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PERIODISMO AMBIENTAL: PAPELES SECUNDARIOS

PERIODISMO AMBIENTAL: PAPELES SECUNDARIOS

Lic. IRAMIS ALONSO PORRO,
Directora de la Revista Juventud Técnica,
Profesora de la Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Que los medios de comunicación son capitales para crear una cultura ambiental es una idea que nadie discute.  Mas, del dicho al hecho, lamentablemente, hay un trecho. Y así, surgen incomprensibles dicotomías entre los procesos de construcción de los mensajes ambientales y la promoción del modelo de desarrollo sostenible que se proclama deseable.

Es posible constatar el aumento de la cantidad de materiales periodísticos que abordan la protección del patrimonio natural, con énfasis en temas relevantes en las agendas multilaterales de debate a nivel mundial, digamos el agujero en la capa de ozono.

Sin embargo, si comparamos la relevancia de los problemas ambientales y su impacto en la vida diaria con la cualidad de su abordaje en los medios, veremos que este es insuficiente, no sistemático e, incluso, superficial. La información considerada ambiental aún camina muy por detrás de la deportiva, económica y/o política, entre otras razones porque se muestra desligada de aquellas…, y viceversa.

En la prensa escrita son cortas las publicaciones de temática exclusivamente ambiental. Con destinatarios muy específicos y exigua tirada puede citarse la Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre; existen folletos de proyectos comunitarios y periódicos locales, como los vinculados con el Plan Turquino Manatí, que abordan algunas aristas. Ningún impreso nacional le dedica espacios fijos; el tópico suele aparecer en las secciones de ciencia y tecnología, donde compite con el bagaje de información científica que se genera dentro y fuera de la Isla.

La televisión cubana ha incluido nuevos espacios de corte naturalista y habría que agradecer a Mundo Latino y su “Naturaleza secreta de Cuba”. Mas…, de un lado mucho material Discovery de excelente factura, casi todo sobre fauna y con fuertes matices conservacionistas; del otro, algunos de producción nacional, de temática variada y científicamente fundamentados, pero de estética y capacidad de comunicación cuestionable. La presencia de los conflictos ambientales del país en espacios noticiosos es bien escasa.

También se presentan asuntos de carácter global, desligados de la cotidianidad. Es frecuente mencionar las evidencias científicas del carácter antropogénico del actual cambio climático, desconectadas de la esfera de actuación del ciudadano, pese a que sus comportamientos cotidianos representan gran parte del problema.

Esto explicaría por qué, aunque el esquema cubano de desarrollo es conceptualmente diferente del modelo predador a ultranza de los recursos naturales, subsisten actitudes -bastante frecuentes- que suscriben modos de vida antropocéntricos, consumistas, que subvaloran el patrimonio ambiental o solo le dan valor de uso, asociado al turismo, por ejemplo.

Hacer una buena investigación sobre un asunto ambiental requiere, además, de tiempo y recursos. Para el periodista se hace muy complejo llegar a un distante bosque para presenciar un hecho. Siempre podrá entrevistar al científico, pero las historias serán menos vivaces, matizadas y profundas.

La información ambiental debe ofrecerse con garantías de rigor científico, lo cual no está exento de dificultades por el gran volumen de datos que se genera, la multiplicidad de fuentes de procedencia, y su resistencia a ofrecer información que pudiera ser comprometedora, así como la complejidad de los procesos, susceptibles de interpretaciones distintas.

Problema asociado es la archicomentada especialización de los periodistas. ¿Existen redactores especializados en los temas medio ambientales o solo estamos acostumbrados?

Lo habitual es que la especialización se adquiera por acudir siempre a un tipo de acontecimiento informativo con contenido similar. ¿Será el periodista capaz así de tener los elementos de juicio como para comprender lo que le dicen las fuentes e interpretar el contexto en el que lo dicen? Esa puede ser causa de que, al menos en el contexto cubano, escaseen los textos de opinión (comentarios, artículos) sobre temática ambiental.

Los medios de comunicación, obviamente, no son el bálsamo a todos los problemas de la información y cultura ambiental. Pero aún faltan coherencia, iniciativa y agresividad en aras de abrir nuevos espacios de diálogo en el proceso de construcción de una ciudadanía ambientalmente responsable.

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