproximaciones a la nota interpretativa en Cuba

Para acercarnos al empleo de la nota interpretativa en Cuba, primero es necesario un recorrido por lo que los expertos consideran han sido las génesis de la interpretación como estilo en la Isla. Hablamos entonces de esas raíces que asentaron el ejercicio de un periodismo en profundidad en un contexto determinado, para luego ir evolucionando hasta la asunción de la escuela norteamericana de la década del 20 del pasado siglo y la irrupción de la Fórmula Time, hasta finalmente acercarse a estructuras más contemporáneas y armónicas con las particularidades del periodismo nacional.

Una pesquisa realizada con este fin en el 2011-2012 a académicos, expertos, especialistas y periodistas vinculados con la materia en diferentes momentos del decursar de una carrera ya cincuentenaria, advierte más discordancias que convergencias, lo cual no es necesariamente un resultado negativo sino, antes bien, una muestra de diversidad de opiniones tendientes a escudriñar responsablemente en el pasado.

Así, tomando como referencia un grupo de respuestas (Calzadilla, 2012) a modo de pautas, los orígenes transitan un diapasón tan vasto que incluye tanto la tradición ensayística cubana que apelaba a la información multilateral y de antecedentes para tratar de influir sobre los destinatarios del mensaje, hasta la aparición del diario El Mundo a principios del siglo XX y la influencia que en cierta medida tuvo de la revista Times y su célebre fórmula que da origen al periodismo interpretativo.

Manuel Martín Serrano (2006) afirma que las teorías avanzan o se detienen, derivan por unos u otros caminos impulsados o frenados por circunstancias históricas. Tomando esta referencia para el entorno cubano, justo hay que decir que en el gremio se desarrolla escasamente la interpretación y menos aún la nota interpretativa, y ésta casi siempre de manera intuitiva, sin que la mayoría de los periodistas –sobre todo los menos jóvenes- puedan conceptualizar qué es y cuáles son sus propósitos. Realmente es un espacio poco menos que virgen en su asimilación.

Desde el análisis de esta autora, el contemporáneo que más se aproximó a conceptualizarla fue José Antonio Benítez (2006), en lo que llamó la noticia integral. Para él, integralidad quiere decir incorporar elementos –antecedentes, relaciones, repercusiones, referencias geográficas e históricas, ambiente histórico, político, psicológico, educativo, cultural, crítico- que permitan comprender en toda su importancia y trascendencia los hechos que se narran. El teórico, formado en la escuela norteamericana de la objetividad e imparcialidad, también debió beber de las corrientes de la interpretación; sin embargo, no asume esta postura para la redacción o estructura de la información o noticia, haciendo mucho énfasis en la concreción de los leads tradicionales y la pirámide invertida. No obstante, la plataforma  reflexiva que expone es muy similar y avanzada para su tiempo, tanto, que es uno de los clásicos cubanos más referenciados por estudiosos iberoamericanos.

Resultados

Desde la experiencia docente de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, los profesores que imparten la asignatura de Periodismo Impreso II concuerdan en que en la nota interpretativa el juicio y la intención del periodista va siempre de una manera implícita y no explícita, pues es el autor quien, en definitiva, lleva las riendas de su construcción y tiene un propósito definido. Decir que en la nota interpretativa no está presente de ese modo la opinión del periodista, es tanto como preservar el mito de que somos objetivos e imparciales en la nota informativa.

En cuanto al estilo interpretativo en general, hay consenso en que continuar avecinando la comprensión de la interpretación en el camino intermedio entre la información y la opinión es seguirla disminuyendo como estilo con objetivos propios, con metodologías de la investigación que le son consustanciales y que se deslindan de los recursos empleados en los dos estilos más consolidados, el informativo y el opinático. Es perpetuarla en la indefinición que da pie a que no pocos afirmen que ella propicia la manipulación del mensaje, cuando antes bien, contribuye a otorgarle credibilidad y verificabilidad, en tanto va sostenido de fuentes correctamente inidentificables.

A partir de los resultados de cinco años de investigación, extendidos hasta la actualidad para determinar posibles tendencias de evolución, involución o estancamiento, es posible considerar:

----Aunque la interpretación es un estilo que tributa al género de la información o noticia, esta no se explicita y ejemplifica suficientemente en la literatura consultada. Queda más bien en el entorno de lo referencial que en lo conceptual y práctico.

----La información periodística o noticia, en su estadio superior, la nota interpretativa, trasciende el mensaje factual, privilegia los significados, valora los sucesos a partir de múltiples miradas que proporcionan las fuentes, y el periodista actúa como conductor de un mensaje intencional desde una posición implícita, para ofrecer la realidad en su amplia dimensión; pretende que el lector arribe a reflexiones propias, fomentando el análisis en un deseable modelo de periodismo dialógico.

----En Cuba, el estudio realizado y el seguimiento que al mismo se da desde la Academia, permite considerar que la nota interpretativa podría ser una propuesta comunicativa que rebasara los apuntes datísticos, y la unidireccional del mensaje para dar acceso a las interioridades del cómo, para qué y por qué ocurrieron los hechos.

----Hoy, en la prensa cubana es escaso el empleo de la interpretación en los medios impresos diarios y, en particular la nota interpretativa, casi inexistente.

----Entre los factores principales que gravitan en la  no realización de la nota interpretativa como práctica generalizada en Cuba, en este caso en el periodismo impreso, están el uso instrumental que con frecuencia se hace de la prensa, la no comprensión de su estructura por parte de decisores de medios, y la tendencia a la no ejercitación y empleo de determinadas técnicas de la investigación.

----La nota interpretativa posibilitaría realizar productos comunicativos que ofrezcan los fenómenos en su dimensión argumentativa, deslindándose,  de presentaciones reduccionistas, directas y descriptivas, sin contextualizaciones sólidas, como ocurre aún en la Isla. Permitiría mayores grados de satisfacción en cuanto al conocimiento de la realidad, en tanto brinda análisis que parten de la documentación, seguimiento informativo, diversidad de puntos de vista, cruces de fuentes mezcladas intencionalmente. La nota interpretativa se constituye en mensaje concebido desde la horizontalidad; es un periodismo que reconstruye el pasado, sitúa el hecho en su presente y se atreve a dar señales futuras.

----La consumación de este estilo-género todavía no consigue constancia. Sobre ello hay que subrayar también la influencia de las limitaciones de espacio en los medios, la pereza y el facilismo con los que se reproducen notas oficiales e institucionales sin incorporarles al menos elementos de la interpretación.

----La nota interpretativa precisa de técnicas, de metodologías, de investigación; de una disposición del reportero para saber contenerse en aras de que las lógicas emerjan en los textos, que nada quede en la ensambladura de lo impuesto por una u otra voz, y que no existan cabos sueltos en la indagación. 

----Los periodistas consultados no suelen realizar notas interpretativas, pero reconocen que los elementos interpretativos son fundamentales en el quehacer actual, pues no deben limitarse a informar y describir, sino que deben enfocar el trabajo a dar el sentido y el contexto en el que se producen las situaciones.

----Uno de los aportes principales del trabajo es contribuir a fomentar el interés tanto por el estudio como por la puesta en práctica de un estilo-género llamado a desempeñar un protagonismo en la prensa impresa periódica, toda vez que ese soporte mediático perdió la inmediatez y el resto de las plataformas contemporáneas del periodismo le imponen dar espacio a productos comunicativos que indaguen en las causas y expliquen los acontecimientos que ocurren y los ciudadanos necesitan conocer en amplitud.

Conclusiones

En el acontecer actual de los medios cubanos se percibe un sustrato de no conocimiento cabal acerca de la nota interpretativa. Para los reporteros, quizás el freno mayor sea la no claridad de definiciones académicas, la falta de interés por no considerar justamente su valor, la tendencia a la no ejercitación y empleo de determinadas técnicas de la investigación y cuestiones de espacio.

La nota interpretativa es en los medios impresos cubanos una rara ave que de vez en cuando asoma, casi siempre desde las cimentaciones de la lógica del buen hacer periodístico y no desde la conciencia de que ella existe como una forma integradora de construir mensajes más sólidos y complejos en su propuesta para entender el mundo.

Pero para arribar a determinados resultados en el campo del saber académico y el hacer práctico en la Periodística, también hubo que apropiarse del camino de las mediaciones que intervienen en la construcción de la nota interpretativa y que van desde las internas como las condicionantes estructurales, organizativas y también las cognitivas, hasta  mediaciones externas desde las visiones de los decisores de políticas informativas y la propias fuentes.

No puede entonces realizarse un estudio cabal sin que se deslindasen las múltiples condicionantes y articulaciones que se dan en la creación periodística y son consustanciales a todo el periodismo como sistema integrado. Separar un aspecto de otro, priorizar fenómenos, no pareció válido, pues los agentes mediadores del proceso comunicativo conforman una interrelación de escenarios externos e internos que se permutan de forma interminable y también por momentos puntuales, siempre de manera dinámica.

Entonces, y aunque no es objeto de este artículo, es válido aclarar que tras del acto de la nota interpretativa como suceso concreto, como elaboración de producto periodístico para ser entregado al lector, existe una suerte de ADN que lista condicionantes estructurales y organizativas vinculadas, entre otras, con la organización del proceso, perfil editorial, red de fuentes, determinación de la agenda temática, establecimiento de los acontecimientos noticiables, selección de la información, fijación del tratamiento informativo o interpretativo y documentación; hasta condicionantes cognitivas que incluyen ideología y cultura profesionales, competencia profesional, posibilidades de los reporteros para instituir en el medio de forma cotidiana su hacer, y regulación y autorregulación; como también condicionantes externas vinculadas con decisores de políticas informativas, orientaciones y fuentes.

De ahí que esta investigación hizo hincapié en esos aspectos desde una ruta que en el primer momento los analizó desde una perspectiva general hasta la valorización particular, y después, ya en el análisis de los resultados, se acercó a lo particular para concluir en lo general y universalizar los resultados.
Sin la comprensión de ese macrouniverso, la construcción de la nota interpretativa quedaría solo en referentes factuales de técnicas y habilidades aprendidas desde el instrumentalismo de las prácticas y no desde las visiones cosmogónicas de una profesión transversalizada por mediaciones.

Referencias:

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